Poco más de un mes ha pasado desde la tradicionalmente latera-y-nada-nuevo-bajo-el-sol cuenta pública de nuestra presidenta el 21 de mayo.
Más allá de que la presidenta diga "amigas y amigos", "chilenas y chilenos", o cualquier otro eufemismo que le soplen los asesores comunicacionales para sentirla "más cercana", la verdad de las cosas es que no hay que descuidar el simbolismo del acto: la presidenta viaja hasta el congreso, en Valparaíso a dar el "puntapié inicial" al período legislativo ordinario (léase en ambos sentidos de la palabra). Y de pasada, va a la celebración de las glorias navales frente a la sede de la Armada en Plaza Sotomayor.
Dejemos -por esta vez- de lado el militarismo al cual Michelle adhiere con tiritones en la pera y todo, y pensemos en lo cívico.
En rigor tenemos el representante del poder ejecutivo contándole al poder legisativo (en cuya sede están invitados representantes de todos los poderes: judicial, ministros, religiosos, militares, carabineros) qué ha hecho desde el 21 de mayo pasado y que planea hacer hasta el próximo.
Claro está, este plan no depende solamente de ella.
Medidas altamente atractivas como "fortalecer la sindicalización" o incluso la entrega de bonos deberán ser aprobadas por....el mismo congreso, por supuesto.
Un gallito interesante se da en lo que pareciera una serie de compromisos para el país, que realmente se deberán aprobar por el dueño de casa del evento.
De ahí en adelante todo es historia. De hecho, la misma historia de siempre. Los de la concertación dirán que todo estuvo bien, repetirán (a veces de forma demasiado pauteada) aquellos aspectos "importantes y relevantes" del discurso, algunos dirán incluso que "echaron de menos" algún tema importante, y la oposición dirá lo mismo de siempre que "no se refirió a los temas importantes", que "debe dar explicaciones", que "faltó lo más importante"...en fin. Ustedes ya saben como es siempre la cosa.
La semana pasada fue la semana de la LGE (Ley General de Educación, La Gran Estafa, dicen los afectados).
En verdad, pensándolo bien, no fue la semana de la LGE. Fue la semana de uno de los desenmascaramientos más evidentes que hemos tenido de todo este circo que insisten en llamar democracia.
El gobierno metió urgencia al proyecto y obligó a una discusión inmediata. La Ley debía aprobarse, y hasta la misma presidenta tuvo que andar telefoneando a parlamentarios oficialistas para evitar que Viera-Gallo (nuevamente) tuviera que negociar los votos con la derecha. Algo que hace de forma muy cómoda, por lo demás.
No sé ustedes, pero yo creo que todos los poderes del Estado debieran hacer una cuenta pública televisada. Que todos la podamos ver.
Me gustaría que el parlamento explicara por qué no "parla". Me gustaría que explicaran cómo el poder del Estado que supone representar la ciudadanía, las regiones, sus intereses y posiciones, el lugar del debate cívico...no debate.
Me gustaría que explicaran cómo se han transformado en un buzón del gobierno o de los jefes de partidos, y en vez de realmente poner en juego las ideas importantes para el país, discuten estupideces, montan shows, y bailan el "Koala".
Me gustaría que explicaran cómo ganando más de 7 millones, recibiendo ajuste salarial más encima, algunos se dan el lujo de tener asistencia a menos de la mitad de las sesiones. Es más, creo que deberían descontarles los días no trabajados.
Me gustaría que explicaran cómo no se inhabilitan para aprobar proyectos (como las cuotas de pesca) que benefician directamente sus ganancias (por participación en pesqueras).
Me gustaría que explicaran cómo, siendo que los actores más importantes en la educación (profesores y estudiantes) están en franco desacuerdo con la LGE, y plantean dar un debate nacional de verdad, cierran puertas a oírlos en presencia de una ministra que ha lucrado con el actual modelo y que insiste en desconocer los alcances de esta discrepancia.
Me gustaría que explicaran, en definitiva, por qué no son lo que debieran ser: un poder autónomo del Estado y el lugar donde se debiera dar el debate público.
Al otro poder, al Judicial, les pediría que rindieran cuentas y explicaran cómo puede ser posible que asesinos queden libres por resquicios procesales, o errores en los plazos de presentación de los cargos.
Que explicaran por qué deshacen la ley de subcontratación a su medida y siguen amparando las malas prácticas de empresas en las cuales tienen intereses.
Que explicaran por qué en este país los lanzas van a la penitenciaría, y los ladrones de cuello y corbata, que estafan por millones (de dólares incluso), y muchas veces a gente pobre, a Capuchinos. Un verdadero hotel penitenciario.
Que explicaran por qué todavía puedo compartir espacio con torturadores y asesinos.
En fin, si tienen más cuentas que pedir,
Por Favor en reAcciones.
Yo ya me amargué (como diría el amable Opus Ignacio Serrano)
Más allá de que la presidenta diga "amigas y amigos", "chilenas y chilenos", o cualquier otro eufemismo que le soplen los asesores comunicacionales para sentirla "más cercana", la verdad de las cosas es que no hay que descuidar el simbolismo del acto: la presidenta viaja hasta el congreso, en Valparaíso a dar el "puntapié inicial" al período legislativo ordinario (léase en ambos sentidos de la palabra). Y de pasada, va a la celebración de las glorias navales frente a la sede de la Armada en Plaza Sotomayor.
Dejemos -por esta vez- de lado el militarismo al cual Michelle adhiere con tiritones en la pera y todo, y pensemos en lo cívico.
En rigor tenemos el representante del poder ejecutivo contándole al poder legisativo (en cuya sede están invitados representantes de todos los poderes: judicial, ministros, religiosos, militares, carabineros) qué ha hecho desde el 21 de mayo pasado y que planea hacer hasta el próximo.
Claro está, este plan no depende solamente de ella.
Medidas altamente atractivas como "fortalecer la sindicalización" o incluso la entrega de bonos deberán ser aprobadas por....el mismo congreso, por supuesto.
Un gallito interesante se da en lo que pareciera una serie de compromisos para el país, que realmente se deberán aprobar por el dueño de casa del evento.
De ahí en adelante todo es historia. De hecho, la misma historia de siempre. Los de la concertación dirán que todo estuvo bien, repetirán (a veces de forma demasiado pauteada) aquellos aspectos "importantes y relevantes" del discurso, algunos dirán incluso que "echaron de menos" algún tema importante, y la oposición dirá lo mismo de siempre que "no se refirió a los temas importantes", que "debe dar explicaciones", que "faltó lo más importante"...en fin. Ustedes ya saben como es siempre la cosa.
La semana pasada fue la semana de la LGE (Ley General de Educación, La Gran Estafa, dicen los afectados).
En verdad, pensándolo bien, no fue la semana de la LGE. Fue la semana de uno de los desenmascaramientos más evidentes que hemos tenido de todo este circo que insisten en llamar democracia.
El gobierno metió urgencia al proyecto y obligó a una discusión inmediata. La Ley debía aprobarse, y hasta la misma presidenta tuvo que andar telefoneando a parlamentarios oficialistas para evitar que Viera-Gallo (nuevamente) tuviera que negociar los votos con la derecha. Algo que hace de forma muy cómoda, por lo demás.
No sé ustedes, pero yo creo que todos los poderes del Estado debieran hacer una cuenta pública televisada. Que todos la podamos ver.
Me gustaría que el parlamento explicara por qué no "parla". Me gustaría que explicaran cómo el poder del Estado que supone representar la ciudadanía, las regiones, sus intereses y posiciones, el lugar del debate cívico...no debate.
Me gustaría que explicaran cómo se han transformado en un buzón del gobierno o de los jefes de partidos, y en vez de realmente poner en juego las ideas importantes para el país, discuten estupideces, montan shows, y bailan el "Koala".
Me gustaría que explicaran cómo ganando más de 7 millones, recibiendo ajuste salarial más encima, algunos se dan el lujo de tener asistencia a menos de la mitad de las sesiones. Es más, creo que deberían descontarles los días no trabajados.
Me gustaría que explicaran cómo no se inhabilitan para aprobar proyectos (como las cuotas de pesca) que benefician directamente sus ganancias (por participación en pesqueras).
Me gustaría que explicaran cómo, siendo que los actores más importantes en la educación (profesores y estudiantes) están en franco desacuerdo con la LGE, y plantean dar un debate nacional de verdad, cierran puertas a oírlos en presencia de una ministra que ha lucrado con el actual modelo y que insiste en desconocer los alcances de esta discrepancia.
Me gustaría que explicaran, en definitiva, por qué no son lo que debieran ser: un poder autónomo del Estado y el lugar donde se debiera dar el debate público.
Al otro poder, al Judicial, les pediría que rindieran cuentas y explicaran cómo puede ser posible que asesinos queden libres por resquicios procesales, o errores en los plazos de presentación de los cargos.
Que explicaran por qué deshacen la ley de subcontratación a su medida y siguen amparando las malas prácticas de empresas en las cuales tienen intereses.
Que explicaran por qué en este país los lanzas van a la penitenciaría, y los ladrones de cuello y corbata, que estafan por millones (de dólares incluso), y muchas veces a gente pobre, a Capuchinos. Un verdadero hotel penitenciario.
Que explicaran por qué todavía puedo compartir espacio con torturadores y asesinos.
En fin, si tienen más cuentas que pedir,
Por Favor en reAcciones.
Yo ya me amargué (como diría el amable Opus Ignacio Serrano)