lunes, octubre 26, 2009

El gesto de la semana: Hablar del clima

Faltó haber salido con un vasito...

Por alguna razón está muy incorporado que el relleno oficial cuando no se tiene nada de que hablar es comentar el clima. El tiempo en realidad, si nos ponemos rigurosos con los conceptos...

La cosa es que muchas veces nos vemos envueltos en situaciones donde la proximidad con una persona pasa a ser incómoda. Principalmente porque no tenemos la confianza. Puede ser un vecino en el ascensor, un taxista, gente con la que tienes que lidiar en el trabajo, nocheros, recién conocidos, o el conocido del amigo que te dio un aventón.
Esos silencios generan presiones insostenibles para la mayoría y hablar del tiempo se transformaba en el comodín ideal: jamás será un tema polémico, es difícil encontrar percepciones muy opuestas (alguien que crea que una máxima de 9 grados es calurosa), no hay valores, ni credos religiosos o políticos involucrados.
Era la salida ideal para no tener que mirar el suelo, el piso o cómo cambiaban los números en el ascensor.

Era...

No sé ustedes, pero por lo menos desde este año, las conversaciones sobre el clima dejaron de ser triviales.
Han ido mutando hacia tonos más preocupantes. Al menos de perplejidad.

Y las señales no son pocas.
Lluvias que nos sorprenden porque nadie las había pronosticado. Granizadas y lluvias intensas pero breves en medio de Octubre -antes y después de días soleados y calurosos-. Tormentas breves pero con temperaturas cálidas..."Parecemos un país tropical" me ha tocado oír varias veces últimamente.
Uno podría echarle la culpa a la meteorología. Sabemos que no es una ciencia exacta y el dicho pedestre es que "nunca le achuntan" está arraigado, sin embargo es innegable que la tecnología ha mejorado y la cantidad de satélites ha aumentado. Aún así, el tiempo sigue sorprendiendo. Y parece que más que antes.
No lluve en los meses que siempre ha llovido y llueve más en los que usualmente llueve mucho menos. En otros países los veranos son azotados por oleadas de calor con sus incendios, mientras que en otros (y a veces los mismos), las lluvias inundan todo sumergiendo ciudades enteras.
Esto va más allá del fenómeno de "El Niño".

Quienes conocen las plantas y árboles también se dan cuenta: árboles floreciendo en pleno invierno y otros que pasan el año sin hacerlo, como si estuvieran muertos. Uvas que maduran dos meses antes de lo que acostumbraban, así como otros frutales que adelantan o retrasan su aparición.
El desierto avanza firme por la cuarta región, hacia la quinta, mientras que en Magallanes este invierno llovió con viento, algo que sólo pasa en el verano.

Ya no es un comodín hablar del clima. Porque la conversación lleva a que el clima está cambiando lo suficiente para ser capaces da darnos cuenta. Aunque los científicos-lobbistas de las petroleras (intereses que controlan la mayoría de las universidades en EE.UU,) pretendan decir que es un cambio de largo aliento y que la acción del ser humano poco tiene que ver.
El tema lo evitan en el G8, G20 y poco dice el mulato recién galardonado con el nobel de la paz (mientras reforzaba las tropas en Afganistán).

Ahora hablar del clima es incómodo. Hablar del clima es hablar de política. Es hablar de valores.

¿Por mientras? No hay de qué preocuparse, con Lagos como encargado del cambio climático para la ONU, acá siguen aprobando y echando a andar las termoeléctricas...

Por Favor, reAcciones

7 comentarios:

Cristián dijo...

Totalmente de acuerdo, algo está cambiando pero no me queda claro cual es la dirección final (acá en Santiago). Ahora bien, los tokman y los rodríguez grossi todavía son capaces de justificar termo e hidro eléctricas a destajo con el beneplácito de las coremas intervenidas y digitadas desde Santiago, en fin. A los ciudadanos de a pie no nos queda mucho más por hacer. Lamentable.

Anónimo dijo...

He leído varios de tus opiniones y francamente, me sorprende tu habilidad de percibir las cosas de un modo fuera de lo común.

Ojalá sigas escribiendo así.

Un admirador.

Anónimo dijo...

Cuando empecé a leer el post pensé en el diálogo de Mrs. Wallace con Vincente Vega en Pulp Fiction: "por qué la gente dice idioteces, simplemente por evitar un silencio incómodo" o algo similar, decía Uma Thurman en una de esas conversaciones triviales de los guiones de Tarantino.
De hecho, alguien que habla incesantemente del tiempo me pone de pésimo humor inmediatamente. Imagina lo que es escuchar "uy, que hace frío" para una sureña o "qué calor" en pleno verano.
Pero claro, lo del evidente cambio climático parace ser insoslayable. Es sencillamante tétrico que en los llamados climas fríos sureños, por ejemplo, en donde hace años no había estación seca, ahora existan veranos que duran casi tres meses (sí, tétrico!, amantes del sol ¬¬)

Mientras la política y la economía sigan siendo parte de una mezcla difusa, es poco o nada lo que podemos hacer. Cómo hacer entender aquello tan obvio e impedir que se vea reforzada esa unión con la elección de alguien que representa aquellos intereses.

Ya me puse de mal humor, ja. Dejo el comentario hasta aquí. Saludos!

Maggie.

Pd: tal vez sea más 'obviable' que obvio.

la poderosa muerte dijo...

Bastante de acuerdo con lo enunciado: la naturaleza con la que tratamos ahora se ha vuelto política. El infecto binomio naturaleza/cultura (o sociedad, etc.), sobre el cual la ontología científica moderna se forjó (pongamos a Descartes y a Bacón como los iconos del paradigma) hoy, producto de los daños industriales a las bases ecológicas y naturales, se resquebraja. Hoy la naturaleza se encuentra agotada y sometida, pasando de ser un fenómeno exterior a uno interior, de ser un fenómeno dado a ser un fenómeno producido. Producto de su transformación tecnológica-industrial y por su comercialización la naturaleza pasa a estar incluida dentro del sistema industrial, es un producto histórico, parte del equipamiento interior del mundo civilizado: la naturaleza es sociedad, tanto como la sociedad es naturaleza.

Y cosa negra para la ciencia, sobre todo aquella que se las da de “naturales”. Los resultados de las mediciones que realiza la ciencia, que dicen no presentar ningún juicio de valor, ningún solo signo normativo de exclamación, que se mueven dentro de la máxima objetividad de los números y calculo causales, traen posibilidades gigantescas de contener un material político explosivo. Como su objeto se encuentra cargado socialmente, los científicos trabajan dentro de un fuerte campo político, económico y cultural. Y a pesar de conservar aún entre sus garras las pretensiones de objetividad, las ciencias de la naturaleza y de la técnica se han convertido en una sucursal de la política, la ética y la economía. Incluso, con el surgimiento y predominio de los distintos ecologismos y nuevos paradigmas científicos (por ejemplo los postulados de Maturana o la cibernética de segundo orden), cada vez más la ciencia se parece más a un campo de luchas políticas, éticas y económicas que al escéptico campo de la búsqueda de la objetividad.

Ahora: ¿Qué nos queda? Aspirar al capitalismo verde, a lo Al Gore, y sembrar los desiertos con molinos de viento, esperar que suban en la bolsa las acciones de Green Peace (y seguir con misma mierda); o, para irnos al extremo, tomar las acciones de Unabomber, los postulados del anarco-primitivismo, y hacer estallar el complejo industrial-militar y las formas de vida moderna. Como me gustan las de vaqueros, prefiero lo último; pero nunca esta de más largarse a Croatan.

bitacoreta.org dijo...

Hola partner, que tal?

Esta peluda la cosa, que queris que te diga. El 2007 Costa Rica declaró que serían Carbono Neutral hacia el 2020 si no me equivoco....y al 2010 en Chile estamos peleando las conveniencias políticas de un Ministerio de Medio Ambiente, o sea viendo que no le moleste a los grandes grupo economicos. Que dice la institucionalidad? Conaf, quien cuida el gran pulmón de Chile, el 20% de areas silvestres protegidas, alega que darían la vida por la conservación, pero trafica alerce por debajo. Conama es otro que destacado por su negligencia, y el gobierno no tiene nada que decir al respecto, tampoco ninguno de los candidatos... es de esperar que hagan algo cuando el agua nos llegue al cogote.

Anónimo dijo...

Con esta escena, sólo nos queda esperar que nos avisen poco antes de la ecatombre. Nada que hacerle, por más nobles que sean las intenciones de hacer algo cada uno por ahorrar energía y agua.

Juan Emar dijo...

Cristián: si bien estoy de acuerdo en que la mayoría de las veces la máquina se pasa sin contemplaciones, Campiche (y su decreto alcaldicio de demolición) es un ejemplo de que ciudadanos de a pie pueden poner freno.

Ahora, con respecto al aporte en el total del problema no le discuto: más simbólico que significativo.

Anónimo: agradezco sus palabras y deseos. Aunque debo admitirle que no me acomoda mucho la idea de ser admirado.
Saludos

Maggie: debo admitirlo, antes con la propina y ahora con esto: algo me sucede con algunos diálogos claves de Tarantino que pese a todo lo que me gustan, soy incapaz de acordarme de rendir el justo tributo que se merecen. Tienes toda la razón...
Es para ponerse de mal humor y para reevaluar las prioridades. Soy un convencido de que pagamos un costo engañosamente bajo por la electricidad. Y eso que los políticos insisten en el "alza de cuentas de la luz" como el freno a la voluntad de producir energía de manera sensata.
Saludos
P.S.: También creo que es mejor "obviable".

La poderosa muerte: como ya me tiene acostumbrado, sus excelentes comentarios hacen desplegar una serie de implicancias que dan para largas conversaciones...
Como no estamos frente a un vaso, sino que frente a un computador, me quedaré con algunas de ellas que me han dejado dando vueltas.
La manera en como hemos manipulado la naturaleza trasnformándola en "sociedad" (o "cultura") como usted bien dice, bien queda oculta en otro ámbito que parece absolutamente ajeno pero que se sustenta en un prejuicio: que la naturaleza es lo inmodificable (dado)y la cultura aquello que se puede cambiar a voluntad. Este prejucio da sustento a la teoría de género (por dar el ejemplo más cercano) en donde todas las diferencias de género son culturales, y como tal, modificables. En oposición a lo natural, que sería determinante e inmodificable. Soy un convencido de que hemos logrado modificar la naturaleza (a veces con intención, a veces sin) y de que rara vez los intentos de cambiar una cultura tienen el éxito esperado en sus intenciones.
La ciencia, sus disputas internas, luchas de poder, sociedades disciplinarias, tienen más de política e intriga que de búsqueda desinteresada por "la verdad".
Con respecto a su pregunta, Croatan es tentador (y llama a llenar la imaginación por esencia), pero Ted Kaczynski también...
Saludos y por favor siga abriendo estas conversaciones

Bitacoreta: ¡¡¡¡Tanto tiempo!!!!
Se te echa de menos...en serio.
Nuestra institucionalidad ambiental sigue siendo muy bananera. Creo que no hay otra palabra.
Derretimos nuestros glaciares de manera dramática y creemos que salvar la matriz energética es más importante que garantizar que se pueda vivir...
Un abrazo y un gusto tenerlo de vuelta.

Anónimo: algo es algo. Por pequeño que sea.
Lo único que me temo es que los principales responsables tienen altas probabilidades de escapar de la hecatombe
saludos