Una de las primeras cosas que hice cuando cumplí 18 fue inscribirme en el registro electoral de la comuna donde he vivido casi toda mi vida. Todo un ciudadano de mi parte.
Desde mi primera elección (presidencial de 1999) jamás ha ganado un candidato por el que he votado (para efectos narrativos consideraré mis "nulos" también como un candidato que no gana).
Con una gran excepción: en segunda vuelta, el año 2000, voté -asustado y chantajeado políticamente- por Lagos.
Pero ese no es el tema.
El tema es que cuando nunca votas por alguien con posibilidades de ganar, cuando siempre "pierdes" en las elecciones, cuando vas a votar y ni siquiera conoces los nombres de quienes votarás hasta el momento del voto (por tener campañas muy modestas), y sobre todo cuando anulas, es muy probable que te topes con el comentario: "vas a perder el voto".
Hoy volví a escuchar esa frase, y me quedó dando vueltas.
El chantaje político tiene mucho de eso, y la mentalidad binominal descansa en la misma lógica: tratar de que el voto se transforme en un triunfo electoral. Entonces entras en el mediocre y pragmático raciocinio del "mal menor".
En términos muy simples: votas por X para que no gane Y.
Y se supone que eso vendría siendo no "perder" el voto. Aunque no quieras votar por X.
Pues bien, en estos 9 años de elecciones, sólo he sentido una vez que perdí el voto.
Y paradójicamente fue la única elección en la que ganó el candidato por el que voté: la segunda vuelta de Lagos.
Perder el voto -pienso y así lo siento también- es votar por alguien que no te convence. Es votar por alguien en quien no te "reconocerás" en su gestión. Es votar por alguien que te hace arrepentirte de tu voto cada día que está en su cargo. Es votar por alguien que te hará sentir un lastre cada vez que lo critiques.
Es sentir vergüenza y responsabilidad.
Mañana iré nuevamente a lo que llaman de manera irritante y cínica con el eufemismo de "fiesta de la democracia".
Nada de democracia ni nada que festejar para mi gusto.
Mañana votaré nuevamente por personas que seguramente no saldrán electas, pero sé que tendré la conciencia tranquila por otros 4 años en mi comuna.
Y agregaré en mi voto -y extiendo el llamado a quien alcance a leer esto antes de ir a votar- la sigla "AC" (Asamblea Constituyente), para expresar mi deseo por tener una constitución como la gente, sin la firma de Lagos, ni las ideas de Jaime Guzmán.
(Aclaro que escribir en el voto NO lo anula, esto sucede sólo cuando se marca más de una preferencia.)
Por Favor, reAcciones
Desde mi primera elección (presidencial de 1999) jamás ha ganado un candidato por el que he votado (para efectos narrativos consideraré mis "nulos" también como un candidato que no gana).
Con una gran excepción: en segunda vuelta, el año 2000, voté -asustado y chantajeado políticamente- por Lagos.
Pero ese no es el tema.
El tema es que cuando nunca votas por alguien con posibilidades de ganar, cuando siempre "pierdes" en las elecciones, cuando vas a votar y ni siquiera conoces los nombres de quienes votarás hasta el momento del voto (por tener campañas muy modestas), y sobre todo cuando anulas, es muy probable que te topes con el comentario: "vas a perder el voto".
Hoy volví a escuchar esa frase, y me quedó dando vueltas.
El chantaje político tiene mucho de eso, y la mentalidad binominal descansa en la misma lógica: tratar de que el voto se transforme en un triunfo electoral. Entonces entras en el mediocre y pragmático raciocinio del "mal menor".
En términos muy simples: votas por X para que no gane Y.
Y se supone que eso vendría siendo no "perder" el voto. Aunque no quieras votar por X.
Pues bien, en estos 9 años de elecciones, sólo he sentido una vez que perdí el voto.
Y paradójicamente fue la única elección en la que ganó el candidato por el que voté: la segunda vuelta de Lagos.
Perder el voto -pienso y así lo siento también- es votar por alguien que no te convence. Es votar por alguien en quien no te "reconocerás" en su gestión. Es votar por alguien que te hace arrepentirte de tu voto cada día que está en su cargo. Es votar por alguien que te hará sentir un lastre cada vez que lo critiques.
Es sentir vergüenza y responsabilidad.
Mañana iré nuevamente a lo que llaman de manera irritante y cínica con el eufemismo de "fiesta de la democracia".
Nada de democracia ni nada que festejar para mi gusto.
Mañana votaré nuevamente por personas que seguramente no saldrán electas, pero sé que tendré la conciencia tranquila por otros 4 años en mi comuna.
Y agregaré en mi voto -y extiendo el llamado a quien alcance a leer esto antes de ir a votar- la sigla "AC" (Asamblea Constituyente), para expresar mi deseo por tener una constitución como la gente, sin la firma de Lagos, ni las ideas de Jaime Guzmán.
(Aclaro que escribir en el voto NO lo anula, esto sucede sólo cuando se marca más de una preferencia.)
Por Favor, reAcciones
P.S.1: Pido perdón a todas las lectoras y lectores, que con justa razón se sintieron estafadas por el patrón de Chile, por mi pequeña y culposa complicidad en su llegada al poder.
P.S.2: Me pregunto ¿Por qué los canales de televisión (y algunas radios) se sienten tan orgullosos de hacer una "cobertura total" de las elecciones, siendo que el padrón electoral no hace más que disminuir? Preferiría que cubrieran toda la plata de los fondos de pensiones que se está perdiendo -sin que las AFP dejen de ganar- en vez de defenderlas a brazo partido frente a la decisión tomada en Argentina.