miércoles, diciembre 09, 2009

El gesto de la semana: Sentido del humor


Bastante más de lo que uno piensa se ha estudiado el humor.
Y bastante en serio.
Y hace bastante rato.
Aristóteles se considera de los primeros en destinar tiempo de ocio (auspiciado por la esclavitud) al estudio de la risa. Y Bergson -dentro de los "contemporáneos"- tiene en "La Risa" uno de los estudios más interesantes en torno al fenómeno.

Dentro de las ideas que él plantea podemos mencionar:
  • Fuera de lo que es propiamente humano, no hay nada cómico. Lo que él mismo reconoce como una actualización de definir al ser humano como "un animal que ríe" (las hienas no se ríen realmente, aunque sus chillidos se asemejan)
  • La insensibilidad acompaña a la risa. Su medio natural es la indiferencia. No nos reímos de lo que nos importa. Para reírse de algo hay que "suspender" toda empatía y tomar una distancia. Hace poco más de 3 años hablamos de esto acá. Pero supongo que se entiende cuando uno piensa en lo fácil que es reírse de una caída de alguien que no conocemos y lo difícil que es reírse cuando es nuestra abuelita.
  • Toda "rigidez" del carácter, toda "rigidez" del espíritu y aún del cuerpo será, pues, sospechosa para la sociedad, porque puede ser el indicio de una actividad que se adormece y de una actividad que se aisla, apartándose del centro común, en torno del cual gravita la sociedad entera.
  • Esta rigidez constituye lo cómico y la risa su castigo. En otras palabras, el humor gira en torno a la rigidez y la risa aparece cuando esta rigidez "falla". Cuando los cálculos no funcionan. El ejemplo clásico es el quitar la silla cuando alguien va a sentarse.
Hasta aquí con el maestro Bergson.
Evidentemente hay mucho más, pero confío que quienes se interesen encontarán la manera de aplacar esa curiosidad.
A todo esto le agregaría otro elemento en torno al humor, que por cierto no es novedoso: lo cómico tiene un correlato directo con la realidad.
Aquello que nos causa gracia tiende a ser una representación fallida o exagerada de la realidad. Es por eso que nos puede llegar a causar gracia que una persona se parezca a otra que conocemos.
Es la razón por la que South Park o Los Simpson son series tan exitosas: en la mayoría de sus capítulos hay referencias a eventos reales o películas, los cuales se re-presentan de forma exagerada o "fallida".
Y probablemente el éxito de Coco Legrand pasa por esa capacidad de captar una cierta idiosincracia, una identidad, en la cual es posible verse reflejado. Es lo que le llaman -pese a que muchos colegas les moleste- la "sensibilidad sociológica" del Coco Legrand.

En el punto más alto de la pirámide de este argumento están los imitadores.
Un buen imitador es capaz de hacer una caricatura de quien imita exagerando algunos de sus rasgos, timbres, muletillas, gestos y entonaciones.
Y la clave es esa: siempre es una exageración.
Y por otro lado, siempre es una imitación. Vale decir, una representación "fallida" de lo real.

Ahora, el hecho de que el imitador "tergiverse" lo real aporta un elemento central: siempre hay una crítica velada al imitado. Sus defectos adquieren protagonismo y se recubren de esa risa que castiga aquello que no planificamos. Que no queremos.
Es por eso que la fantasía, la ciencia ficción, no nos causa gracia. Pero una parodia de la "Guerra de las galaxias" sí lo hace.

Escribo todo esto, a 4 días de las elecciones de primera vuelta, no tanto para reflexionar en torno al sentido del humor (por mucho que estas elecciones y sus campañas nos parezcan de payasos), sino para intentar una interpretación sobre qué es lo que significa su carencia...

El programa "Animal Nocturno" fue otro de los bastiones de la "farandulización" de las elecciones. Un proceso que, por supuesto, nuestros productores han imitado de EE.UU.
Kramer, personaje permanente del mencionado programa, es un número fijo y probablemente uno de los mayores ganchos para verlo.

Sin embargo en las últimas semanas ni Frei ni Piñera aceptaron ser imitados por Kramer.

¿Hay alguna realidad caricaturizada que no quieren que se represente?

¿Cuál es la rigidez en juego que no quiere castigarse con la risa?

¿Será que no quieren que nos insensibilicemos (aún más) frente a sus figuras?

Lo curioso es que tanto ME-O como Arrate sí se dejaron imitar (y con bastante humor) por Kramer.

¿Tendrán "mucho que perder", o mejor dicho, mucho que ocultar, los candidatos con más opciones de pasar a segunda vuelta?

A lo mejor el mismo Kramer tiene la respuesta de por qué Piñera no quiere ser imitado.

Y Frei (con ME-O)

Por Favor, reAcciones

P.S.: Les dejo también la hilarante imitación de Arrate.

8 comentarios:

MEFISTO dijo...

Igual creo que en Chile aún están en pañales respecto al humor político, en Argentina ya están a millón de años luz, no en vano en el programa de Tinelli había un espacio que se llamaba "el gran Cuñado" y le daban con todo a los políticos, además que ellos mismo salían, un poco empaquetados los candidatos, hasta Bachelet sale graciosa imitada por un peruvian...
Saludos nuestro TOPAZE columnista...

maldonado dijo...

Don Juan Emar:

Esperando que haya olvidado la cortés invitación a quedarme callado, que me formulara en su respuesta a un comentario sobre su artículo del 26 de noviembre del 2009, titulado: "Votar por Piñera y el sentido común Vol.2", me permito responder el presente post. Gracias.

Usted pregunta: ¿Cuál es la rigidez en juego que no quiere castigarse con la risa?
A mi modo de ver, todos tenemos una rigidez asociada a la percepción de lo que llamamos "nuestra identidad". En algunos, esa percepción llega a tales puntos de elaboración, conciente o inconciente, que cualquier relativización de la misma produce una incomodidad de proporciones. Por ejemplo, nos percibimos como el próximo Presidente de la República (así con mayúscula), por lo tanto, no nos podemos "rebajar" al nivel de todos. Tenemos una "dignidad" que proteger: la propia y la del cargo al que aspiramos. Y así en todo. El problema es que de aquí se va directo hacia eso que conocemos como "culto a la personalidad", el culto hacia la propia personalidad, que es lo más terrible, y al que desembocan todos los autócratas de la clase política. Si Arrate y MEO aceptaron ser imitados, es porque el primero, no se percibe como Presidente de la República, y el segundo, aunque sí se percibe como tal (era que no), lo hace con esa dosis de hueveo característica de la gente más joven, que aún no ha esculpido del todo su identidad.

Nota: Hace tiempo que no comentaba largo... ¿estaré perdiendo el sentido del humor?

Saludos

Juan Emar dijo...

Estimado Maldonado: rompo con mi anclada costumbre de responder cuando publico otra columna porque creo que usted lo amerita.
El evento que usted cita no fue una invitación a quedarse callado, sino una legítima duda por su insistencia.
Sucede que a mí me cuesta entender cuando alguien se toma la molestia de hacer ver un mismo defecto (digamos banalidad en este caso) de manera insistente -aunque revestida de sarcasmo-. Lo que yo hago es simplemente dejar de leer y comentar aquellos sitios que no me agradan o satisfacen.
Su comentario no hacía posible desarrollar una discusión en términos interesantes, sino una contestación a ese nivel. Y eso no me interesa.
No con usted al menos.
Usted, tanto en sus escritos como en comentarios como el que acaba de dejar, demuestra la capacidad de abrir los temas y desplegar otras perspectivas.
Y me encantaría que fuera a eso a lo que se sintiera invitado. Nunca a callar.

¿Habré perdido yo el sentido del humor con dicho comentario?
Probablemente. Tal vez Víctor Gutiérrez es algo que la rigidez de mi identidad considera ofensivo.

En cualquier caso, sigo pensando que las razones del sentido común para votar por Piñera es algo que claramente escapa de su interés...

Ahora, con respecto al corpus de su actual comentario, creo que usted aporta un elemento clave que tiene que ver con la identidad y con la "situación" de la imitación, que no es seria ni de "alta investidura".

Sin embargo, insisto en agregar un punto que también tiene que ver con el contenido de la imitación: cuando Kramer imitó a Piñera en Viña, Piñera habló al día siguiente diciendo que quería felicitar a Kramer, pero que ahora todos sus nietos lo imitaban. Una muestra de "humor" frente a la imitación.
No obstante, un par de semanas antes de la elección se niega. Yo creo que además del culto a la personalidad hay verdades en la imitación de Kramer que apuntan a puntos sensibles que Piñera ha intentado maquillar en su campaña.

¿No le parece también?

Saludos

socióblogo dijo...

Creo que en Chile es todavía más fácil reirse de las cualidades no elegidas por las personas, como las formas de hablar, la entonación o ciertos defectos físicos, que de las que sí eligen.

Poniéndose excesivamente sociólogo (o sea, interpretando en clave tradición / modernidad) uno podría especular que en sociedades modernas resulta menos lícito reirse de las cualidades no elegidas de las personas, pero sí es aceptable burlarse de los elementos de su identidad que han elegido voluntariamente.

Es lo que pasa en Estados Unidos: uno puede reirse cuanto quiera del presidente, pero jamás podrá hacer un chiste en relación con su origen étnico y, de hacerlo, la condena será relativamente unánime. Reirse de alguien por ser negro es considerado de mal gusto. Creo que es por eso que existe un lenguaje muy politicamente correcto para hablar de las minorías, pero no lo hay para hablar de los políticos.

A propósito, no puedo dejar de recomendar un libro buenísimo sobre el humor y el totalitarismo socialista: La Broma, de Milan Kundera.

maldonado dijo...

Señor Emar:

Me ha hecho recordar a mi profesora de castellano de 7º.

Cuando usted dice: "Su comentario no hacía posible desarrollar una discusión en términos interesantes, sino una contestación a ese nivel. Y eso no me interesa", está presuponiendo demasiadas cosas y encasillándose en otras muchas más. Permítase ser, en Internet por supuesto, distinto a lo que los demás o usted mismo espera de usted. Una tarea difícil, claro, sobre todo si se está “involucrado”, con nombre y apellido, y casi con foto, en este sistema. No es mi caso, afortunadamente; por lo tanto, ya sabe cuál será la consecuencia. A una frase, puedo responder con un tratado, y a un tratado, con una carcajada, o viceversa, o con una mezcla de ambos, en fin. Reconozco que mis intervenciones pueden resultar cargantes, tontas e inútiles, muy cercanas a las que dejan trolls o anónimos pencas; así que si lo molesto puede decirme sin ambages que me largue y lo haré. Por lo demás, usted siempre tiene totalmente la razón, sobre qué, no lo sé. Usted elija.

Juan Emar dijo...

Maldonado: ¿Ve? ahora estamos conversando.
Espero que no sean muy malos los recuerdos de su profesora, pero me temo que no me entendió del todo lo que le quise decir.

Es evidente que presupongo y me encasillo. Lo hago siempre, excepto, tal vez, con gente a la que conozco plenamente y en la que tengo confianza total.

Sin embargo, usted no tiene cómo saber si acaso soy o no distinto en Internet a lo que espero (o los demás) de mí mismo.

Que no me interese involucrarme en "diálogos" (que en verdad son monólogos) sarcásticos, no significa que me "reprima" o no me permita ser algo.

Claro, usted tiene razón, tal vez yo presupongo una conducta suya que podría irritarme o desilusionarme al verla contrariada.
Mi error.
Pero esto no quiere decir que yo quiera que se largue. Creáme que se lo diría.
Simplemente me cuesta entender que usted insista en el comentario sarcástico frente a las columnas que le parecen demasiado banales.
Como lo presupongo como una persona inteligente, creo que no tiene sentido hacer lo mismo una y otra vez, si no más bien asumir que ese espacio concreto no le dará lo que usted busca.

¿Entiende porqué yo no entiendo ese tipo de comentarios viniendo de usted?

Tal vez todo tenga que ver con presupuestos y expectativas erradas. Al menos de mi parte...

No creo tener totalmente la razón, pero no me cabe ninguna duda que la iluminación es suya.

Usted ya eligió.

mis saludos.

Anónimo dijo...

Me parece que el humor ( la ironía) también se vincula mucho a mostrar lo contradictorio que es todo( ¿ falla de rigidez?). En el caso de nuestros políticos: entre lo que dicen y hacen, lo que dijeron y lo que dicen, entre lo que supuestamente defienden y las decisiones que han tomado. Las campañas políticas - especialmente de Piñera y Frei-se dirigen a ocultar estas contradicciones, es algo que no se quiere enfrentar y que muchos votantes no quieren ver. No sólo porque implica meterse en lo más oscuro de la política (el conflicto de interés, los grupos de presión etc.) sino principalmente porque nos deja en una situación de incertidumbre difícil de tolerar.

Junto a esto, me parece que el humor nos muestra otra realidad que no queremos ver y que es lo absurdo: lo absurdo que es creer sus promesas, en la ilusión de la participación, y obviamente en este sistema político en general, que al parecer nos está haciendo definir una elección entre un RN y DC.

Saludos,
Antonia

Juan Emar dijo...

MEFISTO: ¡Qué buenos recuerdos me trae con TOPAZE! Un honor su evocación...
Sin duda nos falta mucho, en el sentido de la tolerancia a éste sobre todo. Sin embargo creo que harto de eso pasa por aquello de verdadero que puede tener lo humorístico.
Saludos

Colega: es cierto, hay mucho en torno al gesto y apariencia. Sin embargo yo llamaría a no engañarse en el caso de Kramer (sobre todo, pero no el único). El guión de sus imitaciones contiene -a mi modo de ver- una aguda crítica a cada imitado. Lo cual cobra mayor importancia en el caso de los candidatos.
Gracias por su recomendación. Intentaré llegar a ese libro.
Saludos

Antonia: se agradece esa acostumbrada asertividad. Nuevamente hace emerger un despliegue del tema en cuestión. Y a fin de cuentas volvemos a quedarnos en el absurdo y la contradicción.
Tal vez sea justamente eso: la risa castiga esa contradicción maquillada y evidencia ese absurdo que intenta ocultarse.
Saludos