lunes, mayo 02, 2011

Lo que quieran

Celebrando la venganza...

"Me parece que debo comprarlo, es un día histórico" decía al cajero el tipo que me antecedía en la cola del supermercado, sosteniendo el diario de una manera que mezclaba la incredulidad con la carencia de total convicción en su decisión. No recuerdo que diario era, pero da lo mismo. Los titulares de hoy eran todos iguales: "Bin Laden Dead".

A las 12:30 de la noche nos enterábamos de la noticia y veíamos al primer presidente mulato de la historia de Estados Unidos asegurar que el hombre más buscado del mundo (lograr ostentar ese título por diez años no es nada menor, sobre todo si te persigue un monstruo del espionaje y la "inteligencia" como lo es el país más poderoso del mundo...) estaba muerto.
Tomando las precauciones del caso, dejaba en claro que esto no era una guerra contra el Islam, sino contra el terrorismo (misma retórica que Bush) y que Bin Laden también había asesinado miles de musulmanes, incluidos mujeres y niños (para que no quede duda de que era malo-malo).
Con todo, sabemos que más importante que este mensaje le llegue a los extremistas islámicos es que le llegue al pueblo estadounidense: hay motivos para temer un ataque más que nunca. Los terroristas no escuchan razones y probablemente quieran vengar esta muerte.

Sin embargo, para mi gusto el momento más interesante-preocupante de su discurso es cuando dice que "No hay nada que América no pueda hacer". Algún optimista podría interpretarlo como un mensaje de esperanza frente a un gobierno prácticamente en bancarrota y una crisis económica que está lejos de difuminarse.
Pero el mensaje tiene una lectura más siniestra que -a diferencia de fantasear con el futuro económico- se apoya en los hechos: es un mensaje imperialista. EEUU inició guerras ilegales contra Afganistán e Irak, y desplegó un operativo en Pakistán sin decirle nada al gobierno de turno, como si estuvieran en su patio.

Pueden hacer lo que quieran. Entregar conexiones inexistentes (e imposibles) entre Al Qaeda y Sadam Hussein, inventar que este último tiene armas de destrucción masiva, para finalmente invadir el país, asegurar los pozos de petróleo (mientras los museos con reliquias de la cultura más antigua -Mesopotamia- eran saqueados) y lograr la ejecución de Sadam Hussein en un gesto más propio de un complejo de Edipo (Bush jr) superando al padre, que de justicia.

Pueden hacer lo que quieran. Entregar una dudosísima verdad oficial sobre los atentados del 11 de septiembre del 2001, hacer que el 70% de la población se la crea y justificar 10 años (y contando...) de una costosísima guerra en términos de recursos y de bajas.

Pueden hacer lo que quieran. Armar en otros países a líderes guerrilleros (o terroristas) con quienes tienen enemigos comunes, entrenarlos, financiarlos y después transformarlos en enemigos propios (olvidando todo lo anterior, por supuesto) y combatirlos.

Pueden hacer lo que quieran. Tener detenidos de forma indefinida (en bases en el extranjero), sin someterlos a juicios. Torturarlos, violando abiertamente los derechos humanos, para obtener la información que buscan.

Y esta noticia les viene como un broche oscuro que clausura una historia que ha tenido baches y zonas sin aclarar desde un comienzo. Si Obama lo dice, hay que creerle. En una época en que todos los ataques militares son filmados, sólo contamos con la palabra de uno de los propagandistas más exitosos de nuestros tiempos y una "supuesta imagen" del ejecutado difundida en Twitter.
Para más remate, el cadáver fue lanzado al mar. No tendremos una exhibición al mundo como hicieron los bolivianos con el Che Guevara, mucho menos un juicio donde poder oír la versión de Bin Laden, como pasó con Saddam.

Y esto último es lo que más se lamenta. Frente a la creciente evidencia -que pocos quieren mirar- de que no existe conexión entre Bin Laden y los atentados, ya no habrá forma de saber su defensa, su verdad. La verdad histórica (esa de los triunfadores y que se impone por el peso del poder y no por la veracidad de los hechos) quedó sancionada.

En un operativo poco claro, sin imágenes y donde el presidente de la "esperanza" evoca las mismas retóricas imperialistas de antes, las torturas aparecen como justificadas, ya que es información obtenida de esa forma la que llevó a su captura.

Algunos fueron a ondear banderas de Estados Unidos y de sus fuerzas armadas fuera de la Casa Blanca consumando con júbilo el darle la espalda a todo lo que empaña este hecho.

Obama se anota un triunfo en una popularidad que iba a la baja, justo en un sector que le será sensible para su reelección.
La CIA borra 10 años de ineficiencia y acciones reñidas con el derecho y convenciones internacionales, adjudicándose el hacer posible el operativo.
El dólar sube.
Las guerras adquieren un nuevo voto de confianza: ante las posibles venganzas se legitiman como necesarias.

Y el Estado aprovecha de recordarle a sus ciudadanos que ahora están en más alerta que nunca por miedo a represalias. Se estrecha la vigilancia, la paranoia y el control.

Pueden hacer lo que quieran.

¿Y usted pensaba que Obama significaba cambio?

Por Favor, reAcciones

5 comentarios:

MEFISTO dijo...

La verdad estimado esperaba su informe desde ese lado del mundo, aunque me hubiera gustado que hubiera sido mas descriptivo en lo al ciudadano norteamericano estadounidense se refiere, sobre lo de Obama es extraño que siendo un premio Nobel de la paz venga a vender la pescá como se dice por acá, cuando supuestamente iba a cerrar Guantánamo y sacar las tropas completamente el año que viene, al menos supe algo, existe el famoso comando SEAL, que no es el cantante casado con la super modelo pero da para una serie de 24 con Jack Bauer incluido,lo que más esperaba una era una exhibición a lo mas Che Guevara, sobre el arrojo del cuerpo al mar me recordó los poeres tiempos de la represión en latinoamérica.
es raro, Osama vivo les daba cuco a los gringos,muerto genera mas susceptibilidades y miedos, pero no es Osama es lo construyó la CIA hace mas de 64 años

fabio dijo...

CON QUE CARA TE PONIS JUAN EMAR

Juan Emar dijo...

Estimada: siempre es una lástima estar bajo sus expectativas. No obstante me permito una excusa: como se imaginará no iba a ir a altas horas de la noche rumbo a la casa blanca. Ya estaba acostado en mi cama. Al otro día salí a la calle y todo parecía normal, excepto las portadas de los diarios y una que otra conversación informal.
Sí le puedo decir que pese a que la vida se ve normal, hay claramente más policías en las calles.

Sobre el nobel de la paz de Obama...creo que habla por sí solo.

Saludos

fabio: si de verdad le interesa los motivos por los cuales uso el seudónimo de mi escritor favorito, lo invito a que pulse arriba a la izquierda del blog don dice "¿Quién fue realmente Juan Emar?".
Si en cambio está molesto conmigo por alguna razón y se siente alguna especie de garante del nombre y legado de Juan Emar, pues ya ha hecho su punto.

Cristián dijo...

Sí, creí que Barak iba a hacer algo diferente, una especie de John Kennedy corregido y mejorado, pero al parecer me equivoqué supinamente. Ahora, también creo que la inercia imperial de EE.UU es tal, que nadie puede pretender cambiarla. Los poderes fácticos que allá existen (complejo militar industrial) tienen tal fuerza que un presidente medianamente decente al poco rato se ve obligado a cambiar su agenda por la que de verdad manda: la mantención del poderío imperial. Y si ello significa inventar guerras, invadir países, presionar comercialmente a sus socios, etc., se hace. Tal vez Barak creyó ingenuamente que podía hacer algo diferente, tal vez cuando escriba sus memorias veremos alguna luz de todo lo que ha ocurrido.

Juan Emar dijo...

Cristián: la retórica de Obama y el simbolismo de ser el primer presidente mulato de EEUU fueron suficientes para que la mayoría de las personas (incluido Hugo Chávez) pensaran que algo distinto iba a suceder en este país.
Pero lo cierto es que más allá de las palabras bonitas y los simbolismos, es un abogado de Harvard de clase acomodada, vale decir, parte del mismo "establishment" que ha estado siempre en el poder.
En ese sentido, no puedo estar más de acuerdo con usted que la inercia imperial y poderes fácticos hacen que quien esté de presidente sea relativamente accesorio (incluso subnormales descaradamente títeres como Bush jr. o Reagan pueden llegar a serlo).
En todo caso, me quedan dudas de qué tan ingenuas eran las convicciones de Obama, mal que mal, no era un aparecido que no supiera como funciona la política estadounidense.
Saludos