No puedo resistir el impulso de dar cuenta de sucesos que acabo de oir, a propósito de las divagaciones anteriores en torno a la política y la mentira (por supuesto inspirados por el viaje en bote de vietnam a camboya).
Se ha hecho evidente que el asunto "secundarios" se ha transformado en la última vedette del momento.
Las hordas que dan cuenta de un superhávit de periodistas, han encontrado una fuente "real" de sustento entre tanta mentira y noticia sobredimensionada de futbolistas que firman autográfos en sus piezas y media hora de noticiario a un accidente de bus, como vimos hace más de una semana ya.
Eso es de esperarse.
Que se transformen en tema obligado de conversación y de "posteo" en blogs y similares, también es de esperarse y de hecho, constituyen hasta cierto punto una consecuencia del fénomeno anterior.
Ahora lo que me encabrona, y he ahí la razón de este "apéndice", es la instrumentalización política de este fenómeno. En este caso concreto, por parte de la oposición. Más temprano que tarde veremos como el gobierno logra instrumentalizarlo.
No es nada nuevo en todo caso, a eso apuntaba con lo dicho previamente acerca de la ruptura y la conciencia de una ingenuidad previa al "desencanto" o "descubrimiento". No debiera sorprender, pero siempre debiera enojar y provocar algun grado de malestar crítico al menos.
Resulta que parlamentarios de la alianza agarraron papa para pedir la salida del reciente ministro de Educación. Como si eso solucionara algo. El problema concreto -disculpen lo obvio de las próximas palabras, no creo que nadie las necesite realmente- es la calidad de la educación, calidad que está amarrada al último golazo de pinochet: la LOCE (http://www.colegiodeprofesores.cl/legislacion/LOCE.html - 5k).
Si bien esta ley garantiza una libertad de la educación, nuevamente siguiendo el prejuicio (o buenas intenciones) liberal, esta libertad se adscribe al mercado, y son esas las políticas que rigen la educación (primaria, secundaria, y superior) en nuestro país. No es de extrañarse que la calidad se relegue en pos de la cobertura, esa es una lógica mercantil.
Eso es el problema de fondo que moviliza a los secundarios, entonces que los frescos de Allamand y Prokuriza entre otros hablen de sacar al ministro y de que el Estado fracasó en la educación me revienta. Si existiera un legítimo interés de solucionar el problema partamos por la raíz de éste. En vez, se intrumentaliza el problema para desestabilizar al gobierno y sacar dividendos políticos. ¿Y el sistema de educación? Intacto por supuesto.
Quiero dejar en claro que no pretendo defender ni al ministro ni al gobierno (y pido disculpas si a más de uno los ofendo con lo obvio de esta aclaración), dejar en claro también que creo que el cambio demandado no pasa tampoco por la sola derogación de una ley, aunque constituye un antecedente necesario.
El tema, nuevamente, es la mentira. Y la política como su espacio por excelencia en estos tiempos de decadencia.