lunes, octubre 08, 2007

El gesto de la semana: "¡Wena Naty!" Volumen 2


Como había prometido estimadas lectoras y estimados lectores, continuamos con las reflexiones que la generosa Naty nos ha dejado.

6) Nuevas tecnologías: nada de esto hubiera sido posible (desde un punto de vista empirista a la Hume) si es que no fuera tan fácil que un escolar de 16 años tenga una cámara que grabe videos en su celular. Además ese video se puede transmitir rápidamente de un celular a otro con la tecnología inalámbrica llamada "Bluetooth". Alguno de estos personajes sube el video desde su celular a internet...y el resto es historia. Incluso hace unos 2 años esta historia podría haber parecido de ciencia ficción, pero el desarrollo exponencial de la tecnología y su masificación hacen posible no el acto en sí -eso es obvio- pero sí que potencialmente cualquiera con acceso a internet pueda verlo. ¡Wena Naty! Gracias por inspirarnos a pensar hasta que punto necesitamos tanta tecnología, y por demostrarnos que ésta no es "útil" o "liberadora" per sé.

7) Panoptismo y búsqueda de identidad:
sucede algo curioso con esto de los fotologs y los blogs: comienza a operar un principio panóptico pero ya no para controlar y disciplinar (a la Foucault), sino para intentar generar una identidad. Al parecer los grandes metarrelatos efectivamente están en crisis -diría Lyotard-, en otras palabras, son pocos los que se engrupen con la religión o la política como vías donde encuentran valores y caminos para autodefinirse. Para tener una identidad.
La cultura posmoderna -si es que se puede hablar en esos términos de ella- ensalza el individualismo, y aunque paradójicamente las distintas "tribus urbanas" (concepto que no me compro mucho) como los "pokemones", "emos", y ya no sé que otras más, parecen uniformados y estéticamente iguales, es a través de fotos de ellos mismos y "diarios de vida online" que satisfacen esa ansia de ser alguien. El ansia de identidad.
Ahora, desde otro ángulo y tal como lo adelantaba el ilustre José Nova en los comentarios de la columna anterior, queda absolutamente claro que hoy cualquiera con un celular te puede funar si estás haciendo algo que no quisieras que nadie más lo supiera. Ahí si opera el panoptismo Bentham/Foucault, y la verdad de las cosas es que cualquier calentura en un espacio público no podrá ser satisfecha sin andar mirando por arriba del hombro.
¡Wena Naty! Gracias por recordarnos que hoy cualquiera puede grabarnos y exponernos a todo el mundo. Gracias por recordarnos que ya no queda mucho de que afirmarse para constituir identidad más que el yo. Que estamos medio sonados básicamente.

8) Tallas y creatividad: lejos el lado más lúdico de este asunto. Recuerdo cuando aún era estudiante y con un amigo tratábamos de adivinar qué era lo que los chilenos hacíamos mejor, o lo que nos identificaba frente a otros latinos. La "conclusión de patio" fueron las tallas. Nos convencimos de que los chilenos (no todos) somos buenos para la talla. Pues bien, ¡Wena Naty! -y en verdad esto no necesito escribírselos estimados lectores, pero en fin- ha puesto a prueba la creatividad criolla para saber muy bien cuando intercalar esa frase. Para la desgracia de Naty y de su familia, y por más que pongan recursos en la corte que impidan decir su nombre o incluso su apodo, esta frase ha quedado en la memoria de toda una generación. Mención aparte para todas las Natalias, que como bien ejemplificó keko en su comentario a la columna anterior, la están sufriendo, y la seguirán sufriendo. Mala suerte, tendrán que tomárselo con humor.
¡Wena Naty! Gracias por despertar el genio tallero chileno, y de paso regalarnos carcajadas para rato.

9) Sexualidad y placer: si la anterior era el lado más lúdico, evidentemente esta es la parte más caliente. Pese a todo lo que digamos o podamos extraer, el ¡Wena Naty! siempre será un acto sexual antes que todo. Estoy seguro que muchas fantasías se avivaron: sexo en lugares públicos, grabarse (aunque dada la difusión, ya no parece tan buena idea), o la clásica fantasía-cliché masculina de estar con una escolar. Dicha fantasía la interpreto no tanto como una desviación pedófila, sino más bien como el deseo de haber tenido una compañera de curso como Naty en el colegio (y si la tuviste, recordarla con nostalgia).
Sería de un cinismo canalla plantear como "inmorales" los actos sexuales involucrados. Es decir, debiera aprovecharse de valorar este tipo de iniciativas, porque el sexo oral aparte de evitar el riesgo de un embarazo, es algo que much@s estresad@s necesitan...quién sabe, lo más probable es que con más orgasmos haya menos irritables en las calles. Y en eso los adolescentes de hoy ya llevan la ventaja.
¡Wena Naty! se agradece la inspiración sexual.

10) Prestigio del colegio y apoderados: por mucho que se esfuerze el colegio "La Salle" porque su nombre aparezca lo menos posible ligado a este incidente, ya todos sabemos que de ahí la echaron raudamente. Pero alegarle al director es una estupidez. Y no sólo porque efectivamente se hace imposible que ella continúe ahí, sino porque como se ha dicho estos días varias veces, en los colegios particulares los que mandan son los que ponen la plata: los apoderados. Y ya hablamos del desajuste generacional que hay en juego. Por lo tanto, padres que no quisieran que "Naty" sea su hija, o amiga de sus hijos, presionan para que no exista más...como si ella tuviera una enfermedad contagiosa, o algo así. Una burda forma de cinismo, donde tranquiliza más pensar que porque ella no está esas conductas no van a "llegar" a sus hijo/as. Para variar, es demasiado tarde ya...

Por Favor, reAcciones

5 comentarios:

José Nova dijo...

Como dijeron por ahí, "Wena Naty" ha hecho replantearse la mirada que se tiene hacia la adolescencia chilensis. Naty nos ha hecho ver que los adolescentes de BKN, Karkú y todos esos programas de adolescentes y para adolescentes no son más que espejismos ABC1, que no tienen nada que ver con la realidad más cercana, la que vivimos todos los días.

Por eso y por todo lo que expusiste en tu seguidilla de posts, sólo queda decir: ¡Wena Naty!

Saludos.

Anónimo dijo...

lo que más me llega, dentro de todo, es la entonación con la que el niño x , dice "weena naaaty". Es demaciado rescatable, no es un wena naty nada más, es Él wena naty

dominga dijo...

No creo que el problema radique en la promiscuidad que ataca a las nuevas generaciones y todo ese discurso medio anacrónico, pues sería iluso pensar que nuestros padres no tienen una anécdota subida de tono escondida en los recuerdos de sus años mozos. La diferencia radica en la privacidad. La señorita Natalia debió pensar dos veces antes de realizarle el fellatio a su compañero y recordar que existen lugares de acceso publico y masivo como youtube, y al mismo tiempo que hay adolescentes egocéntricos y mala leche capaces de realizar "bromas" como éstas. Por eso recomiendo las piezas a oscuras, y si quieren ser vistos por los amigos, estar previamente seguros de la inexistencia de todo aparato eletrónico que pueda transformarte en un potencial ícono sexual y objeto de burlas.
saludos

dominga dijo...

Ps:
Muy buen post

Juan Emar dijo...

José: gracias por el aterrizaje contra la tele...ya era hora de desenmascarar esas falacias.

Calu: que bueno "verte" por estos lados. Y si. Tienes mucha razón, la entonación por sí misma es un evento estético inigualable.

Dominga: gracias por las recomendaciones. Grandes recuerdos de la pieza oscura....

Saludos