martes, mayo 27, 2008

El Femicida del Mes: David Berkowitz (Parte I)



Hace tiempo que no nos hacen el conteo de los "femicidios" ni se entierran cruces en plaza italia. Ignoro si es porque no han ocurrido casos, o si es porque estuvieron tapados por las cenizas de Chaitén. En cualquier caso, el asunto es que Laura Albornoz, la elocuente ministra colorina del Sernam, lleva harto tiempo sin cámara.
Y este blog, que es un eterno agradecido de los particulares argumentos que ella utiliza, le rellenará el ansia de femicidas -que al parecer están medios flojos- con uno de los pesos pesados: David Berkowitz, el hijo de Sam.


Nació el 1º de junio de 1953 en Brooklyn, Nueva York. Se llamaba Richard David Falco, pero aparentemente tampoco era un embarazo deseado y fue dado en adopción a la semana de nacer.

La pareja judía de Nathan y Pearl Berkowitz lo adoptaron, le dieron su apellido, y le cambiaron el orden de sus nombres: ahora era David Richard Berkowitz.
De niño, hiperactivo, con poco interés por los estudios, y una inteligencia superior al promedio, entusiasta del béisbol, ladrón ocasional, y pirómano.

En 1967 muere su madre adoptiva de un cáncer de mama hasta ese momento desconocido para David. Su padre se volvería a casar pronto, y se fue a vivir a Florida con su nueva esposa cuando David cumplió 18. Se las tendría que arreglar solo ahora.

En 1971 entra al ejército, donde destacó por su buena puntería. "Sirvió a su país" en Corea, y finalmente se salió en 1974. Ese mismo año encuentra a su madre biológica, Betty Falco. En las varias visitas que le hizo a ella y a su hermanastra, su madre le contó la ruda realidad de su concepción: fue una "canita al aire" de su madre con Joseph Kleinman, un hombre casado. Tony Falco -padre de la hermanstra de David- abandonó a Betty tiempo antes, pero nunca se separó legalmente. He ahí que pese a que Kleinman le sugirió abortar al futuro asesino en serie, Betty tuvo su hijo, y le dió el apellido y la paternidad legal de su ex-marido.

Dicen que era alrededor de la 1 de la madrugada del 26 de julio de 1976, cuando Jody Valenti (19) y Donna Lauria (18) conversaban en el auto de ésta frente a su casa. Un hombre se acercó al auto y les disparó con un revólver calibre .44 . Donna fue herida en un brazo y el cuello, y llegó muerta al hospital. Jody sobrevivió a un balazo que alcanzó su pierna.

El 23 de octubre del mismo año, Carl Denaro (19) y Rosemary Keenan (18) estaban dentro de su auto en una calle solitaria. Berkowitz pensó por el pelo largo de Carl que era una mujer -lo que mantiene su carácter de "femicida" intencional-, pero en cualquier caso la bala que impactó detrás de su cabeza no le quitó la vida. A Rosemary no le pasó nada.

Casi un mes más tarde, el 26 de noviembre, Donna DeMassi (16) y Joanne Lomino (18) conversaban afuera del departamento de DeMassi. Un hombre se les acercó para preguntarles "¿cómo llego a...?" Un balazo a cada una. Joanne quedó parapléjica. Donna sobrevivió sin mayores inconvenientes. Lo curioso es que la descripción del asesino indicaba "pelo rubio".

Era la madrugada del 30 de enero de 1977, y John Diel (30) estaba en el auto con Christine Freund (26), cuando estalla la ventana. Christine había sido herida en la cabeza. Horas más tarde moría en el hospital.

8 de marzo, mismo año, Virginia Voskerichian (19) caminaba camino a su casa cuando se cruzó con Berkowitz. Simplemente sacó su arma y le disparó en su cabeza. Murió en el instante.

El 10 de marzo la policía hace pública la conjetura de que se trata de la misma arma la que ha sido disparada en todos los ataques. Y probablemente sea el mismo asesino. Se constituye una "Task Force" llamada "operación omega", y oficialmente empieza en Nueva York el temor público al "asesino del calibre .44". Sin ir más lejos, el monopólico magnate neoconservador Rupert Murdoch, que acababa de comprar el New York Post salvó de la bancarrota a tener buenas ganacias gracias al sensacionalismo con que trataba las especulaciones sobre los actos de Berkowitz.

17 de abril del '77 y Alezander Essau (20) y Valentina Suriani (18) estaban sentados en su auto a las 3 de la mañana. Dos balazos a cada uno. Suriani murió en el lugar. Esau falleció al rato en el hospital.
Esta vez apareció una carta dirigida al Capitán Borelli de la policía de Nueva York.

La carta, firmada por "el hijo de Sam", aclaraba que él no odiaba a las mujeres, pero que Sam le ordenaba matar y que estaba sediento de sangre.



Continúa aquí.

P.S.: Esta columna está dedicada a Mariana, una confesa admiradora de esta sección.

sábado, mayo 17, 2008

El Rock&Roll del momento: "Greatest Hits"



Para todo fanático de algún grupo el tema "Greatest Hits" siempre es problemático.
Rara vez genera conformidad absoluta, y claro, un "Greatest Hits" no está pensado para fanáticos.
En rigor, porque es un disco que no fue concebido como tal. Sus canciones no fueron compuestas para estar sonando junto a las que están sonando. Fueron compuestas en el contexto de otros discos. Discos en los cuales - en el caso de una buena banda- se puede notar un "sonido", y una producción que los atraviesa.

Por eso los buenos discos tienen esa virtud de sonar bien porque todas sus canciones son buenas, pero porque además el conjunto y la forma en la que están ordenadas los hace armónicos.
Pienso en el "Kind of Blue" de Miles Davis, "Nevermind" de Nirvana, el S.C.I.E.N.C.E de Incubus, el homónimo de Blind Faith, o el "Trespass" de Genesis...
Dejo la lista hasta acá.
Ya de por sí es arbitraria, así que para qué pretender otra cosa...

Bueno, el destino de un "Greatest Hits" es claro: es para el público que gusta de los singles y no tanto de la banda. Es para el público que sin ser fanático, no quiere ser inculto. Quiere tener un "comodín".
Y obedece, hoy por hoy, a una lógica que se ha impuesto en la música a partir del formato mp3 y sus reproductores: la forma de escuchar la música se ha individualizado. La tendencia es a escuchar los "hits", los singles, las canciones, etc. por separado y ya no en el contexto de un disco. Con sus altos y bajos.
Personalmente trato de apegarme lo más posible al escuchar discos completos y disfrutar mucho cuando doy con un disco "redondo", es por lo mismo que insisto en el anticuado gesto de comprarme discos cada cierto tiempo, o en escribir algo como esto.

Con Faith No More me pasó algo parecido que con Soundgarden: empecé a escucharlos con atención -y a gustar de ellos en serio-, a partir del día en que anunciaron su disolución. "Ashes to ashes" fue la canción que sonó de los primeros ese día en la radio. "Burden in my hand" para los segundos.
Y toda esta gran divagación no hace más que culminar (o tener su origen) en el hecho de que el "Who cares a lot?" de Faith No More, su "Greatest Hits", es tal vez una de las compilaciones que me deja menos conforme.

Así que atendiendo al "¿y cómo demonios no pusieron este tema?" decidí compartir con ustedes, estimadas lectoras y estimados lectores, mi propia y arbitraria lista de "Greatest Hits" de Faith No More.

Ahora, como una pretensión de este tipo puede escarparse fácilmente de las manos, decidí ponerle una pequeña regla a esta propuesta: respetar la cantidad de temas por discos incluida en la compilación.
En otras palabras, si por ejemplo del "Album of The Year" hay 4 canciones, debo reemplazarlas por otras 4 de ese mismo disco.

¿Se entiende?
Esto obviamente significará que temas que considero muy buenos quedarán fuera por haber sido "quemados" en el "Who cares a lot?", pero bueno, supongo que hace más entretenido el esfuerzo.

Pues bien, hela aquí.
Disfrútenla (pónganle play).

free music


En caso de que no les guste Faith No More -y sobre gustos hay demasiado escrito- ruego que me disculpen y siéntanse bienvenidos a compartir sus mayores descubrimientos, o desilusiones y frustraciones con un "Greatest Hits".

Por favor, en reAcciones

domingo, mayo 11, 2008

El gesto de la semana: "El volcán como metáfora"


Esta foto es hermosa. Lamentablemente no sé quién la sacó, pero sé que se la vendió a la national geographic. Pero insisto, es hermosa.
Los colores, el movimiento, las formas, los rayos...dan la impresión de algo apocalíptico. Recuerdan quién es la que manda en verdad.

Claro, siempre está la ciencia para quitarle lo bello, lo misterioso, y lo metafísico a lo que percibimos. Lo "hermoso y desconocido" diría Mario Hugo. Y así, gracias al curso básico en vulcanología que todos hemos podido ver en los canales de televisión y diarios, sabemos que los colores rojizos corresponden al material piroclástico que está suspendido en esa nube, hecha de fragmentos de roca y cenizas muy calientes, que se mantienen flotando por la temperatura de los gases que emanan y por la energía electrostática de sus partículas. Esa misma energía electrostática hace aparecer los impresionantes rayos.

Luego de este párrafo cultural-matapasiones ¿Con qué nos quedamos?

Esa nube crítica, que ha hecho evacuar a Chaitén y Futaleufú, que ha cubierto todo de cenizas, y cuyos efectos ya llegaron a Sudáfrica tiene que -tarde o temprano- venirse abajo. Cuando eso suceda, Chaitén será "arrasado". Literalmente rocas y ceniza a más de 400ºC cubrirán todo.

La paradoja es que este mismo momento crítico evita que la crisis se agrave. Es decir, mientras el volcán esté en erupción y hayan gases calientes emanando, la nube se mantendrá en el cielo. Cuando la erupción termine, empieza el real desastre.

Y no deja de ser simbólico: esta crisis que lleva un par de semanas acaparando la atención de los medios, se ha transformado en una gran nube que no deja ver.
Y probablemente cuando se venga abajo, reaparecerán crisis mayores.
Y no es pensar solamente en el drama de los desplazados, o las mascotas abandonadas. Es pensar que por ejemplo, en Myanmar ya van más de 15.000 muertos (según fuentes no oficiales, la cifra sería 10 veces mayor de lo que dice el gobierno) por el huracán Narguis, y la ayuda ha sido dificultada por la junta militar que controla el país.
Las condiciones en que quedó todo prometen que esta cifra aumentará.

Pensar que los precios de los alimentos siguen subiendo en todo el mundo por la alta demanda, desastres naturales (para algunos agravados por el calentamiento global) que destruyen las plantaciones, y por el uso de ellos para biocombustibles (etanol).

Pensar que el petróleo seguirá al alza (para siempre) ya que muchos analistas concuerdan en que hemos llegado al techo de producción (no se puede aumentar mucho más la oferta), y que el mercado en esto de la energía no es libre. Pero no es libre -como me decía keko- porque se secuestra a sí mismo, algo que los ingenuos neoliberales sólo veían en la intervención del Estado. En este caso, las mismas petroleras compran las patentes de nuevas tecnologías para no darlas a conocer. Directamente o a través de las universidades que controlan (las más importantes de USA).

En Chile, esta nube caliente mantiene en suspensión, por ejemplo, la reciente entrega del informe de la comisión de equidad. Sus recomendaciones, y aquellos puntos conflictivos como la sindicalización que quedaron sin resolver.
Y claro, en este país sindicalizarse no sólo está fuera de moda, sino que además es factor que impide trabajar en empresas que elaboran verdaderas listas negras de trabajadores que han sido sindicalistas.
Así, nuestros empresarios, los mismos que aseguran que "lucha de clases" es un concepto anticuado y dañino, propagan el estigma sobre los sindicatos, elaboran todo tipo de malabarismos jurídicos para evitar que puedan constituirse, o derechamente amenazan en un conglomerado de prácticas antisindicales que dan vergüenza.

En la política, el material piroclástico se ha posado sobre lo que se ha marketeado como el primer paso a cambiar el binominal. Una reforma que eliminaba el número obligatorio de diputados (120), fue rechazada gracias al voto de varios diputados de RN.
Todo este asunto terminó en emplazamientos al nervioso de Piñera que aclaraba que el "binominal no hay que cambiarlo, sino que perfeccionarlo". Sin explicar que significaría esto concretamente (tal como lo hace con todo en su campaña) dijo que si bien estaba a favor de incorporar los excluidos, consideraba bueno este sistema que genera grandes bloques garantizando gobernabilidad.
O sea, tendremos binominal para rato, porque paradójicamente los que pueden cambiarlo son los mismos que están en esa posición de poder gracias a él. Muchos siendo sobrerrepresentados y ocupando el lugar de un candidato que obtuvo más votos, pero que no fue elegido.

Y está por el otro lado la educación y los asomos de movimiento secundario que hubo. Aquí las rocas y cenizas calientes todavía no se desploman a destruirlo todo. Siguen sosteniéndose sobre la erupción que significó la destitución de Sor Yasna Provoste. Y la verdadera crisis, esa de la educación, esa de un sistema que es un negocio que vende un producto de mala calidad, esa donde el lucro -principal lucha de la revolución pingüina- queda intacto, esa donde pocos son los que hacen la suma de que si se puede hacer negocio con la educación, no van a faltar los pillos que quieran tomarse atajos...
Pues esa crisis todavía está en el aire.

Y veíamos en la columna anterior que la crisis es el mejor momento-excusa para que pasen cosas desapercibidas.

Es una oportunidad

La pregunta es

¿Para quién?

¿Para hacer qué?


Por mientras, todavía tenemos el volcán Chaitén para ver en las noticias. Las hermosas fotos que se han tomado, y los conmovedores relatos de los desplazados con las tierras y mascotas que han dejado atrás...
Y claro, el inminente desplome.

Por Favor, reAcciones

viernes, mayo 02, 2008

"El miedo del desastre"

Hace tiempo que tenía ganas de escribir a propósito de "The Manchurian Candidate" (2004, traducida como "El embajador/mensajero del miedo").
Vi por primera vez esta película a fines del año pasado, y me transmitió inmediatamente la atmósfera de la película: la obsesión paranoide.

Creo que el director Jonathan Demme ("El silencio de los inocentes") logra una excelente película al trapasarle al espectador el padecimiento de su protagonista, el Mayor Ben Marco -encarnado impecablemente por Denzel Washington-. Otra que logra bien eso -para mi gusto- es "Requiem para un sueño", en donde la película en sí intenta recrear la heroína desde su euforia placentera hasta su decadencia autodestructiva. El medio se transforma en el mensaje.

Lo mismo -en mi opinión- sucede con este remake de la película homónima de 1962 protagonizada por Sinatra. Pero claro, el escenario que entonces daba la guerra fría, se adapta inteligente y asertivamente a la "guerra contra el terrorismo".

Advertencia: si usted no ha visto la película, le recomiendo abstenerse de leer el próximo párrafo y verla.

La trama se remonta a la primera guerra del golfo, donde una patrulla es emboscada, y el sargento Raymond Prentiss Shaw (el inquietante Liev Schreiber), hijo de una influyente senadora (una monumental Meryl Streep), logra salvarlos a todos, incluyendo al inconsciente Capitán (en ese entonces) Ben Marco. Sólo dos soldados mueren.
Pasan los años, y es plena campaña presidencial. Aunque no se mencionen los partidos, es claro que Shaw, congresista, pertenece al partido demócrata que aspira a llegar -esta vez si que si- a la Casa Blanca. Gracias a las artimañas de su madre, y con un discurso de "héroe de guerra" (cuento conocido ahora por allá), se instala como el candidato a la vicepresidencia en un clima que todavía tiene los ecos del terrorismo.
Todo bien hasta que una inesperada visita de un antiguo miembro de la patrulla al mayor Marco lo deja desconcertado: un ex cabo con sus facultades mentales aparentemente alteradas le hace ver que la historia de lo que pasó esa noche en Kuwait no es tal como la recuerda. Es decir, es la historia que se sabe de memoria, pero siente que nunca la vivió...y sus sueños comienzan a decirle que lo que pasó realmente fue otra cosa.
Al principio Marco lo toma como una víctima más del "síndrome del golfo", típico en veteranos de guerra, hasta que empieza a tener los sueños y unir los puntos: al parecer están envueltos en un lavado de cerebro que articula un plan para posicionar un títere en el gobierno. Un títere de una gran corporación de armas e insumos varios para la guerra: Manchurian Global. Los intereses aquí son llevados por la fuerza, una fuerza que a veces es más velada que real, pero una fuerza que se impone con un telón de fondo confeccionado con miedo. ¿Suena conocido? Demme no se anda con muchas indirectas...

El Lunes fui a ver Naomi Klein a la casa central de mi querida e ingrata Universidad de Chile.
Venía, básicamente, a presentar su nuevo libro "La doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre" una investigación de casi cuatro años que encuentra como punto de partida ¿adivinen qué?
Si, nuestro país.
A partir del golpe, y de como nos transformamos (sin que se le preguntara a nadie) en el laboratorio de las ideas dogmáticas de Milton Friedman.

O sea, si bien Klein no vino a decir nada muy novedoso, ordena el panorama de la historia reciente de tal forma que la clásica frase "imposición brutal del modelo neoliberal" deja de ser una consigna de la izquierda, para transformarse en una preocupante constatación de la realidad.
La promesa de libertad y democracia nunca se hace tan evidentemente falsa, al dar cuenta que las políticas neoliberales ven un obstáculo en la democracia (algo que el pérfido Hayek, invitado ilustre y recurrente del CEP durante la dictadura, insistía en advertir).
En otras palabras, Chile no sólo fue el laboratorio del "privaticemos hasta la abuela", sino que fue la prueba explícita de que este tipo de reformas (que por supuesto son impopulares: pérdida de derechos básicos como salud, educación, sistema de pensiones decente) requieren de un "Shock" para poder ser aplicadas.

A veces ese Shock es metafórico: una guerra con un país vecino o lejano (como lo fue las Malvinas para la Thatcher) o un desastre natural -como el huracán Katrina, que implicó la rápida y silenciosa privatización de la educación pública en Nueva Orleans.
Pero lamentablemente hay veces en que esos Shocks son reales, como las parrillas de la DINA y CNI en Chile, la masacre de Tiananmen, o el auto golpe de Boris Yeltsin a comienzos de los '90.

El tema no es nada nuevo.
Si estamos desorientados por una gran catástrofe, un golpe de Estado, o el miedo constante a ser apresado y torturado, difícilmente vamos a preocuparnos de trivialidades como los cambios en la economía.

¿Y que se nos ofrece a cambio?
Marcelo Arnold, el luhmaniano decano de la facultad de Ciencias Sociales de la Chile, ilustraba bien la paradoja en la presentación de la charla: somos un país con varios años de crecimiento sostenido, con alta penetración de tecnologías, y con la más alta disminución de la pobreza. Pero claro, somos de los que tenemos mayor desigualdad.

A eso le sumaría que siendo de los países más seguros, nuevamente somos los más temerosos a sufrir un delito.
Le sumaría el alza sostenida de licencias por stress y otras patologías ligadas a la precariedad laboral (lo que ha hecho subir el precio de los planes de nuestra salud privatizada).
Le sumaría el extraño fenómeno de tener una farmacia por cuadra.
Le sumaría que el corte de la pobreza está -calculada de forma demasiado anticuada- en 47.000 pesos. 90 dólares.
Le sumaría que el crecimiento en este país se explica principalmente por como le va a los 15 principales grupos económicos de este país.
Le sumaría el preocupante descrédito y baja inscripción que tienen la democracia y registros electorales.

Y es porque tal vez la mayor gracia de este lobo con piel de oveja que tenemos por sistema económico, está en ser juez (de sí mismo) y parte.

Vale decir: se valora el crecimiento por sobre todo.

Por sobre la repartición de la riqueza.
Por sobre el bienestar real de la población.
Por sobre la sustentabilidad para con el medio ambiente.
Por sobre un planeta, que finalmente, es limitado. Y la paradoja del crecimiento es que funciona en base a un potencial ilimitado: generar más que el año pasado. Como si los recursos fueran eternos y "crecieran" a un 7% anual.
Y la gran paradoja, es que ese crecimiento que "es bueno para el país", en verdad descansa en la concentración económica de no más de 15 grupos-familias. En el éxito de una minoría muy pequeña con un poder muy grande.

¿Estamos todavía demasiado Shockeados por la delincuencia y la corrupción como para verlo?

Por favor, reAcciones

P.S.: Tema aparte (quizás para otra columna) lo que Klein detecta en Bolivia: un intento por darse una nueva constitución que permita deshacer cambios neoliberales, se está viendo "shockeada" por el separatismo oligárquico de Santa Cruz...