martes, agosto 05, 2008

El gesto de la semana: "Crisis para el deleite"


Algo me sucede cuando aparece la figura de nuestro ministro de Hacienda. De hecho algo me sucede incluso cuando me lo nombran.

Y no creo ser el único.

Arrugo la cara al menos, como si diera un poco de (Vel)asco.
Y siendo bien sincero, no sé muy bien por qué.

Tuve lo que podríamos llamar “acceso” a un encuentro que el ministro sostuvo el viernes 11 con estudiantes destacados de la mención en Economía de Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, y alumnos del magíster de la misma especialidad. Una clase de escogidos por su amigo Oscar Landerretche que no llegaba a las 50 personas.

Esperaba escuchar algo diferente –es la futura elite de la economía del país-, pero en quince minutos no dijo nada muy distinto a lo que anda repitiendo constantemente: “que estamos bien preparados porque tenemos la casa ordenada”, “que es una inflación importada”, “que el precio de las materias primas está muy alto”, “que la crisis de los alimentos”, “que extinguimos la deuda pública”, “que tenemos superávit fiscal en 13 de los últimos 16 años, y que los últimos dos años ha superado el 7% del PIB”…en fin, con un poco de decepción escuchaba lo mismo que está al alcance de cualquiera...

Velasco escenifica un personaje de sí mismo, un personaje que echó a andar algún tiempo después de asumir como ministro. De alguna forma parecía algo parco ante el “público”, y le faltaba salir más a “terreno”.

De forma demasiado estirada y evidentemente pauteada, lo vimos haciendo “puerta a puerta” para explicar los beneficios de la reforma provisional, hablando con muchas metáforas marítimas (“oleada”, “marejada”, “tormenta”), o usando eufemismos como “tocar el bolsillo de la gente”.

Pero no funciona.

A Eyzaguirre le resultó al final del gobierno pasado (recordar el “Tranquilein John Wayne”, o el indispensable “A mi gordi”), pero con Velasco no pasa nada.
Al menos yo no le creo. Es un tipo en un puesto clave y que debiera infundir tranquilidad. Y claro pues, es paradoja propia de la economía la “profecía autocumplida”. En simple, si le dices a todo el mundo que la economía se va a ir a la cresta, la gente ahorra, se aprieta el cinturón, decide dejar de consumir, y prefiere no endeudarse. Con eso la economía comienza a estancarse y la crisis se hace una realidad. Lo que es una crisis de expectativas, deviene en una crisis económica real.

Sin embargo, algo tiene Velasco que no infunde confianza. Y no pasa porque sea un tipo que no sabe lo que hace. De hecho, su trayectoria académica debiera producirnos lo que produce: que es un economista cuyo manejo técnico es inapelable. Claro pues, profesor de la cátedra Sumitomo de Finanzas Internacionales y Desarrollo de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Doctorado en Economía en Columbia, y con estudios posdoctorales en Economía Política en Harvard y MIT. Impresionante.

Claro, a parte de alrededor de cien artículos publicados, tiene también un par de novelas (¡vaya epidemia esta de economistas e ingenieros que les da por la literatura!), pero no es por ellas que está donde está.

Tratar de criticar sus decisiones macroeconómicas sería la definición de lo pretencioso. O sea, el tipo es profesor de Harvard. Y es tal vez esa la imagen que proyecta. Las críticas a su gestión tienden a ser tibias, tímidas. Y sólo queda un asunto de paladar, más político, en el cual uno puede discutir su visión económico-política y discrepar de ella.

En otras palabras, hay quienes creen que llevar dos años con un superávit fiscal superior al 7% del PIB es un exceso de conservadurismo y mesura, y que bien vendría usar algo de ese dinero habiendo tantas necesidades en un país –que finalmente- no es mucho más que “emergente”. Yo me considero dentro de ellos, pero yo qué sé. Fueron pocos los ramos de economía que tuve, y de Velasco sólo he leído un patético artículo escrito por él llamado “La (In)Felicidad”.

Pero ¿qué pasa con su manejo político?
¿Qué pasa con el Velasco ministro, no con el académico?

Habría que partir por buscar su trayectoria política: ninguna.

Su nombramiento de por sí fue una sorpresa. Todos daban por seguro a Mario Marcel, pero al parecer el mismo Landerretche es demasiado amigo de la presidenta y demasiado amigo de Velasco.

Este hijo de exiliado hizo toda su juventud y madurez en la academia estadounidense, y la única razón que este prototipo a medias del “self made man” tenía para volver al país donde nació, era para hacerse cargo del ministerio –hoy por hoy- más importante del país.

No le responde a ningún partido político, su plataforma –fiel al viraje que está teniendo la política hacia la tecnocracia- es un “think tank”: Expansiva. Tan fuerte es su influencia que Expansiva logró tener 5 ministros a comienzos del gobierno.

Ahora, la diferencia entre la formación que puede tener un político en un partido o en un “think tank”, radica en que en el primer lugar debe aprender al negociar y obedecer. En el segundo, debe poseer la verdad. O lo más cercano a ella. Mal que mal, está generando conocimiento para influir. El lugar de influencia del académico es mucho más acorde a su espíritu en una institución de este tipo, que en un partido.

No es de extrañarse entonces que le cueste negociar. No es de extrañarse que le haya llevado la contra a ministros del interior, secretario general de gobierno, del trabajo, economía, defensa, y hasta la misma presidenta.

Hay uno de estos encontrones que recuerdo con mucha claridad porque me tocó estar presente: acababa de llegar a Haití la entonces ministra de Defensa Vivianne Blanlot en visita oficial. En el marco de una exposición -de el entonces jefe de la misión Juan Gabriel Valdés- sobre el estado del país caribeño, sus necesidades, y la acción de Naciones Unidas, un periodista le pregunta a la ministra si acaso le parecía razonable que Chile usara algo de los excedentes del alto precio del cobre para ayudar al país que decimos estar ayudando.

Blanlot contestó obviamente que sí.

El periodista obviamente sacó la respuesta de contexto, y acá ardió Troya. Velasco en uno de sus primeros golpes sobre la mesa dijo que “aquí el que decide el uso de los fondos fiscales soy yo”. A los pocos meses su ex-compañera de “Expansiva” dejaba el cargo.

Desde los gobiernos de la concertación jamás se ha cambiado un ministro de Hacienda: Foxley, Aninat, y Eyzaguirre han terminado sus períodos. En este caso, Bachelet también ha mantenido la tendencia intacta, y ha dado una especie de señal manteniendo también a Andrade en el ministerio del Trabajo, pese a lo mucho que ha estorbado a Velasco.

Velasco tiene la razón, y no dejará de tenerla.

El sábado 19 de julio, en la revista de ese día de El Mercurio, Velasco afirmaba que “cada día lo paso mejor como ministro”. El viernes 11 decía a los presentes que “son afortunados porque les va a tocar vivir un remezón internacional”. Velasco está entretenido, cree que toda esta convulsión que toda esta crisis es algo digno de estudiar y experimentar. Su mirada es la del académico, no la del “servidor público” que ve tras esta situación la preocupación, precariedad, hambre, y empobrecimiento de “la gente”. Velasco tiene ante sus ojos un “laboratorio” que cualquier investigador desearía poder manipular en la medida de lo posible.

¿Cómo le vamos a creer que hay que estar tranquilos, si a él todo esto le entretiene con una avidez en la que pareciera que deseara ver una crisis extraña y única?

¿Cómo le vamos a creer sus acartonados “puerta a puerta”, si realmente preferiría estar en otro lugar, mirando más de lejos todo el panorama?

¿Qué “disciplina” o negociación política va a tener este “gringo”, que a penas termine la pega volverá con aún más experiencia (académica, no política) a hacer sus clases, charlas, y artículos?

No le pidamos peras al olmo: Tenemos un frío tecnócrata manejando los recursos del Estado.

No un tipo con vocación de servicio público.

No un tipo con empatía hacia “la gente”.

No un político.

Aunque claro, ¿quedan políticos con esas características?

Por Favor, reAcciones

P.S.1: Agradezco a quienes hicieron esto logísitcamente posible. Mantendré vuestro anonimato para evitar malos ratos.
P.S.2: Esta columna fue publicada casi tal cual en La Página. Pueden ver la original aquí.

8 comentarios:

Adia dijo...

"¿Cómo le vamos a creer sus acartonados “puerta a puerta”, si realmente preferiría estar en otro lugar, mirando más de lejos todo el panorama?

¿Qué “disciplina” o negociación política va a tener este “gringo”, que a penas termine la pega volverá con aún más experiencia (académica, no política) a hacer sus clases, charlas, y artículos?"


Perdón. A mi, si me da confianza Velasco y conozco a muchas otras que también.
En estos dos párrafos que copie hay un dejo de rabia y chaqueteo. Porque, si el acartonado quisiera irse, hace rato que lo hubiese hecho. No creo que Bachelet lo tenga con una postola en el pecho.
Eso sí, si el se va crearía un dilema gigantesco, porque siempre se ha dicho que el único ministro que es prácticamente inamovible, porque da estabilidad, es el de Hacienda (sea quien sea)
Y en el segundo. ¿Es idea mía o muchos ex ministros, subsecretarios y personajes en cargos públicos, terminan haciendo clases? O sea, porque Velasco tiene varios títulos bajo el brazo y la mayoría de su educación la hizo en el extranjero, es cuestionable que vuelva a hacer lo que hacía antes de ser parte de la campaña y gobierno de Bachelet. Lo encuentro un poco insólito.
En cuanto a lo demás, no puedo decir nada. Las opiniones, con base, pocas veces son refutables. Y por lo demás, respeto que alguien divulgue una columna así y que no caiga en descalificaciones comunes.
Muy buen blog!
Saludos!

Delia dijo...

¡¡Hola Jose!! Soy la Carmen, y tú fuiste mi ayudante de sociología en bachi. Hace unos días que tengo ganas de contactarme contigo, por dos temas: primero, porque este semestre soy ayudante de economía en bachi y queremos que los estudiantes hagan un ensayo vinculando temas de economía y sociología entre otros, y me gustaría escuchar tu opinión. Por otro lado en la Revista La Mano Invisible, como tema central estamos construyendo un artículo que trata de las divergencias entre la oferta, demanda y rol público en el consumo y "producción" de cultura y me gustaría tener tu opinión en cuenta para enfocarlo.

Justo me metí a tu blog para postearte y me di cuenta que habías entrado un tema nuevo que tiene mucho con lo que estudio, así que me enorgullezco de poder tener alguna opinión. Acá las vierto:

A mi me invitaron a esa reunión con Velasco, y también tengo sentimientos encontrados: primero, por las actuaciones del Banco Central el se supone que tiene banqueros Hawkish (muy adversos a la inflación) y que sin embargo devalúa el peso chileno para hacer nuestros bienes más competitivos en el exterior. Sin embargo es sabido que existe una relación positiva entre inflación y devaluación. Es decir, esto también estaría generando presiones inflacionarias. Entonces ¿estas medidas a quién benefician? a los grandes exportadores que son muy pocos, que no "chorrean" la plata que están ganando, que tienen contratas en los cuales sólo pierden los pequeños agricultores, etc…Por otra parte: Chile tiene un tremendo superávit estructural producto de los grandes precios del cobre. Un país que siempre ha tenido que apretarse el cinturón, que está en vías de desarrollo, que no invierte en educación y en investigación, entre otras cosas, se encuentra de repente con las manos llenas de plata y que no la puede gastar porque genera presiones inflacionarias. Es decir: Chile tuvo una inflación del 600% ¿y ahora no puede invertir en educación y va a reducir el gasto público porque tiene una inflación del 9%? A mi, realmente me da pena entenderlo así.
Con respecto a Velasco: siento que más que a hacer un coloquio, fue a hacer propaganda política, es decir, el tipo nunca fue honesto en sus respuestas y eso que estaba hablando con personas que estudian economía, es decir ¿por qué tratar de ocultar cosas? ¿Por qué decir que la situación no es tan escandalosa, porque hay países que tienen el doble de inflación, cuando todos sabíamos que Chile no tiene el doble: ha triplicado la inflación meta? ¿Por qué nunca se refirió a la pérdida de bienestar en la que incurren los individuos cuyo nivel de ingresos se acerca al consumo autónomo? Esas fueron algunas dudas que me quedaron. Sin embargo, leí su redefinición de productos transables/no transables que justifican que la mayor parte de la inflación es importada, y me pareció bastante razonable.
Con respecto a Landerretche: tú mencionas que no tiene color político, sin embargo Óscar Landerretche es socialista declarado, una persona que se aleja mucho del tecnocraticismo del cual mencionas en tu columna, y yo puedo dar garantía de eso, porque él fue mi profesor de Macro 1, y muchas veces la materia no fue pasada por comentar el acontecer nacional y sus propuestas que fueron bastante interesantes y “humanas” por así decirlo. (Ojalá que no le haya hecho mucha propaganda, porque no es mi intención, pero quería dejar en claro algunas cosas.)

Ésa fue mi reacción a tu columna.
Saludos
Carmen Quezada.
Carmen.qh@gmail.com
Pd: dejé el mail para que nos contactemos si es que te interesan los temas

Maximiliano dijo...

Hola Jose,

Entiendo tu sensación, a mi me pasa lo mismo. Las razones debo decir son diferentes, así como mi desagrado no llega a la apatía.

La cuestión es que mis expectativas con Velasco eran mayores. ¡Hasta ahora no se que ha hecho!, aparte de ser el ministro de Hacienda que más ha metido la mano en el bolsillo estatal para financiar programas sociales. Pero eso es porque la Gordi es gastadora, y esta bien, porque tenemos los recursos.

En cambio, Eyzaguirre fue el tipo del Superávit estructural, fue el ejemplo de coordinación con el Central, fue el que nombró a Mandrake El Mago como asesor financiero de Pinochet, fue el que tenia un pasado "con mas onda", fue el que retó a un empresario importante cuando este se mofó de sus calcetines dispares, en fin, fue un ministro competente y con el cual uno se podía identificar.

Este Velasco, aparte de tartamudear o de hablar demasiado lento, ha financiado obras ideadas por otros. Se ha limitado a continuar con un legado ajeno y a ser un mamón con la presidenta. Es un pussy que le faltan pantalones para proponer reformas, además de no tener nada de manejo político.

No creo que haya hecho algo mal. pero definitivamente como consumidores del gobierno, esperamos notar que la gestión económica avance (es decir añada valor), en vez de quedarnos pegados en el discurso "nosotros vamos bien, lo malo viene de afuera".

Deberia estar más en desacuerdo con la inflación y desempleo (algo clave es un gobierno que se dice llamar "social"). Aparte de esto, TIENE que promover y comprometerse con las REFORMAS MICROECONOMICAS que son pedidas a GRITOS, esto es: PYMES (para evitar la concentracion economica), mayor flexibiliad y seguridad laboral, modernización del estado y regulación de intereses crediticios (consumitis chilensis). Pero nada... parece tener en la cabeza sólo los programas inversión social (propiedad de Santa Michelle) y el desempeño macroeconomico (propiedad de Nico E.). Necesito que se la juegue con algo, y que se note que es de su autoría, porque o si no lo voy a recordar como un "chanta".

Buen tema. Tenia ganas hace tiempo de compartir esta sensasion.

siyu.

Anónimo dijo...

Me declaro impresionado. En verdad no imaginaba que su falta de tino político, que describes con elocuencia, llegara a este extremo. Si aquella frase llena de insensibilidad fuera recogida en las portadas de seguro generaría un malestar agudo.
Ojalá mucha gente lea esta columna.

saludos

Ideasingracia dijo...

Ya sabía que tenía 0 sangre política y que, como bien dices, tiene 0 pasado político también, pero tiraste muchos datos que (igual que a Luis Cuello) me impresionaron. Ahora me siento parte de un puto examen en el cual Velasco llegará a Harvard y les dirá a sus estudiantes: Ya, ya terminé de estudiar la economía de Chile, es interesante cómo la gente es capaz de aceptar que uno se las cague..pero bueno, pasemos a las clases.
Saludos!, excelente columna, este es uno de los pocos blogs que tiene artículos largos, pero que en ningún momento me aburren.

Anónimo dijo...

"Mas claro echarle agua"

Don Juan Emar, rendido nuevamente ante otra de sus notables columnas.

Saludos.

Anónimo dijo...

Buen análisis.

A un ministro de hacienda se le mide por sus resultados: 2008:
Crecimiento económico 4% con suerte; Inflación 8% con suerte;
situación fiscal, las verdaderas cifras son un misterio, hay cientos de millones de dólares botados en el transantiago y en el subsidio a los combustibles.

Velasco le ha hecho un trabajo extraordinario a Piñera. Les aseguro que Ricardo Lagos no se presentará, no se arriesgará a perder.

Velasco está más preocupado de las entrevistas que le harán cuando deje de ser ministro: su principal problema, sus años fuera de Chile lo desconectaron de nuestro país, algo parecido le ocurre a Bachelet.

Lo lamentable: Marcel habría sido un ministro de lujo. No perdió la concertación, perdió Chile.

Juan Emar dijo...

Adia: me alegro que tú le creas. Y no es necesario pedir perdón por eso. Disculpa si te sentiste pasada a llevar en la persona verbal utilizada en la columna, incluyéndote de forma arbitraria en algo que no compartes. Fue un recurso "literario", si quieres.
Sobre los párrafos que me copias y pones en negritas déjame decirte que si detectas un dejo de rabia, pues estás más o menos en lo cierto.
A ratos este personaje me irrita y sus actitudes me enojan.
Sobre el chaqueteo, no sé si esté tan de acuerdo...pero es cosas de gustos.
En todo caso no digo que él quiera irse, lo que digo es que no parecen acomodarle mucho los "puerta a puerta", sino una contemplación más académica. Por supuesto que se queda porque quiere, de hecho está "pasándolo cada día mejor", pero distinto será cuando termine la pega. Ahí le apuesto, estimada Adia, que volará a Boston a contar cómo fue su experiencia administrando un "remezón internacional". Y para hacer eso tiene que terminar la pega dignamente.
No cuestiono que se vaya a hacer clases, ni mucho menos. Obviamente la experiencia de ministro se transforma en un capital de imagen y experiencia apetecido en universidades. Insisto, no es eso lo que encuentro preocupante.
Lo que encuentro preocupante es la forma "académica" como Velasco se toma la crisis. Siendo que ésta tiene todos los efectos catastróficos que tiene.
Me alegro, en todo caso, que guste del blog. Espero haber aclarado los puntos que hizo ver.
Saludos

Delia/Carmen: agradezco tu fundamentado comentario, pero creo que en lo que respecta a tu profe me malentendiste. Sé la tendencia de Landerretche y algo me han contado de sus enfoques, discursos, y clases.
Lo del color político y el tecnocratismo corría para Velasco. Espero haber sido claro ahora.
Saludos

Max: Gracias. Me agrada el comentario fundamentado de los estudiantes de Ing. Comercial de la U.
Con respecto a lo que dices, bien vale la pena estudiar el real "mérito" o "sello" de Velasco. Yo también tengo la sensación de que grandes novedades no encontramos, y sí una inercia de la maquinaria.
Gracias por compartir tu sensación.
Saludos

Luis: tú sabes mucho mejor que yo que la cantidad de frases que no llegan a las portadas y que debieran hacerlo es demasiado alta.
Demasiado.
Saludos

Ideasingracia: gracias por tu comentario. Me siento muy halagado, de verdad.
Saludos y nos seguimos leyendo

Federico: que alegría tenerlo de nuevo por acá. Creo que exagera en su cumplido, del cual estoy muy agradecido en todo caso.
Gracias por la "metáfora marítima".
Por favor usted también siga escribiendo.
Saludos

Anónimo: parece que es cierto que con Marcel "otro gallo cantaría".
Espero que se equivoque en sus predicciones, las que lamentablemente están muy bien fundamentadas.
Saludos