lunes, abril 16, 2007

La ciudad (te) violenta


"Bowling for Columbine" estrenada en 2002 le valió el Oscar a Michael Moore por mejor documental. Es un documental muy a la "Michael Moore": a prueba de tontos, con música incidental "conmovedora", muy documentado, con alto nivel de entrevistados, y muy empírico. Eso que le gusta mucho a los documentalistas gringos -como Morgan Spurlock en "Supersize me"- de vivir en carne propia para que el espectador se de cuenta de la cruda realidad. En este caso Michael Moore abre una cuenta en un banco y le regalan un rifle. Puede comprar las balas en Wal-Mart y cargar su rifle mientras lo atienden en la peluquería.

La tesis es bastante simple: EE.UU. es el país con más muertes por armas de fuego y la explicación estaría en una extendida cultura de las armas y del miedo (encarnadas en un patético Charlton Heston). El bombardeo mediático de terror ciudadano, junto a armas cargadas en cada casa dan como resultado gatillos nerviosos y personalidades paranoicas y violentas. Todo esto basado en la masacre de una escuela de Columbine donde un par de estudiantes que les hacían la vida imposible tomaron metralletas y pistolas y entraron a disparar a quemarropa a estudiantes y profesores. Luego se suicidaron.

Hoy en la Universidad de Virginia, en un incidente donde aún no hay informaciones muy claras, murieron 33 personas en dos tiroteos. Los asesinos estarían muertos. Otro incidente más en la historia de matanzas que tiene EE.UU. en lugares públicos.

La semana pasada en Santiago, comuna de La Cisterna si no me equivoco, un topón entre automovilistas, con los consiguientes insultos, llevó a uno de ellos a ir a buscar su pistola y descargarla sobre el otro.

Más allá de que es indudable que somos un país que imita lo peor de la cultura gringa, como puede ser el bombardeo de "inseguridad ciudadana", mi teoría es que la ciudad es la que violenta. En particular esta ciudad tan mal pensada.

Soy de la idea de que el ser humano es un ser social, pero que no sirve para vivir en ciudades. Si hay muchos por metro cuadrado comienza una fuerza destructiva en todo ámbito. Piénsenlo: la miseria urbana es la más cruel, nadie está con cara amable en las colas, cuesta encontrar rostros que no estén fruncidos o mirando el piso en la calle, para qué hablar de Transantiago, el Metro y las horas punta.
No conozco a nadie que se alegre de que estén construyendo un edificio donde antes habían casas o parques. No conozco a nadie que se alegre de ir a una playa, campo, o montaña que esté llena de gente.
Parece que el ser urbano busca constantemente la antítesis de su condición de vida: ir a lugares tranquilos, afirmar una identidad "única" o de pequeñas "Tribus Urbanas", porque en el fondo la ciudad es odiosa. Bocinazos, insultos, apuros, tiempo que devora todo, comida rápida, sirenas, ruidos de construcción, lanzas. Por otro lado genera basurales, contaminación, cerros-parques hechos pedazos para instalar carreteras o túneles y acortar tiempos de viaje.
Algo tiene la ciudad -como me decía mi amigo Lipe en uno de sus comentarios pasados- que convoca con una promesa que no puede cumplir. Promete un bienestar que no puede cumplir para todos, y las promesas incumplidas son frustrantes. Otro fenómeno curioso es que ya sea los que tienen muchos (por opción) y los que tiene poco (por imposición) viven cada vez más lejos del centro urbano. Unos buscando tranquilidad que no se encuentra en la cotidianeidad urbana, otros instalados en terrenos más baratos para el fisco.

Insisto, la sobrepoblación es auto-destructiva.
La ciudad destruye, nos destruye, y nos hace destruir.
¿La ciudad los violenta? ¿Algún día de furia urbano que quieran compartir? Por favor, en reAcciones

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A quien no le han dado ganas de dispararle a unos cuantos? como jeremy.......

memoriadepez dijo...

mejor
vámonos de aquí

Anónimo dijo...

jeremias habla...., jajaja ya lo dijo eduardo veder, jajaja, hace casi 15 años. Con tono incluso medio profetico, jaja, yo que lo subestimaba como un músico de talla menor, puramente contingente a sus días. Jajaja... buena observación de anónimo.
Ahora le faltó la otra mitad del relato, jeremias solo s emata él mismo, se le olvido que antes hay que abrir fuego contra los compañeros
ese es el espíritu.

monje azul bullanguero

Anónimo dijo...

DEBES ponerlo en antilinks.Está como para fumarse un pito y reírse ( o leerlo sobrio y llorar)

http://humanitas.cl/HASBUN/