miércoles, mayo 30, 2007

Especial: Un Año


"Un Año" es uno de mis libros favoritos de mi autor chileno preferido: Juan Emar, a quien insisto en plagiarle el seudónimo. Obviamente les recomiendo que lean el libro, es bastante breve (120 páginas), divertido, y por supuesto, excelente.

El sábado pasado se cumplió un año desde la primera columna en este blog, y me bajaron las poco originales ganas de hacer un balance autorreferente de este espacio.
No tenía idea muy bien en qué consistían los blogs, sus ventajas y vicios, pero fue gracias al blog de mi amigo Richy (de estos blogueros aislados que puede estar meses sin escribir, para luego descargar cientos de columnas de un día para otro) que me motivé a escribir mis descargos, gusto por el Rock (en todo sentido), y mi afición por el cine. Todo junto y a veces revuelto.
Siempre lo pensé como un espacio de expresión, pero sobre todo, de discusión. Principalmente con mis amigos y conocidos (ya que nunca me he esforzado mucho por difundirme y ser popular), aunque en tanto blog abierto, constantemente esperando nuevas personas y opiniones.

Debo admitir que en algún momento intenté poner un contador de visitas. No me resultó. Tampoco lo volví a intentar. Lo terminé encontrando medio snob, y algo así como un medidor de "rating". Y la verdad es que estoy contento con la calidad de quienes opinan acá. Y ese es el factor que más me interesa. Eso sí, la semana pasada puse un contador de estadísticas, el cual me dice de que país y cómo llegaron los visitantes a este blog entre otros datos (lo pueden ver en un pequeño icono bajo "en el tiempo"). Así en vez de ser snob, soy nerd.

Me había comprometido a escribir al menos una vez por semana, si bien por vacaciones he faltado un par de veces a esa promesa, en un año he subido 56 columnas, lo que en promedio falazmente cumple con lo prometido. La vez que más comentarios se recibieron en una columna fueron las 22 respuestas al concurso abierto ¿Usted dónde pondría la bomba?, la columna que menos reAcciones ha tenido fue la segunda que escribí: nadie la ha comentado. Paradójicamente, empieza comentando mi película favorita.
Como pueden ver, estimados y abnegados lectores, este es un blog sin grandes pretensiones, más que nada una invitación permanente a exponer pensamientos y rabias...con algo de olor a terrorismo. Lo admito.

De alguna manera no considero este espacio como caduco, vale decir, creo que ninguna discusión expuesta acá se agota y constantemente reviso si alguien comenta en columnas "antiguas", lo que de cuando en cuando sucede. Por eso mismo, este blog al abrirse se despliega entero desde la última a la primera columna, con la absurda pretensión de llevarle un poco la contra a la idea de que si algo no es la última actualización, no por eso no puede ser leído y comentado.

No los aburriré más, les agradezco por comentar y darle dinamismo a este asunto. Les agradezco por plasmar lo que les parece frente a los temas que arbitrariamente me parecen dignos de comentar. Les agradezco simplemente por darse el tiempo de leer voyeuristamante lo que escribo y así, darle sentido a que esto se "publique".
Muchas gracias.

¿Críticas a este espacio?¿Sugerencias?¿Quieren votar por su columna favorita?¿O por la que menos les ha gustado? Por favor, en reAcciones

miércoles, mayo 23, 2007

"Los Más Pobres"


"Recursos Humanos" (Ressources Humaines, 1999), dirigida por Laurent Cantet es -como una amiga me la describió- una excelente película política. Se sitúa en la Francia que acaba de cambiar su legislación laboral a las 35 horas semanales (reforma que Sarkonazy está prometiendo deshacer para "reactivar la economía").
Franck es un joven universitario que acaba de egresar de economía y viene a hacer su práctica a la fábrica donde su padre ha sido obrero por más de 30 años, justamente a desempeñarse como gerente de recursos humanos para adaptar la fábrica a la reforma. La manera en cómo se plantea el tema de la desigualdad es sutil y directa: padre e hijo toman desayuno juntos, se van juntos a la fábrica, pero el hijo viste terno, el padre overall, el hijo trabaja en las oficinas lejos del ruido y almuerza con los ejecutivos, el padre operario de maquinarias almuerza con los otros obreros. El giro se da cuando Franck se da cuenta que en la reducción de personal su padre será despedido. Ahí los que antes parecían fanáticos y porfiados líderes sindicales, aparecen como aliados al momento de "darse vuelta la chaqueta" (o sacársela, más bien).
Las actuaciones son excelentes, y la película es imprescindible. Sin duda da para hablar de muchísimos temas, y se abre la invitación a sacarlos a colación, pero uno de los que más me da vueltas es el academicismo economicista para tratar temas como los "recursos humanos", o "los más pobres".
Punto aparte merece la sóla noción de "recurso humano", el ser humano como un recurso más, todo (naturaleza, gente) visto como recurso. Momento acorde de la metafísica actual, dirían varios heideggerianos.

El domingo pasado salió publicada una columna de Hernán Büchi en el cuerpo de reportajes de "El Mercurio" (acabo de dejarles el link). En ella, el economista "responde" a Al Gore a pito de su charla sobre el calentamiento global. Büchi argumenta que dado que aún no hay cifras exactas (es imposible que las haya) y que no hay nada del todo "concluyente", no habría que apresurarse a castigar el uso de la energía a riesgo de causar problemas para los "más pobres", como la pérdida de millones de empleos por aplicar, por ejemplo, el protocolo de Kyoto, que es un chiste en cuanto a la cantidad de emisiones que pretende bajar (sólo un 8%, pocazo).

Büchi, que para cualquier economista neoliberal es todo lo capo que se quiera, cae inmediatemente en una falacia: La energía no es lo mismo que el petróleo y otras formas contaminantes y calentadoras del planeta. Esta falacia es propia de todos los economistas adherentes a la escuela de Chicago (universidad fundada por el magnate petrolero Rockefeller, y financiada por intereses petroleros): el funcionamiento real del "mercado" (matonaje, más bien) del petróleo se omite, y se le considera como forma exclusiva de energía.

Por otro lado, Büchi, siguiendo la línea de las posturas "negacionistas" del calentamiento global, relativiza la real causa humana de éste (rebatiendo a miles de científicos) diciendo que es un ejercicio altamente especulativo.
Especulativo.... ¿Como qué? ¿Cómo las acciones en la bolsa? ¿Cómo el precio del petróleo? ¿Cómo los neoliberales y devastadores capitales golondrina?
Que no sea patudo.

Y para rematar, lo más enervante: el clásico discurso del economista de derecha que advierte que las consecuencias de medidas regulatorias afectarán más que nada a los "más pobres". Esto parece campaña política. Mientras él fue ministro de Hacienda este país creció en desigualdad y esos pobres se hicieron "más pobres", y los mismos ricos se hicieron más ricos. Büchi lamentablemente está fuera de la realidad, como -guardando las proporciones- Hermógenes Pérez de Arce.

Si su argumento más fuerte es que las políticas para "detener" (si es que eso es posible) las consecuencias del calentamiento global tendrán fuertes repercusiones económicas, quiere decir que el ex-inteligente economista no es capaz de ver que la causa principal del calentamiento global está en el mismo sistema económico. Es decir, se está "delatando" solo.

¿Les molesta? ¿Y cuando los políticos hablan de los más pobres? ¿O del Transantiago? Fuera de la academia, está la realidad. Fuera de la política está la verdad

Por favor, reAcciones

miércoles, mayo 16, 2007

El gesto de la semana: sabor a humo

La verdad es que es eso justamente lo que he sentido estos días al recorrer la capital en mi bicicleta. Da la sensación de ir detrás de una micro constantemente. Y basta mirar al cielo para que nos de algo de asco saber que eso café, que no debería tener color, está en nuestros pulmones.
Capitán planeta tiene razón: los recortes de gas de Argentina han implicado industrias volviendo al petróleo o al carbón aumentando significativamente los índices de contaminación. También influye en el material particulado la cantidad descriteriada de construcciones actualmente en nuestra ciudad.
Algo deben influir también la cantidad de autos extra que están circulando como colateral del Transantiago, aunque no es tanto lo que influye como nuestra Intendenta pretende.

En la columna inaugural de este Blog le había dedicado unas líneas al entonces Intendente Barrueto que frente al mismo problema de contaminación declaraba que "estaban haciendo todos los machitunes posibles" para que lloviera. Hoy la Intendenta Delpiano en la misma lógica de externalizar declaraba que había que encomendarse a San Isidro.
2 puntos a considerar:
  1. Si llueve el "tema" Transantiago va a tener otra vertiente crítica, sobretodo por la existencia de paraderos "simbólicos" que sólo son un cartel. Sin contar que en varias partes están emplazados sobre tierra (barro). Eso además de los clásicos problemas de Santiago inundado.
  2. La lluvia y las "condiciones de ventilación" son un factor a considerar para "chutear" el problema de la contaminación, pero en sí mismos no son la causa (su carencia) ni la solución.
Esta última es una falacia que ya me tiene cansado.

No puede ser que dependamos de la lluvia para decontaminarnos, como si la naturaleza estuviera al servicio de nuestra contaminación.
¿Puede haber algo más absurdo y paradójico?

Por otro lado, una diputada de RN le pide al gobierno soluciones drásticas y a largo plazo para solucionar el tema de la contaminación.
¿Está dispuesto RN a apoyar medidas que impliquen bajar las tasas de crecimiento?
Porque seamos sinceros: contaminar es barato. Descontaminar no es negocio. La contaminación es una "externalización" de una corporación, vale decir un daño colateral del cual no se hacen cargo.
Y cualquier medida, desde cerrar industrias contaminantes, hasta obligar a estándares de emisiones más rígidos, implicarán que los frescos que mantienen industrias contaminadoras trabajando tengan que cerrar o invertir, lo que implicaría recortar gastos (usualmente con despidos).
El tema tiene aristas complicadas. Y normalmente lo que ha primado ha sido la lógica lucrativa cortoplacista. Ojalá se empiece a privilegiar las condiciones de vida (poder vivir) antes que las presiones poderosas.
Pero sin duda soy muy ingenuo. El modo de vida occidental es cortoplacista y adicto a las muertes lentas.

Por Favor, reAcciones

lunes, mayo 07, 2007

Sectas y Poder


El Año pasado vi "El código Da Vinci" en el cine. De el libro sólo alcancé a leer unas 100 páginas, porque no era mío. Hasta ahí lo encontraba tremendamente rápido de leer y entretenido. La película es entretenida también. Nada del otro mundo, pero tampoco me da para considerarla mala.
Todo este asunto de códigos ocultos, verdades ocultas, el Vaticano asesinando...es por cierto atractiva, sobre todo porque sentimos "a priori" que mucho de lo que se "ficcionaliza" es bastante real. O al revés, la realidad siempre supera a la ficción.

Uno de los temas más morbosos de la película es el papel que juega el Opus Dei. Acá los conocemos bastante. Sabemos que tienen hartos hijos (se multiplican rápidamente), que controlan bastante poder económico, que controlan varias universidades y colegios, y que tienen influencia en el partido político más votado de Chile.
No obstante, gracias al personaje de Silas, nos imbuimos más del secretismo y el grado de secta que esta prelatura especial del vaticano tiene. Más allá que hayan sacado un santo franquista en tiempo récord, hay muchas prácticas del Opus Dei como el enclaustramiento, la separación de hombres y mujeres, la diferenciación y estratificación de funciones en sus "claustros" que poco los diferencian de la "secta" de Pirque. O que incluso lo hacen más oscuro. Por otro lado todo el tema que sale a flote entre la medicina occidental vs. medicina alternativa, es un cuento de no acabar. ¿Hasta dónde se impone una concepción de la salud? ¿Qué pasa con los Testigos de Jehová que no reciben transfusiones de sangre? ¿Son una "secta" también?

La comunidad ecológica de Pirque (o secta si prefieren) aparece evidenciando un hecho que es el puro actuar del poder. "Si no viven como nosotros, están mal".
Son una "secta". Palabra cuyo significado original (comunidad religiosa que acepta sólo algunas partes del dogma de una religión) se ha extraviado para sólo quedar con el eco de lo que no se nombra: "satánica".
Fíjense, es una palabra que de por sí parece peyorativa.

La comparación de Sheriff junior Harboe con "Colonia Dignidad" continúa esa política: ridiculizar y satanizar a quienes optan por otra forma de vida.
No me mal entiendan: jamás viviría en una comunidad cristiana, ni tampoco justifico que se hagan ilegalidades, pero creo que tienen todo el derecho de vivir de forma alternativa.
En vez de mirar a huevo las granjas autogestionadas, o andar creyéndole a los clásicos "testigos-fantasmas-oportunistas" que aparecen diciendo "yo sabía que había algo raro ahí...", se puede aprovechar la oportunidad para pensar que tan ridícula es la vida citadina en sí misma.
¿Qué tan necesarias son las jornadas laborales en cubículos?
¿Qué tan necesaria es la maldita burocracia?
¿Qué tan necesario es el supermercado Líder?
¿Qué tan necesarias nos son las deudas y las aspiraciones materiales como aspiraciones de vida? ¿Qué tan felices somos?

Lo admito se me puede haber pasado la mano con el hippismo, pero yo soy de esas personas que les encantaría vivir en un lugar más tranquilo, menos contaminado, y con menos gente.
No una comunidad cristiana en todo caso.
Por eso creo que vale la pena preguntarse por qué se trata a este grupo de gente con los adjetivos con que se les trata, por qué el Estado aparece de una manera tan represora satanizando.
¿Cuáles son los intereses en juego?
¿Hasta dónde se nos puede obligar a vivir de determinada manera?
¿Hasta dónde se nos puede obligar a morir de determinada manera?

Por favor, por nuestro señor jesucristo, por alá, por satán, reAcciones

miércoles, mayo 02, 2007

El gesto de la semana: El mundo al revés


Yo sé que estoy grande para andar ilusionándome con la política.
Ya sé, tengo muy claro que la política es una clase en sí misma, y no representa intereses de clases sociales necesariamente.
Por lo mismo, sé que los discursos utópicos de la política no buscan tanto el realizarse, sino mantener a quienes los detentan en situaciones o posiciones de poder.
Sé también que las ideologías (palabra comodín usada por instituciones en esencia ideológicas -como los partidos y la iglesia- para criticar el fin del lucro en la educación) son una realidad, y que efectivamente son una forma de ver el mundo, que cuando quien la detenta está en el poder aparece como la forma de ver el mundo.
Sé todas esas cosas.
Estoy de acuerdo con la presidenta Valeshit de que la política es una mierda.
Pero aún así me cuesta que me den vuelta las cosas, y me descuadra sentir que el mundo está al revés. Es inevitable supongo, pero que a uno le cambien el sentido de las cosas sin avisarle, así como así, molesta.

Y resulta que desde hace semana y media que me están dando vuelta todo.

La derecha "corta relaciones" con los grandes empresarios (tengo entendido que las recompondrán pronto aunque seguro que no con tantos bombos como fue el rompimiento) y aparece defendiendo a las PYMES.

La concertación aparece preocupada de complacer a los grandes empresarios (lo cual es más o menos esperable) y de conseguir los votos de la derecha antes que los de tipos del mismo partido de la presidenta, por ejemplo.

Para el día del trabajo la derecha aparece llamando a mejorar las condiciones precarias de los trabajadores (sobre todo los del sector público), y denuncia a la concertación como la culpable de la brecha económica. Claro, Pinochet entregó un país equitativo.

Y la guinda de la torta: el ex patrón (o capataz, como me sugiere Richy) de Chile Ricardo Lagos es nombrado por el Secretario General de la ONU como enviado para el cambio climático. Durante su gobierno fue la CONAMA más servil a los intereses empresariales que hubo, durante su gobierno se concretaron Alumysa, y el desastre de Celco en el río cruces con cisnes muertos y todo. Y más encima cuando los ecologistas fueron a protestarle en un acto público en Valdivia, el los reta diciendo "no me van a decir ustedes a mi lo que es la democracia", y fin del asunto. Espaldarazo a su amigo Angelini.

Estimados lectora/es: ¿Estoy siendo muy ingenuo? ¿Retrógrado? ¿Conservador? ¿O a ustedes les pasa lo mismo?
Por Favor reAcciones