martes, julio 18, 2006

Las cosas por su nombre: Ministerio del Medio Ambiente


Brazil fue realizada en 1985 por Terry Gilliam, de hecho en algunos lados (Reino Unido si no me equivoco) se la conoce como 1984 y 1/2. Clara referencia a la fecha de estreno y al libro de Orwell.
En efecto, la película se ambienta en un futuro decadente, donde las redes del estado permean todas las vidas, y un error burocrático hace que la "inteligencia" estatal detenga y desaparezca a un inocente. Las burocracias estatales se extienden por enormes y grises edificios, donde las oficinas parecen celdas; las máquinas de escribir, de tortura; la vigilancia es constante, y una frivolidad engañosa recubre a la alta sociedad.
La película tiene muchos momentos oníricos y termina siendo efectivamente una lucha por la libertad "desde adentro", desde un funcionario de la burocracia estatal.

Estoy consciente de que he abusado de la palabra "burocaracia", pero es que en estos tiempos parece imposible no hacerlo. El poder de las burocracias se extiende desde las empresas, hasta las organizaciones más simples (como los pingüinos), y por supuesto, el Estado.
El gobierno de la señora Bachelet es un claro ejemplo -en sus modus operandi- de esta tendencia que Carlos Pérez Soto muy bien decribe en "Para una crítica del poder burocrático: comunistas otra vez".
Muchos ingenuamente sueñan con que estamos en un modelo "ciudadano" y de participación, yo no me lo trago. Para que un modelo de gobierno sea efectivamente ciudadano se requiere de una ciudadanía fuerte que se empodere y demande esa participación, pero si es el Estado el que genera esas instancias, es una ciudadanía "tutelada" si se quiere. El ejemplo de los secundarios es elocuente: aquel movimiento social, ciudadano, "espontáneo" y coordinado a la vez, culminó en una estructura burocrática (comisión) que presentará una serie de sugerencias que irán a parar al parlamento donde nuestros "honorables" harán todas las censuras e indicaciones que les plazca a pesar de lo difícil que haya sido poner de acuerdo a tanta gente de tan disímiles sensibilidades.

Nuestra presidenta-gerente-de-clientes con mucho orgullo anunciaba la creación de 2 nuevos ministerios: seguridad ciudadana y medio ambiente. Por el tema de seguridad ciudadana no emitiré comentarios aún porque me tiene chato, pero creo que vale la pena detenerse en el de Medio Ambiente. En varias conversaciones con mis amigos que estudian Ingeniería en Recursos Naturales Renovables en la Chile se ha llegado a las mismas conclusiones: la Conama es una broma, y con la misma normativa ambiental el Ministerio de Medio Ambiente será la misma broma, pero con mayor poder burocrático (no ejecutivo). El tema es que además hay un asunto de conceptos, de entender al Medio Ambiente que de por sí está equivocado. Estamos frente a un antropocentrismo (o entificación, olvido del Ser para los heideggerianos) que asume el medio ambiente como una fuente recursos, inagotable, por supuesto. Y donde todo gira en torno a nosotros y nuestras necesidades. Prefiero dar un ejemplo simple y coloquial (la monstruosidad está en lo cotidiano, en lo banal como diría Arendt de Eichmann): las luces en las playas. Algunos municipios toman la genial idea de poner focos halógenos iluminando las playas, supongo que para evitar el carrete nocturno, pero evitan también el desarrollo de toda la fauna marina nocturna que necesita oscuridad. Desde las pulgas que descomponen rápidamente las hediondas algas, hasta gaviotas migratorias, chungungos, y otros seres que necesitan dormir.

El asunto, me dicen mis amigos, es que este nuevo aparato burocrático que para muchos les pondrá tranquilidad en sus mentes pensando que "este gobierno se preocupa del medio ambiente", en realidad se debería llamar "ministerio de recursos naturales", ya que si se va a hablar de Medio Ambiente, ese ministerio debiera ser el más importante de todos, o no existir como ente aparte, sino en cada una de las dependencias estatales. Lo peor que se puede hacer con el problema del Medio Ambiente es encerrarlo en una oficina, más encima con una legislación mediocre que aprueba los más aberrantes proyectos.

En fin, el tema da para mucho, pero de que las cosas no se dicen por su nombre, no se dicen.

Les recomiendo este lúcido artículo de un amigo que bien describe como pueden ser afines las maldades. (Hagan click en "artículo").

Por favor, reAcciones.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, siempre ha sido gente que piensa que todos los problemas se solucionan con mas legislacion y ministerios. Brazil es una gran pelicula, gracias por traerla de vuelta a la memoria colega. Siga escribiendo. Saludos

Juan Emar dijo...

Estimados lectores: jamás he tenido un ánimo de censura. De hecho el sentido de este blog es justamente lo contrario, pero no puedo aguantar que un gringo de mierda se meta con el sólo pretexto de hacer publicidad de casinos u otros....y sólo en este artículo me pusieron dos comentariso de ese tipo. No estoy ni ahí con eso (porque además no me llega niuno), así que he ahí las dos reacciones eliminadas, y ese será el único criterio para borrar comentarios.

Anónimo dijo...

la objetivación de todo lo que es, árboles, mar, rios, hombres, piedras, cielo, universo, aire, dios, luz, etc, etc, necesita, para determinarse como tal, de una representación que califique a toda cosa. ¿que quiere decir esto? una representación, por ejemplo, la del tiempo dividido en etapas que se van sucediendo infinitamente, objetiva el tiempo en sucesivos "ahoras", cada vez mas pequeños y efimeros, como el tiempo físico lineal. decir, "hoy es lunes" responde a esta objetivación de la representación del objeto tiempo. lo incondicionado de esta re-presentación es que se auoreproduce infinitamente. en ella misma encuentra su legitimación, tal la ciencia lo hace para autolegitimarse (como tambioen el asunto del desarrollo, etc). y bueno, hacer de la naturaleza una ingenieria, pese q todas las bellas intenciones que acarrea (intenciones tan hermosas que hacen humedecer nuestros ojos espectantes e ingenuos) responde a lo Mismo. ¿qué hacer? quizas esta pregunta ya no tenga lugar.

Anónimo dijo...

Que los quehaceres de la naturaleza nos dejen vivir en paz!!!!, si solo fuese mas plástica la relación que llevamos con los ecosistemas, podriamos ser felices en un mundo de ciudadelas y mucho, mucho glamour picante de pais en desarrollo. Pero lamentablemente para los soñadores de luces de neón y challa, no existe otra manera de vivir sobre este mundo, sin la necesidad imperiosa y urgente de cambiar las formas de relacionarnos con aquello que nos permite seguir existiendo sobre la tierra, y no me refiero ni a Dios y ni ningun superheroe en particular, me refiero a lo que tristemente podriamos llamar "despensa mundial de recursos naturales", sin duda que las luces de la crisis ambiental apuntan a cambios que el poder politico debe aprovechar para simpatizar con los votantes (pico pa las minorias, viva la autobarrida!!!), justo en este momento hay que poner ojo con lo que nuestra presidenta pretende hacer con su ministerio, o mas bien, con el ministro del medio ambiente. Evaluar la competencia que tiene el medio ambiente como concepto omnipresente podria generar una gran turba de errores dignos de la democracia, sin duda que lo que se quiere legislar son los componentes naturales aprovechables por la nación, OJO, no hagamos instituciones que no estan validadas a nivel de la comunidad cientifica o erudita de Chile y del mundo, no la caguemos denuevo, con una propuesta de institucion pasajera que dure 15 años, si el proposito es la sustentabilidad, primero definamosla con un proposito pais, luego hagamosla empírica, y nos dejamos de voludeses teoricas de equilibrios inexistentes, en este dinámico suceso bioregional al que llamamos territorio nacional.