viernes, mayo 02, 2008

"El miedo del desastre"

Hace tiempo que tenía ganas de escribir a propósito de "The Manchurian Candidate" (2004, traducida como "El embajador/mensajero del miedo").
Vi por primera vez esta película a fines del año pasado, y me transmitió inmediatamente la atmósfera de la película: la obsesión paranoide.

Creo que el director Jonathan Demme ("El silencio de los inocentes") logra una excelente película al trapasarle al espectador el padecimiento de su protagonista, el Mayor Ben Marco -encarnado impecablemente por Denzel Washington-. Otra que logra bien eso -para mi gusto- es "Requiem para un sueño", en donde la película en sí intenta recrear la heroína desde su euforia placentera hasta su decadencia autodestructiva. El medio se transforma en el mensaje.

Lo mismo -en mi opinión- sucede con este remake de la película homónima de 1962 protagonizada por Sinatra. Pero claro, el escenario que entonces daba la guerra fría, se adapta inteligente y asertivamente a la "guerra contra el terrorismo".

Advertencia: si usted no ha visto la película, le recomiendo abstenerse de leer el próximo párrafo y verla.

La trama se remonta a la primera guerra del golfo, donde una patrulla es emboscada, y el sargento Raymond Prentiss Shaw (el inquietante Liev Schreiber), hijo de una influyente senadora (una monumental Meryl Streep), logra salvarlos a todos, incluyendo al inconsciente Capitán (en ese entonces) Ben Marco. Sólo dos soldados mueren.
Pasan los años, y es plena campaña presidencial. Aunque no se mencionen los partidos, es claro que Shaw, congresista, pertenece al partido demócrata que aspira a llegar -esta vez si que si- a la Casa Blanca. Gracias a las artimañas de su madre, y con un discurso de "héroe de guerra" (cuento conocido ahora por allá), se instala como el candidato a la vicepresidencia en un clima que todavía tiene los ecos del terrorismo.
Todo bien hasta que una inesperada visita de un antiguo miembro de la patrulla al mayor Marco lo deja desconcertado: un ex cabo con sus facultades mentales aparentemente alteradas le hace ver que la historia de lo que pasó esa noche en Kuwait no es tal como la recuerda. Es decir, es la historia que se sabe de memoria, pero siente que nunca la vivió...y sus sueños comienzan a decirle que lo que pasó realmente fue otra cosa.
Al principio Marco lo toma como una víctima más del "síndrome del golfo", típico en veteranos de guerra, hasta que empieza a tener los sueños y unir los puntos: al parecer están envueltos en un lavado de cerebro que articula un plan para posicionar un títere en el gobierno. Un títere de una gran corporación de armas e insumos varios para la guerra: Manchurian Global. Los intereses aquí son llevados por la fuerza, una fuerza que a veces es más velada que real, pero una fuerza que se impone con un telón de fondo confeccionado con miedo. ¿Suena conocido? Demme no se anda con muchas indirectas...

El Lunes fui a ver Naomi Klein a la casa central de mi querida e ingrata Universidad de Chile.
Venía, básicamente, a presentar su nuevo libro "La doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre" una investigación de casi cuatro años que encuentra como punto de partida ¿adivinen qué?
Si, nuestro país.
A partir del golpe, y de como nos transformamos (sin que se le preguntara a nadie) en el laboratorio de las ideas dogmáticas de Milton Friedman.

O sea, si bien Klein no vino a decir nada muy novedoso, ordena el panorama de la historia reciente de tal forma que la clásica frase "imposición brutal del modelo neoliberal" deja de ser una consigna de la izquierda, para transformarse en una preocupante constatación de la realidad.
La promesa de libertad y democracia nunca se hace tan evidentemente falsa, al dar cuenta que las políticas neoliberales ven un obstáculo en la democracia (algo que el pérfido Hayek, invitado ilustre y recurrente del CEP durante la dictadura, insistía en advertir).
En otras palabras, Chile no sólo fue el laboratorio del "privaticemos hasta la abuela", sino que fue la prueba explícita de que este tipo de reformas (que por supuesto son impopulares: pérdida de derechos básicos como salud, educación, sistema de pensiones decente) requieren de un "Shock" para poder ser aplicadas.

A veces ese Shock es metafórico: una guerra con un país vecino o lejano (como lo fue las Malvinas para la Thatcher) o un desastre natural -como el huracán Katrina, que implicó la rápida y silenciosa privatización de la educación pública en Nueva Orleans.
Pero lamentablemente hay veces en que esos Shocks son reales, como las parrillas de la DINA y CNI en Chile, la masacre de Tiananmen, o el auto golpe de Boris Yeltsin a comienzos de los '90.

El tema no es nada nuevo.
Si estamos desorientados por una gran catástrofe, un golpe de Estado, o el miedo constante a ser apresado y torturado, difícilmente vamos a preocuparnos de trivialidades como los cambios en la economía.

¿Y que se nos ofrece a cambio?
Marcelo Arnold, el luhmaniano decano de la facultad de Ciencias Sociales de la Chile, ilustraba bien la paradoja en la presentación de la charla: somos un país con varios años de crecimiento sostenido, con alta penetración de tecnologías, y con la más alta disminución de la pobreza. Pero claro, somos de los que tenemos mayor desigualdad.

A eso le sumaría que siendo de los países más seguros, nuevamente somos los más temerosos a sufrir un delito.
Le sumaría el alza sostenida de licencias por stress y otras patologías ligadas a la precariedad laboral (lo que ha hecho subir el precio de los planes de nuestra salud privatizada).
Le sumaría el extraño fenómeno de tener una farmacia por cuadra.
Le sumaría que el corte de la pobreza está -calculada de forma demasiado anticuada- en 47.000 pesos. 90 dólares.
Le sumaría que el crecimiento en este país se explica principalmente por como le va a los 15 principales grupos económicos de este país.
Le sumaría el preocupante descrédito y baja inscripción que tienen la democracia y registros electorales.

Y es porque tal vez la mayor gracia de este lobo con piel de oveja que tenemos por sistema económico, está en ser juez (de sí mismo) y parte.

Vale decir: se valora el crecimiento por sobre todo.

Por sobre la repartición de la riqueza.
Por sobre el bienestar real de la población.
Por sobre la sustentabilidad para con el medio ambiente.
Por sobre un planeta, que finalmente, es limitado. Y la paradoja del crecimiento es que funciona en base a un potencial ilimitado: generar más que el año pasado. Como si los recursos fueran eternos y "crecieran" a un 7% anual.
Y la gran paradoja, es que ese crecimiento que "es bueno para el país", en verdad descansa en la concentración económica de no más de 15 grupos-familias. En el éxito de una minoría muy pequeña con un poder muy grande.

¿Estamos todavía demasiado Shockeados por la delincuencia y la corrupción como para verlo?

Por favor, reAcciones

P.S.: Tema aparte (quizás para otra columna) lo que Klein detecta en Bolivia: un intento por darse una nueva constitución que permita deshacer cambios neoliberales, se está viendo "shockeada" por el separatismo oligárquico de Santa Cruz...

10 comentarios:

Jaime Ceresa® dijo...

La charla de la Naomi Klein es una de las antas cosas que me he perdido por temas de salud, quería ir el Martes, pero me sentía podrido de mal.

El tema de como se pinta el crecimiento y como se está creciendo en lo personal hace tiempo que lo vengo diciendo, el problema es que salvo un grupúsculo al que pertenecemos en la masa esto no hace eco, todavía creen en "la eterna promesa" como le llamo yo, el famoso slogan del cambio que en Chile viene reinando desde la dictadura. Mala cosa.

Me gustó mucho el artículo, te quedo reweno.-

Cuídate.-

Vicente Vadich dijo...

Lo del "crecimiento y desarrollo no es lo mismo" no es especialmente novedoso, pero parece que nadie toma las riendas en el asuntos, así que tenemos material de quejas para rato.

Aún recuerdo con cierto horror una nota de 24 Horas sobre las posibilidades de comercio que habrían gracias un nuevo tratado de economía con la India. El entrevistado destacaba feliz el hecho de que este país resulta muy parecido a Chile en términos del crecimiento disparado, y cómo podriamos aprender de ellos. Y esto no lo recuerdo tan bien, pero... cuanto al reportero se le ocurrió la ofensa de mencionar la crudeza de la diisión por castas (que hace de la desigualdad un designio de Dios), el entrevistado lo consideró coo tema de menor importancia, seguido de un cuasi literal manotazo al aire, como desperdigando ese nefasto pensamiento.

Chet.

Anónimo dijo...

Sobre Naomi Klein.

Comenté esta, para mi, desfachatez de reconocer en nuestra cara que nos metieron el dedo hasta el codo en la boca, con un ex compañero (de la Fac. de Artes) hace unos días.

Pero en fin, si ya Kissinger se ha reído bastante de tantos, incluidos de nosotros y de quienes les pagó (bastante poco según él) para realizar el "nacionalista" golpe militar encabezado por Pinochet... ¿Qué nos queda?

¿Es que en realidad necesitamos en Chile que nos digan todo lo que vivimos día a día para darnos por aludidos? ¿Y aun así seguir como si nada?

Tener una gran mayoría de compatriotas que no reaccionan, que no tienen mucha diferencia con las vacas que pastan y rumian mirando pasar el tren, me generan pavor todos los días a las 7:30 de la mañana.

Y por otro lado, me regocijo (realmente) al descubrir mentes despiertas como muchas de las que he conocido a través de esta bendita Internet ¿Sabes tu todo lo solitario que estábamos sin esto en mis tiempos de juventud?

Y con respecto de que lo que permite este modelo es el shock, debo asegurar que el shock debe ser permanente ¿Te das cuenta? Sin el shock el sistema se viene abajo, se derrumba, la gente tendría tiempo para levantar la cabeza del campo de algodón donde trabaja.

Por último repetiré lo que vengo diciendo desde que supe de su existencia: Buchi es un papanatas de los más grandes de este país, quien no diseño nada, solo permitió que los "técnicos" operaran según el libreto del FMI (replicado en otros pueblos al sur de EE.U.) y toda esa zartalada de basuras que se aprovecharon de los vende patria de Chile.

Saludos.

Kenneth Bunker S. dijo...

solo un cliche..

y tu lo dijiste antes,

el problema es que la torta esta mal repartida, pocos comen mucho, y muchos comen poco..

y una reflexion..

la frase "crecer con igualdad" del Capitan Planeta, resume un poco esto.

Crecer es la parte inminente: la globalizacion y el capitalismo que se homogeniza y expande son el sistema.

Pero la igualdad fue su oferta. Es decir, si bien no podemos controlar el sistema, pongamos reglas que puedan doblarlo en nuestro favor.

Y no se trata de que todos crezcan a un mismo ritmo, se trata de que crezcamos hacia una sociedad mas justa. Yo lo encuentro excelente, mejor lema imposible, y pensar que casi perdio con "viva el cambio"...

Anónimo dijo...

federico

sin miedo

"la gente tendría tiempo para levantar la cabeza del campo de algodón donde trabaja"

genial esta analogia, y todo el articulo, el miedo poderoso instrumento, en realidad todo operaa asi hoy, miedo a la muerte a algun accidente seguros, miedo a la delincuencia, + pacos - libertad, miedo a la cesantia, + sumision... miedo a lo diferente + discriminacion......

saludos

Ideasingracia dijo...

Lo del embajador me lo salté por la recomendación, y si la comparaste con Requiem debe ser buena.
Sobre la charla y la importancia que se entrega al crecimiento económico estoy en total acuerdo contigo, sólo agregaría que no entienden que el desarrollo es más importante, y los índices de pobreza de la última encuesta CASEN fueron realmente un chiste.
Saluodos.

Keko dijo...

que interesante ..

v for vendetta
matrix
asesinos por naturaleza (como un ejemplo especifico)
zeitgeist
baraka ..

mucho mucho ..

teni el candidato manchurian?
me habiai hablado pues .. y se me olvido pedirtela .. me acorde.
y me abstuve del parrafo
y sigo tu recomendacion.

salud!

k

socióblogo dijo...

Encuentro un poco aburridores los argumentos que reducen a la categoría de rebaño a los otros, mientras quien los sostiene se sitúa a sí mismo en la posición de sujeto consciente y en disposición de construir su destino. Si se lleva al terreno político, esa idea puede llevar a suponer que a los pobres esclavos hay que liberarlos, aunque en la práctica esto siempre ha significado que hay que cortar algunas cabezas en el proceso: el resultado es el terror jacobino. ¿Qué pasa si uno no quiere que lo liberen?

Es más, me parece que la misma Naomi Klein es la primera en criticar esa forma de entender la vida en sociedad. Encuentro terroríficos a los iluminados que se sienten parte de una elite destinada a liberar, neoliberales, leninistas, humanistas, verdes, rojos o lo que sean.

socióblogo dijo...

Por cierto, me refería a los comentarios de más arriba, no al post de JE.

Anónimo dijo...

Don Estoy Harto
Por fin vi "el candidato Manchuriano" a instancias de esta columna. Buena la pelicula, muy buena. Lo peor de todo, que es cierto, no con los implantes cerebrales (seguro lo intentaron, pero sale muy caro comparado con los "beneficios", y creame sé de lo que hablo), pero como dice la misma pelicula,"un electroshock, un poco de deprivacion de sueño hacen la misma pega por menos dinero", yo le agregaria, la CNN, y guardando las distancias, tvn, mega, chilevision, el mercurio y una larga lista.
Otro punto de la pelicula es que el personaje de la Meryl Streep es IDENTICO a Hillary..jajajaja, que menos mal que se bajó. Estoy seguro que esa señora tiene un implante cerebral que cada vez que lo activan se lo forma esa mueca parecida a una sonrisa en la cara.
Saludos desde 'Norte Carolina'
Cimero