El bicentenario, maldita sea, es una imprescindible excusa para todo tipo de discursos emotivos aglutinadores. La bandera sería esta gran frazada que nos cubre a todos, porque somos un país unido. Tanto es así, que se llega al absurdo histórico de juntar los monumentos de O'Higgins y Carrera (con sus respectivos caballos). Si tal cosa existe, se deben estar revolcando en su tumba. Es cierto, no es tan relevante, pero la violencia del gesto delata el ansia por la unidad. Unidad pegada con tricolores. Para qué hablar de la incomodidad que han generado los mapuches con su huelga de hambre en medio de este ambiente de unidad nacionalista.
Como este blog tiene vocación de aguafiestas, y ya hemos publicado acerca de lo impropio (pero también simbólico) de considerar el 18 como la independencia, aprovecharemos de chaquetear al gobierno de los mejores.
Y con algo muy simple y que ha estado al alcance (y con la complicidad) de toda la prensa: los feriados irrenunciables a los que varios hemos podido disfrutar (excluyendo los del rubro de restoranes y entretenimiento, además de las labores que requieren turnos de emergencia o que funcionan las 24 horas, como las bombas de bencina).
Se supone, nos prometieron y siguen dándole a eso, que este es un gobierno que se preocupará de la sufrida clase media.
También prometieron que se enfocarían en los emprendedores y que potenciarían las pymes.
Se supone también, que este gobierno -y sobre todo este primer año de gobierno- iba a ser un gobierno austero.
Sin embargo, este gobierno se opuso claramente a los feriados irrenunciables para el comercio (y los grandes supermercados). "No podremos celebrar como corresponde", argumentaba de manera egoísta la ministra del trabajo, tal vez una de las personas más estúpidas de este gobierno.
Y aquí es donde mostraron la hilacha.
Todo ese discurso del "fortalecimiento de la familia" y de celebrar como corresponde, no alcanza a los trabajadores de supermercados y del comercio (y sus familias), fracción que alcanza al 20% de la fuerza laboral del país -según Casen 2006-. Pero aprovecharon de reventarlos igual los días antes.
Todo el discurso de fortalecer las pymes y los "emprendedores", no alcanza para los grandes beneficiados de esta ley: los dueños de los negocios de barrio que atienden su propio local.
Todo el discurso de la austeridad se deshace en la propaganda, cuando el gobierno cae en el juego alarmista de las grandes cadenas. Cadenas que son avisadores del duopolio, o dueños de los medios (como Saieh con Copesa y SMU). Las mismas cadenas que hicieron el negocio estratégico con el gobierno para abastecer a las zonas afectadas por el terremoto.
Y ya que estamos hablando del terremoto...
¿Alguna reminiscencia con esas idas masivas a comprar a supermercados por temor al ficticio desabastecimiento?
Mejor no hablar de ciertas cosas. Ahora hay que celebrar, no pensar en esas zonas destruidas que ya no tenemos que ver en la tele. Para eso están los mineros.
Por Favor, reAcciones
(Y felices fiestas)
P.D. al 22/09/2010: Finalmente no hubo tal desabastecimiento y sí hubo quienes violaron la ley explotando a sus trabajadores en feriados irrenunciables. Qué raro ¿no?
Y aquí es donde mostraron la hilacha.
Todo ese discurso del "fortalecimiento de la familia" y de celebrar como corresponde, no alcanza a los trabajadores de supermercados y del comercio (y sus familias), fracción que alcanza al 20% de la fuerza laboral del país -según Casen 2006-. Pero aprovecharon de reventarlos igual los días antes.
Todo el discurso de fortalecer las pymes y los "emprendedores", no alcanza para los grandes beneficiados de esta ley: los dueños de los negocios de barrio que atienden su propio local.
Todo el discurso de la austeridad se deshace en la propaganda, cuando el gobierno cae en el juego alarmista de las grandes cadenas. Cadenas que son avisadores del duopolio, o dueños de los medios (como Saieh con Copesa y SMU). Las mismas cadenas que hicieron el negocio estratégico con el gobierno para abastecer a las zonas afectadas por el terremoto.
Y ya que estamos hablando del terremoto...
¿Alguna reminiscencia con esas idas masivas a comprar a supermercados por temor al ficticio desabastecimiento?
Mejor no hablar de ciertas cosas. Ahora hay que celebrar, no pensar en esas zonas destruidas que ya no tenemos que ver en la tele. Para eso están los mineros.
Por Favor, reAcciones
(Y felices fiestas)
P.D. al 22/09/2010: Finalmente no hubo tal desabastecimiento y sí hubo quienes violaron la ley explotando a sus trabajadores en feriados irrenunciables. Qué raro ¿no?