Si bien "Crash" ganó el Oscar de mejor película, mejor guión original, y mejor montaje en 2006, no podría decir que me gustó del todo.Dirigida y escrita por Paul Haggis (quien dirigió la recién estrenada "In the valley of Elah", y escribió "Million dollar Baby", "Letters from Iwo jima", "Casino Royale", y varias series de televisión), esta película muestra como se entrelazan 6 (o más según como se mire) historias de personajes de Los Ángeles teniendo como "leit motiv" el racismo y sus tensiones.En mi opinión, Haggis abusa del recurso que
parecía novedoso en "Amores Perros", y lo lleva a un extremo que me parece inverosímil. O sea, creo que la película pierde credibilidad al haber taaaanta coincidencia. Eso en lo formal.
Ahora, en términos de contenido parece estar el fuerte de esta película y la razón de los premios de la Academia. Es decir, se mete en "la cuestión racial", los prejuicios, y la discriminación de una manera tan insistente, que da la impresión de que en el país de la libertad están a punto de entrar en una guerra entre etnias.
Y da para preguntarse por qué.
Si bien la esclavitud fue abolida hace un buen rato ya, y las restricciones hace no tanto, se hace imposible encontrar hoy en día alguna ley o restricción institucional que impida a razas distintas a la blanca acceder a derechos.
En otras palabras, hay una suerte de igualdad -formal- ante la ley.
Sin embargo, esta historia de esclavitud y discriminación pesa. Y harto.
Pareciera ser una deuda impagable que la sociedad blanca de Estados Unidos tiene para con los negros.
Esto se manifiesta en al menos dos planos:
1) El discursivoLa manera más coloquial de decirlo es justamente lo que los gringos llaman "The racial card" (que lo podríamos traducir como "jugar/sacar la carta racial"). Esta expresión alude a cuando de parte de un negro o negra (principalmente) se argumenta racismo frente a cualquier situación que los desfavorezca. Incluso se utiliza como argumento de alegato en los juicios, o para desacreditar un jurado. La sensual
Montse, que vive Washington D.C., me asegura que "la raza es la excusa para no hacerse cargo de la pobreza". Para ilustrar un ejemplo.
Y así parece. Es decir llega un momento en que la historia de Bisabuelos o tatarabuelos incluso, no puede justificar una situación actual. Al menos no debiera ser así en el "país de las oportunidades", el país donde se va a "probar suerte".
¿Ecos en Chile?
La ministra Provoste, luego de acusar un
"Femicidio Político" -concepto con el cual ya hemos festinado en este blog- dijo días después que "muchos no me quieren por ser negra, chica, e india". Si se dan el tiempo de darse una vuelta por el mundo del bloguismo verán que ya se han hecho chupete a la pobre Yasna por estos dichos.
Aquí, solo diré que creo que la excusa desde el resentimiento sólo rebaja el nivel de la discusión. Que la derecha va a hacer show comunicacional y acusaciones constitucionales
con quien puedan no importando si es de la raza Aria o no.
Mientras se pueda ligar al gobierno a la corrupción e instalar la palabra en la "opinión pública" como el problema más grave, ya están haciendo campaña.
Paradójicamente, una campaña que no se capitaliza en apoyo a ellos, sino en descrédito general (lo que debiera interpretarse como una pérdida de legitimidad) de la clase política.
Volviendo al tema, las primarias demócratas están hace rato cruzadas por el tema racial. Finalmente se hizo explícito lo que en todos estaba claro e instalado hace rato:
La renuncia de Geraldine Ferraro -que hace 24 años fue la primera candidata mujer a la vicepresidencia-, miembra honoraria de la campaña de Hillary Clinton, por decir que "
Obama no estaría donde está si fuera blanco" fue un hito importante es este sentido. La ex congresista, paladín de la lucha por derechos de la mujer, recibió una avalancha de críticas, incluyendo la de Hillary.
Y debiera llamar la atención.
O sea, que en el país de la "libertad de expresión" no se pueda hablar de "el tema" porque la sola mención es considerada racista, me parece histérico. Sobre todo porque creo que la frase de Ferraro no tiene nada de ofensivo, sino que da cuenta de la manera tensa que tiene la sociedad de USA para enfrentarse con el asunto de la raza. Y que por otro lado, en lo programático, Obama no es la graaaan novedad.
Esa forma de hacerlo, de enfrentarse a lo racial, "encapsula" el tema de tal forma, que se hace tan intocable que no es capaz de resolverse. Y sigue siendo siempre algo "incómodo", algo de lo que no se habla, que no se puede hablar, pero que siempre es una carta que se puede jugar. Un comodín.
Acá en Chile, todavía tenemos a Sapito Livingstone complicándose para explicar por qué el defensor de la Roma, Ferrari,
"es...ehmm...digamos....morenito". Como si negro, aparte de ser un color, fuera un valor. O una ofensa en sí mismo.
Recientemente
Obama tuvo que referirse al tema racial y a su relación con su pastor, conocido por decir que todavía había una estructura racista en Estados Unidos. Ya están los analistas sacando cálculos electorales de los costos/beneficios de que Obama haya hecho esta referencia.
En otra línea, el hermano científico de un amigo trabajaba en una universidad gringa. Contaba que si bien se habían hecho cuantiosos estudios de fisiología demostrando la superioridad de la raza negra para la mayoría de las actividades físicas, al momento de intentar comparar las inteligencias, el estudio se prohibió por las posibles discriminaciones que pudieran surgir.
Cualquiera diría que se adelantaron a los resultados y conclusiones del abortado estudio. Lo que también recuerda al premio Nobel de medicina recientemente fallecido que fue "jubilado" por anticipado al sugerir que los negros como raza eran menos inteligentes que los blancos.
Ironías de la vida, el doctor James Watson, pionero en el descubrimiento del ADN, tenía un 16% de genes negros.
2) Institucional
Si bien este plano existe en la medida en que lo discursivo se instala, lo demanda, y lo justifica, aquí estamos frente a la materialización de "la cápsula".
El asunto es que en la sociedad gringa hay una serie de instituciones llamadas comúnmente
"affirmative actions". Ellas apuntan a solucionar las "injusticias históricas" a través de concesiones actuales a las minorías (razas no-blancas y mujeres, aunque las mujeres no sean matemáticamente una minoría). Cuento corto: se asegura en empresas, universidades, reparticiones públicas, subsidios habitacionaels, etc. que haya la presencia de un determinado porcentaje de dichas minorías. Aquí podemos decir que esa "igualdad formal" desaparece, y explícitamente se garantiza ciertos derechos a grupos particulares.
El análogo chileno que tenemos es el ya acabado experimento de "paridad de género" en el gabinete de Bachelet.
"Todo poder genera una resistencia", decía Foucault en su primer tomo de "Historia de la sexualidad". Y así parece.
En la excelente película "América X" hay una escena notable en la cual se sientan las bases del racismo que arrastraría el personaje de Edward Norton: una conversación familiar en la mesa en la cual su padre manifiesta estar en contra de las "affirmative actions", ya que según él buenos trabajadores blancos deben perder su puesto por un negro.
Ahora, más allá de lo extremo que puede llegar a ser ese discurso resentido, en el fondo, el tema es el mismo que plantea (de otra forma, y en otro contexto) Ferraro.
Y en el caso de la paridad de género, podemos ver esa resistencia en la proliferación de spots publicitarios de corte abiertamente machista como los de desodorante Axe.
La pregunta sigue siendo válida
¿Este tipo de garantías a "minorías" garantiza o sacrifica la posibilidad de que en cada puesto estén los mejores?
¿Salva la famosa "
meritocracia" o refuerza el resentimiento?
Algo de esto hemos hablado a propósito del
"Femicidio".
El tema no deja de ser delicado, y parece -para mi gusto- que toda discriminación (positiva como las "affirmative actions", o negativa como la xenofobia racista) no hacen más que "encapsular" el problema, o cristalizarlo si lo prefieren.
El punto es que, lejos de superarse aquella división en base a diferencias natas, queda institucionalizada. De esta forma la discriminación (asumiendo que esa diferencia implica una valoración distinta, capacidades distintas, y derechos distintos) queda "legalizada" y se perpetúa.
¿Se ve o no se ve la cosa?
Por Favor, reAcciones
P.S.: Les dejo un comic ad-hoc de una página que puede llegar a ser adictiva (si presionan sobre el comic se puede ver entero):
Cyanide & Happiness @ Explosm.netP.S.2: Montse, Bitacoreta, y todo lector o lectora que me pueda aportar como se respira la "atmósfera" de "el tema" allá en USA: espero ansioso sus aportes.