martes, septiembre 04, 2007

Mentalidad Binominal

"Incidente en el lago Ness" (Incident at Loch Ness, 2004) es una película dirigida por Zak Penn y escrita por él con Werner Herzog (ambos en la foto). La perspectiva que se tiene como espectador es la de la cámara de John Bailey quien está haciendo un documental sobre el cineasta alemán llamado "Herzog in wonderland". Es desde esta óptica que vemos como Zak Penn, guionista de películas taquilleras y marketeras de Hollywood, oficia de productor de un proyecto titulado "Enigma at loch Ness". Penn está cansado de no tener el poder en los largometrajes, con lo que producir este documental es su oportunidad de "hacer lo que quiere". Convence a Herzog de dirigir el proyecto -algo bastante inédito, ya que Herzog produce sus propias películas- y reune un equipo para ir en busca del monstruo del lago Ness.
Herzog, por supuesto, no pretende encontrarlo ni grabarlo (cosa que para Penn sería un éxito de taquilla) sino centrarse en la construcción social de mitos que desdibujan las fronteras realidad-ficción.
Y no es de extrañarse. En las películas de Herzog (al menos las que he visto) se traspasan constantemente las fronteras entre ficción y "la" realidad. Toda película de Herzog tiene algo de "documental" si se quiere. Y si ven su espectacular "Mein liebster Fiend" -incorrectamente traducido como "Mi enemigo íntimo"-, queda en evidencia que la filmación de sus 5 películas con Klaus Kinski implicó en la producción y rodaje ponerse en situaciones "reales" y por supuesto, peligrosas. Vale decir, se transmite "realidad" en sus películas porque efectivamente la hubo.

Conforme "Incidente..." va avanzando, diferentes situaciones comienzan a surgir en las cuales el espectador (al igual que Herzog) se va dando cuenta que en el proyecto de Penn hay harto de tongo. La película se va transformando en el documental de un documental fallido, y el "problema" de la dualidad Realidad-Ficción se transforma en protagonista. No les contaré más porque es una película que vale la pena ver y que sorprenda.
De hecho su principal virtud es que si uno la ve con una "estructura mental" de Realidad Ó Ficción, te termina tomando el pelo y dejándote siempre con la duda de qué fue lo que realmente viste.

Ahí está la clave: en la "Mentalidad Binominal". Si no es una opción, es la otra. Con lo que se hacen imposibles las opciones intermedias, terceras opciones, u opciones mixtas. Y hay que hacerse cargo: un modo "binominal" o "binario" de ver las cosas es inherentemente limitado. Si se quiere, se pierden todos los grises que hay entre el blanco y el negro.

Salió la encuesta AdimarkGFK, y ya todos hicieron sus cálculos e interpretaciones. Que "luces rojas", "fin de la concertación", "desalojos", "lejanía del ejecutivo"...etc.
Nada novedoso para variar. La oscilaciones efectivamente se mueven dentro del margen de error (3%), y la aprobación y desaprobación andan parejas (estadísticamante la última más alta, pero muy cercana al margen de error) 39,1 y 42,7% repectivamente.

Lo interesante, para mi gusto, empieza después. Por conglomerados políticos la adhesión es de 20% para la concertación, 20,8% para la Alianza (diferencia dentro del margen de error) y casi 10% para Juntos Podemos. Un 52,9% de los encuestados no se identifica con ningún pacto político. El rechazo, en cambio fue de un 55,9% para la concertación y de 52,4% para la alianza. Dado el margen de error, se puede decir que es levemente superior el de la concertación. Pero tratar de debatir esto es una estupidez. El dato interesante es que más de la mitad de los encuestados no se identifica con nada de lo que se ofrece. Y una cifra similar rechaza a los dos grandes bloques.

Bien ¿qué hacer? Aquí es donde entra en juego la "Mentalidad Binominal": como por ley no podemos elegir más allá de ambos conglomerados, en el ejercicio del voto alguna de las dos coaliciones saldrá ganando. Paradójicamente, teniendo a más de la mitad de la población sintiendo que no los representa, y rechazándolos. Cuando le preguntaban a Allamand por qué la derecha no "capitalizaba" (como si fuera negocio, parece que lo es) la desaprobación al gobierno y parecía que la clase política caía "toda junta", el senador constestaba que a la hora de votar la gente no tendría más opción que la Alianza.
Así de claro.
Se subentiende que alguien descontento con la concertación pero cercano al "Juntos Podemos" difícilmente vote por la Alianza.

Bueno, y así nos tiene el sistema binominal. Una política de pésima calidad, con una maldición del "mal menor" que se hace más patente en cada elección. Cada vez son menos quienes se identifican y quienes apoyan. Cada vez son más los que rechazan ¿Y qué hay para ellos?
Nada todavía.
Ese es el dato: la mayoría quiere otras alianzas, otra política, otros políticos. La mayoría rechaza las alternativas que se ofrecen. Pero siguiendo la "mentalidad binominal", acá no siempre ganan las mayorías y parece que TODOS los con representación política están sobrerrepresentados.
Si creemos que hay que escoger a la Concertación Ó a la Alianza, nos terminan tomando el pelo y nos dejan con la duda de que es lo que realmente está pasando con la democracia.

Dan ganas de prenderle fuego a algo...

Por Favor, reAcciones

P.S.: Doy por supuesto que la calidad de los datos (y su presentación) está sujeta a errores y a la probabilidad -inevitable- de haber obtenido una mala muestra. Lecciones de aquello pueden leerse a modo de ejemplo acá, lo que a mi me interesa es la forma como se les interpreta (y como se les puede interpretar) más que la rigurosidad del dato mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leí el post de Socióblogo y luego el tuyo, y la conclusión es uninominal: Basta de lo mismo. Basta de sistema binominal y coaliciones de mentira que no representan al electorado y que obligan a votar por "el menos malo". Ya sabemos que esos conglomerados están pegados con chicle y es precisamente el binominal lo que los mantiene unidos. Es un puto círculo vicioso. Mientras tanto, "el pueblo" o "la gente", se desentiende cada vez más de asuntos políticos, porque no se siente representada. Obviamente existe una tercera y una cuarta opción a la que los votantes quisieran acceder, que actualmente no existe pero tiene que existir de una puñetera vez, más temprano que tarde.

Saludos.

José Nova dijo...

La reseña de tu película me recordó en parte a "Perdidos en La Mancha".

Claramente el país está dando muestras que está más que listo para alternativas distintas a la dicotomía del sistema binominal. Ideas hay, lo que falta es gente con cojones (y ovarios, para no pecar de misógino) para llevarlas a cabo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Herzog y Kinski se sentían muy cercanos, tan iguales que tenían la necesidad de destruirse el uno al otro, quizás como mecanismo de sobrevivencia. O estrategia publicitaria? como algunos sostienen. Cómo saberlo.

La mentalidad binominal bisecta el ángulo del poder absoluto en dos partes iguales. Ambos son lados corruptos, anquilosados, maníacos políticamente.
Pero un día la "hilacha" va a ser tan grande, que va a costar menos pa cortarla.

Saludos, y revisa mi respuesta a Ayer.