viernes, diciembre 03, 2010

El gesto de la semana: Que le vaya mal al gobierno/que le vaya mal al país

"Parece que no bastó pasearme con él a todos lados y tenerlo sentado cerquita"

Ayer conversaba con uno de mis nuevos amigos por acá. Él es cubano, aunque a los 11 años se fue a Chile (me parece que su madre es chilena) y está en Washington desde comienzos de año en una situación bastante similar a la mía. Hablábamos de BecasChile y luego de "la nueva forma de gobernar", y en un momento me dijo:
"Igual yo soy de izquierda y todo, pero es complicado desearle que a estos hueones (la derecha) les vaya mal, porque quiere decir que a Chile le va a ir mal. Además, mal que mal, yo pienso que si la mayoría votó por ellos habrá que bancárselos nomás...".
¿Le suena conocido este argumento, estimada lectora, estimado lector?
Lo más probable es que sí, porque es de esas opiniones "políticamente correctas" que están bastante extendidas. Una "receta" la llamaría Shutz. Receta que tiene como función -en este caso- congeniar el deseo de venganza de un derrotado con la culpa que la moral judeo-cristiana le imprime a todo quien le desee mal a otro. El resultado, entonces, es una "muletilla argu-mental" que nos mantiene relativamente tranquilos y sin ponernos muy odiosos.

Pero es una receta. Una opinión "prestada": mucho más una frase que incorporamos y repetimos que una opinión personal y sincera. Es justamente por eso que está extendida, pues las recetas tienen una función que sólo se entiende socialmente. Por lo mismo es una "opinión" más social que personal.
Esto no quiere decir que tenga menos valor por ser más "mecánica" que reflexiva. Tiene valor, sólo que no hay que buscarlo ni en la retórica ni en la forma en que se evalúan los argumentos. Su valor está en cómo contribuye o no a la cohesión social, al adaptarse y al lidiar con situaciones que son desfavorables.

Tampoco quiere decir que uno pueda escapar de ellas incólume. Reconocerlas es un paso y ayuda a formar la propia opinión, pero lo cierto es que necesitamos tanto de tipificaciones (incorporar la realidad a primera vista a punta de estereotipos) como de recetas. Si no nos volveríamos locos. No podemos estar siempre abiertos a todo(s) y reflexionando cada una de nuestras reacciones y respuestas antes de ejecutarlas. Sobre todo cuando nos encontramos con las cosas por primera vez.

Bueno, la cosa es que la trampa que tiene esta receta (además de la representatividad electoral) es que el éxito del gobierno no implica el éxito del país. Principalmente porque el gobierno es solamente la administración política del Estado, lo que es una fracción pequeña (cada vez más) y que pareciera que cada vez se distanciara más de la realidad del país.

Un ejemplo clásico (y además reciente) de este abuso tiene que ver con las tasas de desempleo y crecimiento económico. Todo gobierno intentará hacer pasar como éxitos propios los éxitos económicos y de empleo, y como causales externas cuando esas cifras están malitas. Y tal vez sea esto último lo que realmente esté más cerca de la realidad, dado el escaso peso que tiene la economía chilena en el mundo y el nulo papel que juega el Estado en ella.
Sin embargo se insiste en ello, demostrándonos de forma majadera que la política no tiene nada que ver con la verdad y todo que ver con los triunfos y fracasos.

Y es porque tiene que ver con triunfos y fracasos que usamos esos mismos códigos para referirnos a ella ("que le vaya bien/que le vaya mal") mucho más que desear que se diga o no la verdad, o que se sea transparente con los reales intereses. Por dar un ejemplo.

La cosa es que se le puede desear mal al gobierno sin que esto implique desearle mal al país. Aunque frau Goebbels von Baer diga lo contrario. Y desearle mal al gobierno -le explicaba a mi amigo cubano/chileno- tiene que ver con desear que se desenmascare. En otras palabras, desear que algo de verdad y transparencia permee la política (toda la política).
Que la propaganda quede al descubierto.
Que el abusivo uso de los mineros quede al descubierto.
Que el boicot a Mayne-Nicholls y Bielsa quede al descubierto.
Que las promesas y retóricas de campaña se desenmascaren.

Y que ojalá todo eso se traduzca en alguna forma de fracaso. Probablemente en encuestas primero y en las urnas después. Pero es pedir mucho, lo sé. O ser demasiado optimista.
Sin embargo, la última Adimark (empresa en manos de piñeristas) me alegró. Me dio algo de esperanza dentro del pesimismo al que el neoelitismo te obliga fatalmente.

Por un lado, porque ciertas interpretaciones de los datos pueden ser elocuentes, como que Piñera cae 13 puntos desde la evaluación "post-mineros" y su rechazo aumenta 10 puntos; el gobierno cae 9 puntos y el ministro Golborne mantiene su absurda aprobación del 91% (por favor recordar que es el mismo ministro que se fue para Sudáfrica mientras se discutía el proyecto de royalty que se le cayó dos veces -hasta que apareció lo de los mineros, pudo salir el proyecto-, el mismo ministro que se reía de Lagos Weber en la comisión del Senado, el mismo ministro que los primeros días los familiares de los mineros le sacaban en cara que si él se quebraba qué le quedaba a ellos, el mismo ministro que intentó ocultar la toxicidad de los relaves de las empresas mineras) sin poder traspasársela a nadie.
Otro dato interesante es el 75% de aprobación que tiene Cruz-Coke.

Pero como les decía al comienzo, los datos no son tan elocuentes como sus interpretaciones. Y para mi gusto, la gran conclusión que se desprende es que el apoyo en las encuestas no es apoyo político ni reconocimiento de la gestión (ya lo saben los bacheletistas).
Sé que muchos sentirán ofendido su intelecto con esto, pero evidentemente las encuestas son sólo una medición de los reflejos mediáticos. Y los políticos debieran dejar de intentar sacar conclusiones tan grandilocuentes a partir de ellas. Es en ese sentido que me pone contento la baja, porque se hace evidente lo efímero (y abusivo) de los mineros, porque al parecer algo de esa mayoría que piensa que metió las manos en las elecciones de la ANFP está castigando y porque se demuestra el fracaso del burdo plan comunicacional que han hecho para intentar aumentar los peyorativamente llamados "atributos blandos" de Piñera.

Pero hay otras joyitas en las lecturas de segundo orden de estos resultados. De acuerdo a El Mostrador, uno de los analistas de La Moneda considera "buena" la aprobación del 50% de Piñera porque “está por sobre el porcentaje con que salió electo”. Para mi gusto una joyita en la honestidad política y un cortapisas a la segunda parte de la receta citada.
Hay que empezar a asumir que llevamos un buen rato eligiendo autoridades sin que voten todos los que podrían hacerlo (pensando sólo en la edad).

Otra lectura que se agradece es que su caída se explicaría porque Piñera es una persona en la que no se puede confiar y no se le siente cercana. Que hay que leer entre líneas lo que dice.
Ojalá esto les haga concluir que tanta sonrisa, galería con gente atrás cuando habla y esta actitud de estar permanentemente en campaña, no sirve de nada y que es mejor dejar el circo.
Ojalá. Pero me puedo estar pasando de optimista por una simple encuesta...

Por el momento, vale la pena contentarse con desear que al menos se caigan las máscaras y los maquillajes...
...Y que eso sirva de algo. Y si eso significa desearle mal al gobierno, pues qué más da.

No tiene nada que ver con desearle mal al país, sino que justamente todo lo contrario.

Por Favor, reAcciones

P.S.: Me tomé vacaciones bloguísticas por un mes sin avisarles. Ruego que me excusen. Estuve monopólicamente absorbido preparando mi postulación a una universidad por acá. Resulta que me di cuenta muy encima que esto cerraba pronto, así que he estado apurado con todo. Espero -porque ya no quiero prometer más- poder retomar el ritmo prometido.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con tu columna. De hecho, el slogan "que le vaya bien al país" es una falacia, porque supondría que, sólo por el hecho de haber nacido en un mismo lugar, tengo que remar hacia el mismo lado de quien me explota, de quien me amarra con créditos usureros, de quién juega a la ruleta con mis fondos previsionales, de quien destruye las conquistas sociales. Efectivamente no es bueno andar de amargo por la vida, pero es perjudicial repetir los clichés sin pensar en lo que representan (y básicamente en lo que ocultan), porque a final de cuentas, esas frases aparentemente inofensivas, permiten perpetuar y naturalizar ciertas estructuras de poder injustas.

Anónimo dijo...

Creo que hace rato no le está yendo bien al país. La absurda cifra de aprobación del 75% a Cruz-Coke y la ABERRANTE aprobación del 91% a Golborne demuestra que al país hace rato no le va bien. Sobre todo en la cordura. Estamos todos locos. Ya sea por bancarse a estos monos insalubres o por haber votado por ello. Hay locura en el aire. La sensación es difícil de explicar, pero creo que Chile se está poniendo superfluo, vacío, no se discuten más temas que los que pone el noticiero en la TV y a las masas se les da de comer una argamasa de información procesada que no vale la pena retener en la memoria. Creo que hace rato no nos va bien. Por lo menos, desde el 11 de marzo que no nos va nada de bien.
PanchoV

Maga dijo...

Sí, que les vaya mal, por favor.

http://www.cooperativa.cl/pinera-autorizo-venta-de-acciones-del-fisco-en-cuatro-sanitarias-para-la-reconstruccion/prontus_nots/2010-12-22/091752.html

Hasta ahora les ha ido la raja y al país, bueh, qué mejor ejemplo que lo anterior.

Buena columna, estimado; saludos desde el patio trasero.

Anónimo dijo...

Finalmente el ideologismo se busca cubrir de razones para que no parezca lo que es: ideologismo.

¿Es aberrante el apoyo a Golborne, o a Cruz Coke, pero no era aberrante el apoyo a la señora Bachelet?
Ahí se nota el ideologismo: como era de izquierda, era estupendo, justo, mas que merecido. Como los otros dos son de derecha, es aberrante.

Además, el discurso de que los ladrones, usureros, etc, son todos de derecha; mientras que los estadistas, pro-pueblo, etc son todos de izquierda, muestra que realmente esto es opinología barata.

Siguiendo el argumento, ¿consideran conveniente para el país el que la facción disidente busque que le vaya mal al gobierno de turno?...
Ese es un VICIO de la democracia: llego al poder porque el otro es mas malo que yo. Pero no un elemento positivo; solo denota la mediocridad del que argumenta.

Hector A.

Anónimo dijo...

Estimado Héctor:
Cuando hablo de usureros, explotadores o dueños de afps, no estoy planteando que sean de derecha o de izquierda: estoy dando un ejemplo de porqué un país (cualquiera, no sólo Chile) en el fondo es una construcción inventada. En el fondo es un conjunto de personas que por razones administrativas tienen una nacionalidad común, pero eso no justifica automaticamente un objetivo común. En un país viven explotadores y explotados, y eso es una fricción constante. Por eso que le vaya mal a un gobierno no significa que a la gente le va a ir mal también.
Y una aclaración: cualquier sistema de creencias es una ideología. No es algo negativo. Todos tenemos una, incluso tú. Saludos cordiales.

Guillermo.-

Juan Emar dijo...

Anónimo (asumo que Guillermo): le agradezco por complementar con el elemento ideológico el contenido de la columna. Además, con respecto a su respuesta a Héctor, creo que no lo podría haber dicho mejor.
Saludos

PanchoV: compadre, comparto esa desolación que usted describe. Pero me pregunto cuándo empezó esto. Si sólo el 11 de marzo o si se venía cocinando de antes. Mal que mal, pareciera que en lo esencial no estuvimos frente a un cambio radical de golpe... ¿No lo sientes así también?
Abrazo

Maga: se han enriquecido muchísimo los mismos pocos de siempre en cifras record estos meses. Es una locura, pero efectivamente ha sido un negocio redondo. Y volvieron a venderse el Estado a ellos mismos...
Saludos mi estimada.

Héctor: si bien estoy de acuerdo con su primera frase, creo que esperar ausencia de ideologías en opiniones sobre la política es muy ingenuo.
Por otro lado, nadie aquí ha hablado en términos positivos de la Bachelet y de su apoyo, como para que usted ande armando trincheras binominales. Es más, como bien puede leer en la columna, la mención al apoyo de Bachelet es justamente para criticar que de él se desprenda apoyo político. Criticar que ella también es un ejemplo de lo mismo: el "apoyo" en las encuestas no tiene un fundamento estable ni real.
Tampoco veo que se haga ninguna defensa ni en la columna, ni en los comentarios, de los estadistas de izquierda. Que hace muchas décadas que este país no tiene, en todo caso.
A mi modo de ver, pelea usted con molinos de viento.

Sin embargo con su penúltima frase vuelvo a estar de acuerdo. Esta democracia está viciada y llevamos muchos años votando por males menores. La mediocridad no está en quien argumenta, sino en el estado de nuestra política, su propaganda y la discusión ciudadana.
Saludos

P.S.: Aquí no hay "opinología barata" ¡es gratis!. Y no se lo digo en broma. La opinología del análisis superficial del apoyo en las encuestas cobra bastante caro y sólo son lugares comunes y falsa propaganda que pretende desprender más de lo debido a partir preguntas superficiales.

Anónimo dijo...

Juan, no es ingenuo; estoy de acuerdo en que sobre la política siempre hay ideología. Lo que no me parece es que se trata siempre de disfrazar con una supuesta objetividad.
Lo otro, mi comentario no fue sobre tu posteo, sino que sobre los primeros comentarios. Me cuadra mucho tu opinión, aunque difiero en ciertos alcances. Pero, como lo expresas, es opinología gratis, lo cual es muy justo.

Lo que comenta Guillermo (antes llamado PanchoV?) es la parte que NO concuerdo, y que también tu avalas: el haber nacido en el mismo país, SI debe suponer que debemos remar para el mismo lado. Porque, bien o mal, el mundo está administrado de esa forma: en paises. Y, bien o mal, nuevamente, si al país le va mal, a todos nos va mal (a algunos peor que a otros, claramente).

Ahora , si diferenciamos EN QUE cosa no nos importa (o nos gustaría..) que al GOBIERNO le vaya mal, para que mi grupo ideológico se tome el poder, es lo que (como vicio que es...) es entendible.
Pero espero que en esas cosas, el PAIS no salga tocado (o al menos en un mínimo), ya que políticos pasan, pero los que tienen que arreglárselas con las embarradas de ellos son los mortales del PAIS.

Saludos
Hector A.

Juan Emar dijo...

Estimado Hector A.: antes que todo, le agradezco por su intención de perpetuar el debate en estos términos. Hace que este tipo de medios sean más entretenidos y que vayamos despejando malos entendidos para ver dónde encontramos puntos comunes y puntos donde las creencias difieren.

Con respecto a la relación objetividad-ideología estoy absolutamente de acuerdo y confío en que usted no haya percibido eso en la columna. Siempre me ha parecido peligroso cuando se opta por desconocer que se posee una ideología y en vez de eso se cree que se tiene la razón o un saber técnico. Esto ha llevado a extremos destructivos, pero también a una solapada forma ideológica que ha proliferado últimamente donde se pretende que la "eficiencia" o "lo técnico" sean conceptos que están por sobre las ideologías. Como si no se tuviera una. Como si fuera poco, se rotula de ideológico pretendiendo que eso sea prácticamente un insulto. Y la patudez más grande viene cuando entes ideológicos por excelencia (como la iglesia o dirigentes políticos)atribuyen dicho concepto a sus adversarios para denostarlos...
En lo personal, creo que en estas materias la objetividad tiene poco que ver. Estamos hablando de los despliegues de sujetos sobre los mismos sujetos. Subjetividad casi pura.

Lo otro, como su comentario no iba dirigido explícitamente a alguno de los comentaristas caí en un vicio común en quienes administramos este tipo de plataformas: asumir que también se le está hablando a uno. Por otro lado -ya se habrá dado cuenta-, me encanta discutir y es una de las razones que me mueven a intentar mantener vivo este espacio. Mea culpa. Punto aclarado.

Le aclaro -porque conozco a PanchoV personalmente- que él y Guillermo no son la misma persona. Sin embargo creo que por el tenor de la contrarrespuesta, me parece que Guillermo es el primer comentarista de esta columna, comentario que no firmó en ese momento. Pero eso tendría que aclararlo él.
Ahora sobre el contenido de eso y el "remar para el mismo lado" tiene matices que ameritan distinciones. Tal vez lo primero sería criticar el mismo concepto que usted da como constante "para bien o para mal": el de país. Personalmente, creo que el desarrollo de Internet y sus formas de comunicación, así como la transnacionalización (algunos gustan de llamarla "globalización"), los fenómenos de inmigración y baja en la natalidad de países desarrollados llevan -a mi modo de ver- a cuestionarse la viabilidad y conveniencia del concepto de Nación. O de País, si se quiere. Para qué hablar de la identidad nacional y esas cosas. Basta recorrer una fonda para darse cuenta que se puede comer una empanada mientras baila cumbias colombianas o música peruana arreglada por Américo.
Pero obviando este punto, que puede llevarnos a otra discusión, me parece que el remar para el mismo lado es algo complejo de medir y de realizar. Con todo, creo que el punto de la columna y del comentario (y esto sí lo avalo) es que el hecho de que le vaya bien a una coalición de gobierno (administración política) no es lo mismo que le vaya bien al país. Si la coalición se sirve a sí misma y a una minoría del país, a los que les va a ir bien es a los mismos de siempre, mientras que para la mayoría poco o nada mejorará. Sea la derecha o la Concertación.

De hecho, creo que aquí convergimos, tal como su último párrafo lo refrenda: los políticos pasan y sus efectos quedan y los pagan las mayorías. Que les vaya bien a ellos no tiene nada que ver con que nos vaya bien al resto.

Saludos

Anónimo dijo...

Aclaración:
El primer comentario (Anónimo) es mío, al igual que la primera respuesta a Héctor.
Saludos y felicitaciones por el blog, lo trato de seguir porque comparto bastante tus opiniones.
Un comentario: el supuesto "objetivismo" de lo técnico, nunca explica que pueden existir más de una solución "técnica" a un mismo problema. Efectivamente, esa denostación de lo "político / ideológico" y la sacralización de lo supuestamente "técnico / objetivo" son meros recursos retóricos. En el ámbito público, lo "técnico" es bien valorado porque se supone que es un lenguaje que sólo manejan pocos expertos (algo así como la magia de los hechiceros antiguos?) y el ciudadano de a pie no conoce mucho de sus contenidos. Y se asocia lo ideológico al nivel de las bajas pasiones o del aprovechamiento.
Bueno, el tema es extenso y muy intersante. Pero lo importate es darse cuenta de esas "movidas" retóricas y no comulgar con ruedas de carreta.

Guillermo.-

Anónimo dijo...

Otra cosa (espero no volverme latero): Yo creo que todos queremos remar para el mismo lado (siguiendo la metáfora náutica), pero en general las élites (de distinto tipo) no lo hacen. O bien, reman en beneficio de sus propios grupos menores en perjuicio de mucha otra gente. A eso me refería con que dentro de un país encontramos grupos antagónicos. Y que en ese caso, no tengo porque asumir el objetivo del grupo que me hace daño como el propio. De hecho, preferiría "remar" junto con el resto de los asalariados de otros países que quieren que las condiciones de justicia cambien.

Guillemo.-

Juan Emar dijo...

Guillermo: gracias por las aclaraciones. Sobre el carácter retórico de lo "técnico" y "objetivo" frente a lo "ideológico", no podemos estar más de acuerdo. Basta ver el uso que se le da por parte de políticos y autoridades eclesiásticas...
Sobre su segundo comentario, a mí también me hace mucho más sentido lo que usted plantes. Para mi gusto uno de los principales errores en la interpretación del marxismo está en olvidar la última frase del manifiesto: "Proletarios DEL MUNDO uníos".
Saludos