domingo, octubre 17, 2010

Neoelitismo (borrador de principios básicos)

Parece que es mucho más fácil de lo que nos gusta pensar.

"Die Welle" ("La Ola", 2008), dirigida por Dennis Gansel, es una película alemana que recrea una novela escrita por Morton Rhue, inspirada a partir de un experimento realizado el año 1967 en Palo Alto, California.
Rainer Wenger es un profesor de secundaria en un indeterminado lugar de Alemania. Como los alemanes están bastante traumados por su responsabilidad histórica (si les interesa esto, recomiendo leer "El Problema de la Culpa" de Karl Jaspers) y de ser los villanos del siglo pasado, se hacen proyectos semanales para que las nuevas generaciones valoren la democracia. En este caso, los estudiantes podían elegir entre un curso de Anarquía y otro de Autarquía (un cuasi-eufemismo para el fascismo). Wenger, con un pasado de okupa tiene intenciones de dictar el curso de Anarquía, pero como se trata de valorar la democracia, son esas mismas ganas lo que lleva al comité académico a asignarle el curso de Autarquía.
Con todo, el profesor decide tomárselo en serio, partiendo de la pregunta si acaso el nacionalsocialismo sería posible nuevamente en Alemania. Pregunta cuya respuesta masiva es "no". Wenger decide hacer el experimento de transformar su clase en un pequeño gobierno autárquico a partir de aparentes detalles como estar todos sentados a la hora, ponerse de pie para hablar, terminar todas las frases dirigidas a él con "Señor Wenger", sentarse derecho...hasta aditamentos simbólicos como el que todos vistan con jeans y camisa blanca, tener un lema, un saludo (el que sale en la foto y que recuerda de manera obvia al nazismo) y un logotipo.

Con el paso de los días, más estudiantes se cambian a la clase de autarquía, mientras que los pocos que se sienten incómodos son excluidos. El movimiento comienza a trascender la sala de clase y el entusiasmo por éste va sumando adeptos exponencialmente. De manera relativamente espontánea se organiza una fuerza de seguridad para "La Ola" y van asumiendo que los anarquistas son sus enemigos. Con esto ya se certifica uno de los más clásicos fenómenos sociológicos: el aumento de la cohesión interna del grupo vinculado a una hostilidad frente a quienes están fuera de él.
Como ya se adivinará (en caso de que no haya visto la película), el experimento les demuestra en carne propia a los estudiantes que una experiencia como la del nazismo es perfectamente repetible. Claro que lo interesante de "La Ola" es ver cómo poco a poco esto puede salirse de control...
Muy recomendable.

Ahora, si algo tienen en común los fascimos y totalitarismos (más allá de un Estado omnipresente, líderes carismáticos y del uso de la propaganda) es una fuerte orientación a la mediocridad. Aunque suene a contrasentido -ya que la propaganda tiende a ser un discurso en torno a la superioridad del grupo/raza/nación por sobre los demás- los fascismos se incuban muy bien en las clases medias, personalidades frustradas y resentimientos varios. Resentimientos que siempre tiene su base en un complejo de inferioridad no asumido.
Al agruparse todo este conjunto de frustraciones, resentimientos y mediocridad, comienza un reforzamiento mutuo: se sienten parte de algo y se repiten a sí mismos que en verdad son superiores a los demás.

El neoelitismo no tiene nada que ver con eso.

El neoelitismo se basa en el convencimiento de que entre el 80% y el 90% de la gente simplemente no tiene vuelta. No hay caso. La naturaleza (o el azar) es cruel y la mayor parte de lo que llamamos "la masa" o simplemente "la gente", pareciera condenada a generarle vergüenza ajena, desazón y hasta rabia al neoelitista.

Es elitista ya que se asume dentro del 10% o 20% (en mi opinión, es el 10%, pero mis amigos economistas insisten con la misticidad de la proporción 80-20 que encuentran en todos lados) excepcional.

Es neo, porque no cree que esa proporción tenga alguna correlación geográfica, étnica o socioeconómica. Esto significa que la tontera no discrimina y tiende a repartirse en estas proporciones a lo largo de toda la especie humana. Es genética, si usted quiere.

Tampoco hay vínculos directos con el poder. Quien tiene el poder puede perfectamente ser un imbécil. Y en su gabinete perfectamente puede haber un 90% de ellos. Lo mismo con el parlamento, alcaldes, etc.
Si volvemos al tema de los fascismos, es fácil ver cómo la mediocridad y el resentimiento han llegado al poder. La mayoría de las veces resultando en consecuencias de temer.

Ni siquiera la educación tiene algo que ver (aunque es muy eficiente en maquillar la tontera de quienes tienen más recursos), ya que hay casos dignos de destacar entre quienes no han tenido oportunidades. Y es justamente porque son excepcionales (entre 10% y 20%), que destacan.

El neoelitista está condenado a sentirse ajeno a todos los productos masivos. La televisión, por ejemplo.
Las modas le parecen algo sin sentido.
La política le resbala. Difícilmente adhiera con entusiasmo a un partido político o candidato. Lo que no quiere decir que no haya neoelitistas en la política. Los hay y son los más peligrosos por la lógica instrumental y egoísta que los mueve.

El neoelitista tiende a juntarse con otros neoelitistas por afinidades ineludibles. Lee a otros neoelitistas, escucha la música que hacen y disfruta del cine y comidas creadas por ellos. Esto le puede llevar a un peligroso engaño: pensar que el neoelitismo es el sentido común. Y no hay nada más lejano. Tal bienintencionado neoelitista está en curso de colisión con una realidad que lo hará decepcionarse constantemente. Es un neoelitista trágico, sufriente.

Hay un gran problema. Y, en el fondo, todo neoelitista lo sabe: pensar que existe gente que es en algún grado inferior, es políticamente muy incorrecto. Esto es porque nuestra cultura (bien lo decía Nietzsche) gira en torno a la mediocridad y siempre se le castiga ("chaquetea" diríamos en Chile) a quien explicite o demuestre que destaca por sobre el 80% o 90%.

¿Es un/a neoelitista una mala persona?
Puede serlo, como puede que no. No hay un correlato moral con esto. Si el neoelitista decide generarle daño a los demás o justificar derechos a los cuales el 90% no accederá, probablemente sí. Pero ser neoelitista no implica ningún tipo de discriminación ni abuso. Es sólo una intuición.

Con todo, insisto, no es fácil serlo. Aunque hay algunos parches para luchar contra la culpa cultural que se le impone a todo neoelitista: de cuando en cuando le baja esa terrible certeza de que sobra gente en el mundo y que la sobrepoblación no tiene sentido.

La lobotomía (inter)nacional que ha significado esto de los mineros reaviva esa intuición neoelitista.
¿Acaso no ha sentido usted que este monopolio temático ha sido mucho?
¿No ha sentido usted algo de vergüenza por cómo el gobierno ha profitado burdamente de esto?
¿No ha sentido usted que toda la cobertura absurda a cada historia de vida de los mineros es algo que no le interesa?

¿No ha sentido usted que cuando ve un/a político/a hablando en la tele, le dan ganas de decir "y este/a cree que uno es estúpido"?
¿No ha sentido que la mayor parte de la publicidad no está dirigida a usted (aunque apunte a su sexo/nivel socioeconómico/grupo etario)?
¿No ha sentido esa desazón de que "no hay vuelta" y esa tentación por mandarse a cambiar (que en caso de concretarse, se topa con la triste verdad de que en todas partes hay un 80% o 90%)?
¿No recuerda alguna ocasión en la que ha dicho o pensado que "a la gente no le interesa" algún tema que usted considera relevante o prioritario?
¿No le extraña que haya gente que todavía caiga en estafas telefónicas?
¿No le dice algo que Marcela Sabat haya sido elegida diputada?

¿Si?

Pues tenga usted su bienvenida al neoelitismo.

Por Favor, reAcciones

17 comentarios:

maldonado dijo...

Mi preclaro contertulio:

Cuando usted se desliga, en cierto sentido, de la coyuntura, es cuando más me apetece leerlo y, por supuesto, comentarlo.
Al ir avanzando en su texto no pude dejar de recordar al fino Ortega y Gasset y su defensa de aquello que muchos llaman la “aristocracia del espíritu”. Su Rebelión de las Masas, por ejemplo, es un sublime alegato contra el 80 y 90 por ciento que, como usted dice, no tiene vuelta. Pese a que la pluma de Ortega es especialmente seductora, además de grata; no estoy de acuerdo con esa postura.
No estoy de acuerdo porque creo que sentirse parte de una identidad comunitaria elimina la posibilidad de constituir una identidad personal dinámica capaz de entrar y salir, alternativamente, desde cualquier comunidad. Todo argumento a favor de esa identidad común refuerza el prejuicio hacia los demás y la hace impermeable al cambio. Del mismo modo, cualquier postura elitista le atribuye tanto a las personas, como a los procesos, una suerte de esencialismo negativo perenne e inmutable. Es decir, el recurrente Sentimiento Trágico de la Vida (para traer a colación a uno de los maestros de Ortega: Miguel de Unamuno, otro viejo carismático).
Al contrario de usted, yo creo que sí existe un correlato moral en esta nueva categoría que bosqueja. Al verlo del modo como le describo más arriba me parece inevitable que todo individuo que se siente parte de una identidad comunitaria y que ha supeditado su propia identidad a lo que acontece con ella, está condenado a ejercer dos únicos papeles en la vida, ambos igualmente nefastos: el de amo o el de esclavo. Ni hablar de una peligrosa tendencia maniquea o dicotómica de dividir el mundo.
Reconozco que he respondido sí a toda la batería de preguntas con la que finaliza su artículo, pero no me considero aún parte del neoelitismo; por la sencilla razón de que aún guardo un resto de amor por el Otro. Mínimo, pero suficiente. Y lo guardo porque la experiencia me ha demostrado que allí donde convergen dos destinos particulares, sin casi puntos de unión (y no sé a causa de qué circunstancias excepcionales), es posible el Milagro; esto es: el encuentro y la amistad (la verdadera, no la instrumental). Puedo pecar de ingenuo, de idealista, claro. Pero prefiero mil veces eso, a pecar de paranoico. Otra de nuestras interesantes diferencias.

Un abrazo

Juan Emar dijo...

Mi estimadísimo:

Un gusto leer el despliegue que usted propone y acoger las disyuntivas en las que me pone.

Lo estipulado en esta columna tiene evidentemente un carácter paradójico. Paradoja que es la que le da sentido, siguiendo a Deleuze.
Lo tiene porque si bien es una suerte de declaración de principios, no hay, realmente, una aspiración de agrupar en torno a una comunidad o identidad.
Tal vez por lo mismo es que decidí utilizar la mencionada película para marcar el contrapunto: el agruparse en torno a un sentimiento de superioridad trae consecuencias nefastas.
Es más, creo que ni siquiera es necesario agruparse. Las afinidades electivas y el propio devenir hacen gran parte del trabajo.
En este sentido, no hay ningún tipo de "llamado". Se trata simplemente de dejar por escrito una intuición, políticamente incorrecta, pero intuición al fin y al cabo.

Como habrá visto, no hay ningún ánimo de discriminar -en cuyo caso si me parece digno de moralizar- ya que creo que es caer en la mediocridad el limitar la posibilidad de milagros (como bien dice) con los demás, en base a prejuicios de superioridad.
En este sentido, prefiero mantener las opciones abiertas y que la propia experiencia sea la que hable. Asumir a priori que se está frente a alguien del 20% o del 80% es un error para mi gusto. Además que es mucho más entretenido intentar dialogar y encontrar puntos con quien quiera que sea. A mí me gusta al menos...

Someter la identidad propia y cristalizarla es seña de mediocridad, en mi opinión. Así que creo que en ese sentido, lo acompaño en su argumentación.
No crea que esto se trata de perder el amor por el Otro. Para nada. Como le digo, es sólo un ejercicio de ponerle palabras a una intuición, que parece comprobarse en la experiencia.

Por último, valga nuevamente la paradoja, el neoelitismo tiene la semilla de su propia destrucción (parafraseando a Marx): en la medida en que se asume que se es "parte" de él, comienza la uniformidad y se abre el nicho para un fascismo de resentimiento y mediocridad.
Nada de militancias...

Me parece que lo más interesante de nuestras diferencias está en que, en el fondo, no lo son tanto.

Un abrazo, mi contertulio

Anónimo dijo...

...demonimo 5 postea...

Solo me queda ponerme de pie,mirar atraves de mi ventana rascandome la barbilla, meditando su post.... Genial. clap clap clap.
Sin su autorizacion (o con, espero)será tema en futuras reuniones de cata de vino (como le llamamos elegantemente al maravilloso acto de sentarse en la terraza alrededor de una parrilla conversada)

Ronin dijo...

No puedo evitar vincular este tema al ego... lo egos, el egoísmo.
Me pregunto, si efectivamente alguien opina "mm si, soy un neoelitista", ¿qué es más relevante? ¿el hecho en si o los efectos post constatación? y ahí entran todo el tema de incluirse en un grupo (ejemplo: patriotismo y chovinismo); ¿el neoelitista se siente bien por "despertar de la matrix"? ¿o se siente como peter parker ("un gran poder conlleva una gran responsabilidad)?, jajaja claro, puede que si se siente con un poder al ser neoelitista, eso hable de un cierto ego travieso... o capaz que sienta que, al ser neoelitista, deba prestar un servicio a ese 80% o 90% y salvarlos de ellos mismos, al más puro estilo superman... o peor aún, al estilo U.S.A.
Qué tanto de ego hay en eso...? o sólo es una constatación de un hecho?
Por otro lado, esto del neoelitismo no es tan nuevo: el mismo platón habló de esto con su caverna... bueno, quizas por eso se le agrega el prefijo "neo"

Um abrazo a todos.

socióblogo dijo...

Otra intuición: apostaría sumas fuertes de plata a que si hiciéramos una encuesta a una muestra aleatoria, habría entre un 80% y un 90% de personas que responderían afirmativamente a las preguntas que cierran este texto. Sentirse mejor que los demás, más ilustrado, más conciente o lo que sea; pensar que son los otros los manipulados, los tontos, los que caen en las mentiras y los que se dejan engañar o seducir, es humano, muy humano.

Quizá (otra intuición) es típico de la subjetividad en sociedades modernas, diferenciadas, plurales. Alguien por ahí debe haberlo estudiado alguna vez.

Siempre supe que el autor de este blog tenía una sensibilidad aristocratizante.

Saludos, estimado.

socióblogo dijo...

Viene al caso: http://xkcd.com/610/

Saludos

Pelotero dijo...

Con el permiso de don Juan, me permito dos citas que son casi de uso público:

La primera, de Descartes: "La inteligencia es el patrimonio mejor repartido; ya que cada uno cree estar bien provisto de ella"

Y la segunda, de Nicanor Parra: "Por todo lo cual/ sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles".

Si yo tuviera un blog, y un espacio en él que se llamara 'mi ideología', la última cita lo presidiría. Convengamos, al menos, que aun existiendo esa intuición (que no tiene mayor base científica, y podría ser absolutamente falsa, por lo demás), su poseedor podría hacer diferentes usos políticos de ella.

Un saludo muy respetuoso al siempre notable Juan Emar.

OmarAED dijo...

Don Juan:
Saludos, leo este blog hace años (es el único blog que reviso 'religiosamente') aunque nunca antes había comentado por no creerme a la altura de los temas tocados o simplemente por la flojera de articular unas cuantas frases inteligibles para cualquiera.

El tema de hoy me puso los pelos de punta a medida que avanzaba en la lectura, aun no se porque, pero me siento identificado con lo que usted define como neo-elitismo, sin entender cabalmente los alcances del concepto.
Me molesta un poco sentirme asociado con la palabra "élite" pero respondí con un rotundo SI a cada una de las preguntas.
Le concedo que sin llegar a sentirme superior, si me considero 'blindado' en algún grado a la estupidez y liviandad reinante en el aire.

Interesantisima columna, como muchas otras en este blog.

Felicitaciones y espero seguir leyéndolo por mucho tiempo mas.

Saludos.-

Juan Emar dijo...

Estimados comentaristas: antes de dirigirme de forma particular, sólo quería manifestar mi alegría y agradecimiento por sus comentarios y la exigencia que me plantean. Gracias a ello, esta intuición puesta en palabras asume el desafío de perfeccionarse en torno a la crítica. Es justamente la idea de que haya sido un "borrador".

demónimo 5: ¡Tanto tiempo sin hacerse presente con sus palabras! Tenga usted (por favor) toda mi autorización para usar y apropiarse de todo cuanto le parezca. Como Ronin dice más abajo, esto tampoco es una idea tan nueva.
Un abrazo y me evocó buenos recuerdos eso de la cata de vinos...

Ronin: evidentemente este tema se vincula con el egoísmo. De hecho, como pudo leer, es en la política cuando la unión entre neoelitismo y egoísmo se hace más peligrosa...

El ego, en mi opinión, es un tema a lidiar en todo la cultura occidental. Por lo que creo que las preguntas que usted plantea trascienden al neoelitismo. Esto no quiere decir que no haya que hacerse cargo de ellas, todo lo contrario. Lo que sí, es que creo que son preguntas que cada uno debe responderse. Hasta donde yo lo veo, el neoelitismo termina con la intuición-certeza de dicha realidad constatada.
¿Qué hacer (con eso)? dixit Lenin, pues ya es un tema de cada quien. Por eso es que acá no hay mandatos morales ni políticos.
¿Qué hacer con la pregunta "Qué hacer"? dixit Derrida, pues henos aquí.
En cualquier caso, usted tiene toda la razón: no hay nada nuevo bajo el sol. Evidentemente no he inventado nada, sólo he intentado ponerle palabras a una intuición constatada, que tiene sus raíces bien atrás en la cultura de occidente.
Demás está decirle que esas mismas proporciones están en la gente de USA así como en sus gobernantes...
Un abrazo para usted

Colega pop: Echaba de menos sus comentarios por acá. Siempre le dan una vuelta desafiante al asunto. Lo que se agradece.
Frente al desafío de la encuesta, no me queda más que aceptar la apuesta y esperar el respectivo financiamiento para tener un buen muestreo.
En cualquier caso, tiene usted toda la razón: todo lo aquí escrito es humano, demasiado humano. No sé si podría ser de otra forma en todo caso...Para gente como Heidegger la metafísica no ha sido superada. Si el viejo nazi tenía razón, henos ahí.
Por supuesto que todo esto se entiende dentro de nuestra cultura (o sociedad) occidental, moderna, etc. Lamento si no fui lo suficientemente claro en ese aspecto, pero no imagino un neoelitismo budista, por dar un ejemplo extremo.
Y por último, usted es un liberal. No es de extrañarse entonces que considere esto aristocratizante (aunque sospecho que en algún rincón algo le debe resonar):
Vi su comic. Muy atingente. Me recordó uno similar donde en un taco lleno de autos que llevan solamente a su conductor, todos piensan "malditos sean, si no hubiera tantos autos, ya estaría en mi casa".
En todo caso, me queda dando vueltas una cosa (siempre desde esta óptica, claro), si el mundo no tiene realmente estas proporciones, ¿por qué tiende tanto a la tontera de masas(tv, política, publicidad, etc.)?
A no ser, claro, que usted no crea en la tontera de masas. Lo que dudo. Recuerde que mal que mal, usted también es parte de una elite...
Muchísimos saludos, mi estimado.

Juan Emar dijo...

Pelotero: le agradezco las citas de tamañas eminencias. Convengo con usted. Es cierto que no hay un basamento científico, pero también es cierto -y en esto también podríamos seguir a Descartes- que la intuición es considerada por muchos como la forma más directa de conocimiento.
En cualquier caso, es un desafío interesante el intentar hacer una medición científica de lo aquí postulado. De sólo imaginármela, me atrevo a aventurar que lo más interesante estará en justificar el financiamiento para ella...
Con su última frase no puedo estar más de acuerdo (de hecho, intenté dejarlo en claroen la columna): los usos políticos son tan variados como pueden ser las intenciones y las morales, pero en ningún caso los considero necesarios o deseables per sé.
Un saludo muy respetuoso para usted.

OmarAED: antes que todo, le agradezco su paciencia y persistencias en estos años. También le agradezco las generosas palabras que ha tenido para lo que se escribe aquí.
Pero sobre todo, le agradezco la descripción casi "fisiológica" que hace de los efectos de esta columna en usted. Son reveladoramente elocuentes.
Las palabras guardan un "peso axiológico" (en sí mismas se enmarcan en bueno/malo o bello/feo) de la cultura donde están inmersas. En ese sentido yo tampoco me siento cómodo cerca del concepto "elitismo", pero me resultó interesante (provocador, si quiere) el efecto que genera: ¿No le parece digno de reflexión que tal concepto nos incomode? ¿Qué nos dice eso de nuestra cultura? ¿Qué nos dice de nosotros mismos?
En mi opinión, nada hay de malo en sentirse superior en algún aspecto. Lo malo es pretender discriminar o excluir de derechos a los demás por lo mismo. Ahí entramos en la mediocridad del fascismo. Pero si podemos aceptar que Messi es mejor futbolista que uno o que Stiglitz es más brillante, ¿por qué uno no puede reconocer que está mejor dotado en algún aspecto que otros?
Podemos decirle "neoelitismo", como podemos decirle de otra forma. Podemos decir superior, o podemos decir "blindado". Al final hablamos de lo mismo. Lo interesante es tratar de ver por qué nos hace sentir de esa forma.
Muchas gracias por compartir sus palabras. Déjeme decirle que no tenía usted ninguna razón para pensar que no era capaz de hilar frases inteligibles ni de estar a la altura de los temas: no se chaquetee.
Yo espero seguir contando con sus aportes en el futuro.
Mis agradecidos saludos

Cristián dijo...

Chuta

Me describe bien, sobre todo la última parte, espero calificar dentro de los neolitistas buena onda por lo menos.

Excelente blog,

Roll THe Bones!!!

socióblogo dijo...

Posiblemente muchas personas comparten el sentimiento de que hay otros que son 'en algún grado' inferiores. Si es cosa de muchos, ¿donde está el elitismo?

Tal vez seria más exacto hablar de neoindiferencia, neoimpasibilidad, quizá incluso neovolterianismo (en el sentido de dedicarse a cultivar el propio jardín y que los bárbaros se sigan atontando como mejor les plazca).

Anónimo dijo...

Buenísima la columna, me quedé un poco como Omar y demónino 5 cuando la leí…la mejor manera de describirlo que se me ocurre es lo que sentí cuando vi El Club de la Pelea y descubrí quién era Tyler Durden…

Me quedé pensando el asunto.

Primero, pensé que uno puede sentirse más “blindada” que otros en algunos aspectos y menos blindada en otros. En el primer caso, mi respuesta automática fue: no creo en ese “no hay vuelta atrás”. En el segundo caso: no hay vuelta que darle. ¿Por qué? Ahí me di cuenta de lo completamente cierto en las palabras de Nietzsche y de cómo opera cuando lo tenemos tan incorporado.

Saludos,
Antonia

Juan Emar dijo...

Cristian: me gustó eso de los neoelitistas "buena onda". Se lo plagiaré...
Yo también espero estar dentro de ese grupo, así como usted lo parece. Pero en fin, supongo que es difícil encontrar el parámetro para establecerlo, así que ¡¡a puro aguante nomás!!
¡¡Y aguante Rush!!!
¡¡Qué gran concierto!!
Ya intentaremos plasmarlo en palabras...
Saludos

Colega: tendríamos que adentrarnos a corroborar o descartar la posibilidad que usted plantea. Aunque insisto que los productos masivos antes citados debieran ser alguna forma de dato. Por otro lado, una forma de "proxy" podría ser tomar los CI (o cualquier puntaje que quiera tomar), trazar la famosa campana de Gauss y marcar el correpondiente área bajo la curva. Sé que tiene una trampa tautológica detrás, pero concédame el valor heurístico al menos...
Sobre las nomenclaturas que usted propone, pues bienvenidas sean.
Aunque me parece que lo que hay ahí son "facciones" neoelitistas. Recuerde que, para bien o para mal, hay otros tantos que no se quedan en la indiferencia y actúan.
Saludos

Antonia: siempre es un placer leer sus comentarios. Mantiene intacta esa capacidad para rescatar elementos que pueden parecer un detalle, pero que recuperan gravitancia bajos sus interpretaciones.
Una duda ¿en qué momento de la película pudo anticipar su final?
Saludos

Ronin dijo...

Juan.
Pues claro, al vincular el tema al ego, nos abrimos a un abanico de ideas que van más allá de lo cuestionado en principio. Es por eso que comencé con una excusa ("no puedo evitar vincular este tema el ego....", sabiendo que tal vez me perdería en dispersiones.. jeje.
Y claro, las preguntas planteadas implican una reflexión personalísima que cada uno debe responderse y que,en este caso, verbalicé y digitalicé; algo así como pensar en voz alta.
El tema, simplificandolo, es -tomando el ejemplo de Messi- que posiblemente no sea ni bueno ni malo percibirnos como superiores a otros en ciertos aspectos o habilidades, es un hecho, simplemente "es".
El punto es si, a partir de eso,hacemos juicios. Ahí entra el mentado sr. ego, y ahí nos perdemos.
UN abrazo.

Anónimo dijo...

Amigo mío:
Me permito hacer un pequeño alcance con respecto a la película: hay una versión de 1981. Recuerdo haberla visto en clase de Historia de Alemania. Recomiendo mucho esa versión, puesto que tiene alemanas ochenteras (que parecen de porno gringa) y harta violencia intraescolar. La dirigió Alexander Grasshoff y es un recuerdo bizarro de mi juventud (por no mencionar "El tambor de Hojalata", la cual fue una pesadilla constante - la película era más brígida que pichanga en La Legua). Como sea, eso nomás. Un abrazo a la distancia.

PanchoV

Juan Emar dijo...

Ronin (pérdoneme la tardanza por favor, estuve muy ocupado): sus explicaciones acerca de pensar en voz alta están de más. Creo que no hay nada mejor que dejar fluir el pensamiento con la menor cantidad de lastres y filtros posibles. En cualquier caso, se agradece la aclaración y espero que también quede claro que estoy de acuerdo con usted.
Un abrazo

¡¡¡¡Buena Compadre!!!: voy a buscar esa película, me das razones más que suficientes. Gracias por el dato.
Abrazo