miércoles, mayo 12, 2010

El Rock&Roll del momento: "¿Cuánto vale el Show?

Pelao Ayala y el público. Foto de Emilia Aguilera (como puede leerse en el sello)

Bueno, lo admito. Mayo ha comenzado algo lento para este blog. Y eso que le lleva día del trabajador incluido. Sólo puedo culpar -paradójicamente- a un exceso de trabajo como excusa.

Pero ya que mencionamos el día del trabajador, me permito contarles sobre dos eventos musicales a los que asistí dicho fin de semana.

El viernes 30 salí rápidamente de la pega para llegar a mi casa, dejar las cosas, comer algo y partir rumbo al Arena. Los tacos propios del lugar hacen que calcular 1 hora antes del concierto siempre se quede corto.

El concierto empezó relativamente puntual y con una obertura tributando a Black Sabbath, fueron entrando uno a uno. El penúltimo, Dave Ellefson, se llevó una gran ovación: había mucho morbo por ver nuevamente al bajista histórico de la banda. El último en aparecer, era que no, Dave Mustaine -fundador y único miembro que ha estado en toda la trayectoria de Megadeth- desatando la euforia en el recinto que estaba lleno.

Además del regreso de Ellefson, el concierto estaba marcado por los 25 años de la banda y 20 años de lo que es considerado su mejor disco: "Rust in Peace".
Quienes estábamos ahí, sabíamos a lo que íbamos: iban a tocar íntegramente (y prácticamente sin parar) el mítico album del '90, más algunos clásicos y temas de su disco nuevo, "Endgame".

Dave Ellefson, Chris Broderick, Dave Mustaine y Shawn Drover. Foto: EcLiB

En ese sentido, no fue un concierto lleno de sorpresas ni nada por el estilo. Fue 1 hora y 40 minutos de música ejecutada impecablemente, sin falsas adulaciones y con un público absolutamente comprometido, saltando y coreando prácticamente todas las canciones (incluidos los tarareos de los solos de guitarra).
La comparación con Metallica es inevitable. En parte por la historia, en parte por la prensa, en parte por los fans y en parte por las mismas bandas.
Mustaine era el primer guitarrista de Metallica y fue cuando se mudaron de Los Angeles a San Francisco a grabar lo que sería el "Kill 'em all", que decidieron despedirlo por sus excesos.
Esto ancló un resentimiento en Mustaine que lo impulsó a formar una banda rival de Metallica que pudiera superarlos, y ahí comienza una larga teleserie que cada cuanto escribe un nuevo capítulo. Si les interesa, pueden leer aquí algo que escribí hace un par de años. Lo curioso de esa columna es que todavía fanáticos de una y otra banda siguen debatiendo ahí sobre cuál es la mejor...

Yo también caigo en eso y automáticamente comparo el concierto con el que Metallica hizo a principios de año.
Vamos por punto.

1) El lugar. Club Hípico (Metallica) es pésimo lugar para conciertos. La acústica no es buena y más encima hubo fallas en el sonido en los primeros temas. Lo que sí, es que es más grande, por lo que evidentemente fue un concierto mucho más masivo. Sin embargo había segregación de canchas y la cancha "no-VIP" superaba las 30 lucas. Lo peor de todo es que siendo un día laboral, quedamos muy atrás y más que ver el concierto vimos gente viendo un concierto. Siendo tan grande el lugar, donde estábamos no había mucha "química" entre el público y la banda.
El Arena (Megadeth), en cambio, debe ser el mejor lugar para escuchar música. El punto en contra es que no puede superar las 20.000 personas. Se escuchó bastante bien y el público estaba mucho más cohesionado y efusivo.

2) Las entradas. Ya lo dijimos. En Metallica había cancha vip y la no-vip ya era bastante cara. Para Megadeth había un precio único de 25.000 (más lo que roba Ticketmaster) y uno elegía el lugar desde donde lo veía.

3) El público. El de Metallica era bastante más variado en edades, sexo y nivel socioeconómico. Pero la "lealtad" (que podríamos relacionarla con la cantidad de gente que se sabía las canciones y la efusividad del público en general) era menor que para Megadeth. Sin duda que aquí la masividad y lo abierto del recinto complotan.

4) El show. Ambos fueron bastante austeros, aunque Metallica le hace más a la pirotecnia. En general bastante bien ejecutado, pero Lars Ulrich (batero de Metallica) ya está dando un poco de jugo y hay temas en que no se la puede y pierde los tiempos. En Megadeth no hubo puntos bajos. Ninguna de las dos bandas destaca por tener una emotividad especial para con el público, aunque en Megadeth levantaron cada bandera que les tiraban para ponerla sobre la ambientación o los amplificadores. En ambas bandas hubo recetas nacionalistas infaltables: Trujillo de Metallica gritó un ceacheí y Drover de Megadeth tocó todo el concierto con la polera de la selección chilena de fútbol.

En el balance general, me quedo con el concierto de Megadeth. Tuvo una relación precio-calidad que superó con creces al de Metallica. En todo caso, hablo como fanático de los primeros y un oyente respetuoso de los 4 discos iniciales de los segundos.

Pero la noche siguiente, la del 1º de Mayo me dejó pensando mucho en la manera que tenemos de valorar la música y lo antojadizos que son los mecanismos y dispositivos de consagración de un artista.
Juanafé lanzaba su tercer disco, "La Makinita", en el teatro teletón. Como seguidor de ellos desde que comenzaron, era un evento "obligado".
El show duró cerca de 2 horas y media, pasando revista a temazos de los tres discos, y destacó por un profesionalismo que no es fácil de ver en nuestras bandas. No dejaron nada al azar para que fuera una experiencia total y así fue: el sonido fue casi impecable, el juego de luces parecía otro instrumento más, el diseño de la escenografía a cargo del gran Pablo de la Fuente y el vestuario para cada uno de los músicos, evidenciaron la preocupación de que cada uno de los detalles fuera de excelencia. En las pantallas, que se integraban a la escenografía sin opacarla, se proyectaban imágenes, videos y trozos del trabajo que la banda ha hecho con grupos de pobladoras.
Y el mensaje del del Show era bastante claro: "La plata no vale ná" como dice el coro de la canción que le da el nombre al disco.

Y así pareciera. Los $4.000 (preventa) ó $5.000 (puerta) que costaba la entrada eran realmente un regalo para la calidad y cantidad de lo que se vio. "Demasiado barato" les dije cuando me preguntaron qué me había parecido.
Y no se trata de cobrar más caro. Al contrario, ojalá que todos pudieran tener acceso a un show así, pero pagamos 3, 5 ó 10 veces más por conciertos que no tienen ni la mitad del profesionalismo que tuvo este. Pero lo hacemos porque son artistas "consagrados" o "extranjeros".

Juanafé, tal como dice esta nota, ya está en las ligas mayores. Sin embargo, pese a que había mucha gente esa noche, el Teletón no se llenó todo lo que se esperaba. Y, con los costos de un show de estas proporciones, salieron para atrás.

Siento que no me compete entrar en la discusión de cómo se podría haber planificado mejor financieramente o si acaso se podrían haber amortizado los costos (sé, de primera mano que se les tentó mucho para que abarataran el espectáculo, pero prefirieron arriesgarse a salir para atrás que bajar el nivel). Y creo que no cabe pensarlo como un fracaso. Se recuperarán rápido y será otro evento más del cual aprender. Están lejos de querer bajar la vara, sino que pensando en cómo hacer que más gente pueda ver un show como el que vimos.

Pero pienso en quienes se lo perdieron. En quienes perfectamente lo podrían haber disfrutado pero lo encontraron "caro" (que es distinto a no tener plata). Pienso en cómo valoramos a nuestros músicos, hasta qué punto entendemos lo que hacen como un trabajo (lleno de significaciones, claro está) y no como un pasatiempo, cuánto los pedimos para escucharlos en las radios, cuán malos los consideramos a priori por el sólo hecho de ser chilenos.
Es como si nos diera vergüenza de nosotros mismos. Vergüenza, en la mayoría de los casos, injustificada.

Y usted, ¿Se ha sorprendido por la calidad del concierto de alguna banda chilena?

Por Favor, reAcciones

3 comentarios:

Miguel A. Pérez dijo...

que lastima no haber ido a megadeth, las lucas estaban escasas..y pase por ahi en metro lamentandome..jaja

respecto a tu pregunta final, recuerdo siempre los primeros shows de weichafe, banda ya desaparecida, donde sonaban increibles, cuando aun tenian el pelo largo...

actualmente podria nombrar a el cruce, pero en general hay muy buenas bandas en chile, que se la juegan por difundir su musica. este año fui al rockodromo en el muelle baron y estuvo muy bueno, ademas en un gran lugar.

saludos.

andres dijo...

http://www.myspace.com/militaresyciviles

escucha estos...

Juan Emar dijo...

Miguel: pues sí. Estuvo buenísimo. Valió la pena el esfuerzo. No tuve el gusto nunca de presenciar a Weichafe en vivo, aunque sí los escuché. Lamento que no existan y que Pierattini esté tocando lo que está tocando ahora...
A El Cruce sólo alcancé a ver un "cachito" antes de que telonearan a ZZ TOP, pero no pude formarme una opinión de cómo es su show.

Sin embargo, estamos de acuerdo: hay hartas bandas en Chile haciendo música de muy buena calidad con shows muy profesionales y a un precio significativamente más bajo que el que pagamos por un espectáculo sin mucho brillo de un extranjero "consagrado".

Saludos

Gracias Monje. Ahora mismo los estoy escuchando.
Abrazo