martes, agosto 25, 2009

El gesto de la semana: La propina

Por que nos ha tocado estar ahí trabajando o tener conocidos que les ha tocado, sabemos que el rubro de restoranes y pubs es uno de los más turbios e irregulares de nuestro país. Y que más encima, es bastante tolerado por quienes fiscalizan.
Pagos sin facturas, boletas que no se dan, funcionamiento sin los permisos correspondientes y derechamente clandestinidad -en no pocos casos-, son prácticas bastantes extendidas.

A eso hay que sumarle la turbiedad intrínseca del ambiente para quienes trabajan ahí.
Los casos de acoso sexual por parte de superiores no son pocos y varias/os ceden por cuidar la única precaria pega que tienen a mano para costear vida y/o estudios.

Pero desde el punto de vista laboral, debe ser el rubro que más muestra la hilacha en Chile: ni siquiera se respeta la primera ley laboral de nuestro país, la ley de la silla. En la práctica no hay posibilidad de sentarse en el lugar de trabajo, y en varios lugares eso está explícitamente prohibido por los jefes.

Sobre las jornadas laborales se puede decir cualquier cosa, excepto que se respetan. No sólo se transgreden las leyes sino que además la jornada "nominal", que es pagada, dista mucho de la jornada en la práctica. En resumen, tu jornada puede ser desde la hora de almuerzo hasta el cierre del local, pero una vez cerrado te queda por lo menos una hora de ordenar y cuadrar las cuentas. Sin contar los clientes que después de cerrado el local siguen ahí sin irse.

Pero vamos al título de esto: la propina.
El sueldo base que recibe una persona en este rubro de servicios es un chiste. Puede bajar de los cinco mil pesos diarios. Y para qué empezar a contar la cantidad de gente que está contratada y que le pagan sus cotizaciones. La mayoría boletea.
Y a veces ni siquiera eso.
El tema, nuevamente, es que el sueldo base no le alcanza a nadie para vivir. Y en muchos casos representa el 10% (o menos) de lo que se puede ganar en un buen día o una buena noche.
Gracias, ya los sabemos, a la famosa propina.
Es digno de notar que la RAE la define como :

propina.

(Del b. lat. propina).

1. f. Agasajo que sobre el precio convenido y como muestra de satisfacción se da por algún servicio.

2. f. Gratificación pequeña con que se recompensa un servicio eventual.

3. f. Colación o agasajo que se repartía entre los concurrentes a una junta, y que después se redujo a dinero.


De las 3 acepciones, la última parece ser la más extraviada a nuestros días.
Estamos más habituados a considerarla como una forma de "premiar" o "agradecer" un servicio bien dado.
Pero poco va quedando de eso en estos días. Hoy por hoy es fácil toparse en locales donde la propina viene "sugerida" en la cuenta o incluso incluida.

Esto pone al consumidor en una posición extraña: su propina, esa supuesta gratificación, ya está delimitada.
En nuestro país se ha instalado el 10% de la cuenta como una propina aceptable. Casi obligatoria.
Si usted, estimado lector o estimada lectora, ha sido o es mesero/a seguramente se ha visto preguntándole a sus amigos si "dejan el diez porciento". Si usted no ha tenido que trabajar en el rubro, pero tiene amigos que si lo hacen, seguramente ha sido objeto de la inquisitiva pregunta.

El tema es ¿En qué momento se pasó de ser una forma de agradecer o premiar, a una especie de obligación moral?
¿Y por qué el 10% y no el 15, el 20, 18, 13 o 9?

El tema es que al ser la propina la fuente de ingreso real de quienes trabajan de meseros, se da un falso conflicto de intereses: el cliente que deja menos del 10% o nada de propina (y se puede dar el caso de que un cliente sienta que ha sido pésimamente atendido y que no hay nada que premiar) pasa a ser el cliente "cagado", por no decir egoísta.
Y por otro lado, el cliente que ve su cuenta con la propina "sugerida" incorporada queda desprovisto de poder dejar lo que estima "justo" de acuerdo a la atención que recibió. Se transforma ya en un acto mecánico de resignación.
Entonces, con esta particular práctica, meseros y clientes se ven enfrentados en una incómoda situación.

¿Y quién la saca barata? O ¿Porqué podemos hablar de un falso conflicto de intereses?

Pues por los dueños y administradores.

Si la propina es un elemento tan fundamental para que los trabajadores puedan tener un ingreso decente, pues incorpórenlo a los precios y paguen mejores sueldos. Súbanle el 10% a toda la carta y que el consumidor después pueda, si lo estima meritorio, premiar un buen servicio con lo que quiera.

Pero esta trampa irregular donde salvan porque no pagan impuesto y traspasan el costo de un salario decente a lo que debiera ser un "agradecimiento", me parece una canallada.
Hay países en Europa donde lo incorporan en el cargo fijo.
Acá han habido intentos por institucionalizar la propina por ley.

Yo sigo pensando que todo empresario tiene que hacerse cargo de todos los derechos de sus trabajadores, desde una silla hasta un sueldo digno.

¿Alguna experiencia en el rubro -como consumidor o trabajador- para compartir?

Por Favor, reAcciones

P.S.: Les aprovecho de contar a quienes se interesan por como va lo que conversamos en la columna anterior, que hay lectoras y lectores escribiendo a Senadores sobre el tema (pueden hacerlo aquí), que hay una colecta de firmas virtual acá, y que Don Jorge está preparando una carta pública a entregarse a la Presidenta y parlamentarios, y una reunión entre quienes se interesen. A Jorge le pueden escribir a golpedepensamiento@gmail.com para participar y pedirle más detalles. Gracias a todos y todas por el apoyo.

7 comentarios:

MEFISTO dijo...

Eso me recordó el gesto de la semana: comida en la picá y al terminar, nos miramos entre nosotras para ver el monto de la propina, la semana anterior ni siquiera nos miramos,sin paga y sin nada, sin propina,con cueva nos alcanzó para pagar el almuerzo.

PanchoV dijo...

El asunto es preocupante y transgrede a la "modesta" industria gastronómica de nuestro país. Sin ir más lejos, yo trabajaba en una transnacional cafetera (la verde, de la roja no quise ni averiguar) y las diferencias salariales entre los que hacíamos la pega estando ahí, aguantando a cuicos malditos que piensan que les perteneces en cuerpo y alma porque te compran un café "caro" (que para estos huevones es una baratija...y ni siquiera se lo toman completo) y los "jefes" que trabajaban en la oficina, cómodos, sentados y sólo entre ellos era, por decirlo menos, obscena. El tema de las propinas pronto pasó a ser una concesión, puesto que era miope y torpe tratar de cagarse a los trabajadores que hacían la pega en lugar de ellos. Les recomiendo que, aquel que se interese, revise la situación actual de el sindicato de trabajadores de ésta cadena cafetera. Se sorprenderían de cuán asustados están los pavos gordos de que los trabajadores adquieran consciencia, voz, voto, representación y participación. Sin otro particular, me despido.

Francisco Vergara, ex esclavo de la Sirena.

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Tenemos un claro dilema en cuanto al valor que se asigna al trabajo del mesero, tanto por parte de quien controla el modo de producción -su jefe directo- como del cliente.

Es como un dilema de prisionero -no sé-.

Tanto el jefe directo como el cliente parecen suponer que el otro paga el sueldo del mesero.

Entonces, el dueño del local le paga poco al mesero, esperando así que la atención sea mejor, puesto que el ingreso depende de la propina que da el cliente.

Y el cliente, da poco porque supone que el costo de lo consumido incluye gran parte del costo de la atención del mesero (su trabajo).

Creo que eso incide en que nadie tenga bien claro cuánto vale el trabajo del mesero y lo pesado que es dicho empleo, no sólo por estar parado todo el día, sino también porque se duerme poco, y se debe aguantar mucha rotería prepotente.

En cuanto a la carte, me siento algo decepcionado pues hemos recibido poca respuesta.
Creo que la mayoría tiene un comportamiento freerider y esperan que otros hagan la mayor parte.

Así, no se construye democracia señores.

Saludos ciudadano

Pilar M. dijo...

Me parece una frescura de parte de los dueños de restoranes imponer una propina a través de una boleta como si fuera una obligación. Y además ¿recibirá en su totalidad el mesero tal propina?

Más que estar harta o estar harto, creo que hay que negarse a pagar tal propina.

No debemos fomentar la frescura de parte de los dueños de restoranes y la explotación laboral hacia los empleados.

Saludos

Anónimo dijo...

Sin la intención de desmerecer o generar polémica quería expresar algo que me preocupó. Considero que es peligroso el planteamiento que hace Pilar, pues- en las condiciones actuales- al no pagar la propina a los meseros, lejos de frenar la frescura de los dueños o la explotación que ejercen sobre los empleados, lo que se hace es dejarlos sin parte importante (más bien la parte más importante o elemento fundamental, como dice JuanEmar) de su "sueldo". Lo que implica perjudicarlos aún más y alejarse de la solución del problema. Es caer en la trampa de este falso conflicto de intereses, como bien dice JuanEmar. Creo que es similar a cuando se dice que no hay que darles monedas o comprarle los calendarios (o helados, o calugones pelayos, etc,) a los niños que trabajan, para así terminar por fin con el trabajo infantil.

Comparto con JuanEmar que son los empresarios quienes deben cumplir con la normativa y resguardar los derechos de los trabajadores. Y nosotros, como ciudadanos, debemos apuntar a ello. Fiscalizar a las empresas, reclamar nuestros derechos y movernos para que problemas como estos se solucionen y no sigan ocurriendo. Pero dejar de dar propinas y no hacer nada más, creo que solo perjudica a los ya perjudicados meseros.

Saludos,

Valentina

Juan Emar dijo...

MEFISTO y Pancho: gracias por las ilustrativas experiencias que compartieron.
Saludos

Jorge: estoy de acuerdo. Hay algo entre dilema y falso conflicto de intereses que no se acomoda bien en ningún lugar.
Ahora, supongo que concordarás en que es una frescura del dueño suponer que el cliente pague el sueldo de su empleado...¿No?
Saludos, ciudadano.

Pilar M: concuerdo con Valentina en que no sé si no pagar la propina sea la solución. Me parece que se corta por lo delgado, y aunque se pretenda castigar a los dueños, se lo está haciendo a los empleados.
Creo que se debe manifestar esto. Y cada vez que la propina sugerida te moleste (más todavía si no vas a pagarla), hacer ver que son los dueños los que debieran hacerse cargo de los sueldos y que es cosa tuya cuánto quieras dar en agradecimiento a un servicio bien prestado.
Lo importante, creo yo, es que esto no quede entre quien te atiende y tú.
Sin duda se debeiera regular mejor el asunto...pero parece que es mucho pedirle a la industria.
Saludos

Anónimo dijo...

buen punto.. eso de dejar el conflicto en manos de cliente-mesero es muy sabio "economicamente".

gracias por hacerme un poco más lucida la mente.

fede

pd: muy bueno tu blog