martes, octubre 09, 2012

El gesto de la semana: La que da miedo

 Con chaqueta roja y casco de empresa estatatal

Trato de explicarme el por qué me produjo desilusión cuando me enteré que el ex-diputado/subsecretario/ministro Álvarez asumía la presidencia de Copsa. En rigor, no tiene nada de raro. Y ya estamos grandecitos para andarnos ilusionando con los políticos.

Y sin embargo, me produjo desilusión igual. Debe ser que todavía lo veo como aquél intachable presidente de la Cámara de Diputados que provocaba un respeto transversal, que daba la impresión de estar jugando limpio siempre y de mantener una especie de "inocencia".

Esa era la imagen que yo tenía en ese entonces al menos. La que amigos que lo habían tenido como profesor refrendaban. Y de hecho, hace un par de años, cuando me enteré que había perdido su escaño en la circunscripción en la que votaba (voto en el extranjero ¡ya!) a manos de Marcela Sabat, le escribí manifestándole que aunque nunca iba a votar por la Alianza (y que votaba por la izquierda y sólo un par de veces lo había hecho por la Concertación), me parecía lamentable que él se hubiera "perdido". El contestó agradecido mi mail diciéndome - entre otras cosas - que de las muchas manifestaciones de apoyo que había recibido, las que más iba a atesorar eran aquellas que precisamente venían de la vereda opuesta del espectro político. 
[Valga la divagación: al final Sabat jr. no ha resultado tan desastrosa como me lo imaginaba.]

Varias veces hemos conversado en este sitio de lo que los gringos llaman "puerta giratoria": el enroque constante entre trabajar para el Estado y para el mundo privado. Lamentablemente, Lavín (que se educó en Estados Unidos, por lo demás) popularizó la versión transmutada de la expresión, reduciéndola a la supuesta facilidad con la que delincuentes entran y salen de la cárcel.

Pero la verdad es que esta otra puerta giratoria, si bien puede ser menos sensacionalista, es mucho más peligrosa. Básicamente porque lo que tiende a pasar es que es el sector privado el que se beneficia en detrimento del Estado, y por una razón muy simple: los privados siempre van a querer maximizar ganancias, mientras que el Estado puede (y debe, si no ¿quién?) tomar decisiones no rentables.

El sector privado entonces pone sus "embajadores" dentro del Estado, logrando que sus intereses se protejan en detrimento de la igualdad de derechos, por ejemplo. Opera también aprovechando las redes de quienes por ahí han pasado para tener un mayor poder de negociación y accesos privilegiados a información y otros insumos que puedan beneficiar sus inversiones. Con esto, la famosa "institucionalidad" se debilita y expone a la corrupción.

Y el desplazamiento de Álvarez fue inesperadamente en esa dirección. Álvarez (otro "Guzmán boy") había sido sólo derecho hasta entonces. Sus postgrados habían sido en derecho y su desempeño profesional y académico era exclusivamente en la abogacía. Sin embargo, tras perder su reelección a la cámara (donde era miembro de la comisión de Hacienda), Piñera le dio la subsecretaría de Hacienda como premio de consuelo (en esta absurda tendencia del gobierno de poner a los políticos en las subsecretarías y a los "técnicos" en los ministerios). Luego lo vimos saltar al ministerio de Energía donde el gobierno lo desautorizó en su rol de hacerse cargo del movimiento en Aysén, lo que lo llevó a renunciar.

Después de eso, vino el ser miembro del directorio del Canal 13 (en esa política rarísima de Luksic de imitar el binominalismo del directorio de TVN) y ahora, nada más ni nada menos que la presidencia de la entidad que agrupa a los Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (Copsa), reemplazando a otro habitual de la puerta giratoria: Clemente Pérez. En su nuevo cargo, Álvarez tendrá que lidiar con el estado Chileno en nada más ni nada menos que intentar enriquecer más a quienes reciben las concesiones. Es decir, la expresión misma del Estado dándole negocios a privados.

Insisto con lo del comienzo, probablemente pequé de ingenuo. Aunque tampoco puedo descartar el que, siendo parte de este gobierno (el gobierno de los conflictos de intereses), Álvarez se haya "desviado" de lo que parecía ser una carrera de servicio público. Del de verdad.

Y supongo que si intento contestar de verdad la pregunta inicial, el desilusionarme por algo tan "normal", es producto de lo que queda de querer creer que dentro de la política haya quienes decidan servir intereses de la sociedad en general y no sólo los de unos pocos (y los propios, de pasada).

Al final, tal como asertivamente dice un comentarista abajo de la noticia, "esta es la puerta giratoria que da miedo..."

Por Favor, reAcciones    

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por lo breve. ¿En qué le gustaría a usted que trabajara el señor Álvarez en los próximos 5 años?

Juan Emar dijo...

Estimado/a anónimo: Gracias por el reconocimiento, en honor a la verdad, me costó contener el impulso latero.

Sobre su pregunta, la verdad es que no tengo una respuesta del todo satisfactoria. Y es una pregunta que me había hecho de manera indirecta. Esto es, si publico una columna como esta ¿estoy implicando un "deber ser" del futuro laboral de Álvarez? En otras palabras, la crítica que toda crítica enfrenta se puede reducir al "¿Y qué propones tú?".

En cualquier caso, creo que sí se puede desprender de mi columna que me gustaría haber seguido viendo a Álvarez en el "servicio público". Preferentemente en cargos de elección popular (aunque exceptuando "el cargo", debo decir). Habiendo dicho eso, no soy nadie para juzgar sus decisiones. Tal vez por eso, parto de la base de que el ingenuo por desilusionarse siempre fui yo.

Y al final, mi estimado/a anónimo, era más que nada dar cuenta de esa desilusión (e intentar explicarme por qué se me produjo), que una crítica a la persona de Álvarez.

Saludos

Anónimo dijo...

Intuyo que has encontrado otros medios para expresar tus inquietudes más profundas....

Juan Emar dijo...

Estimado anónimo/a II: Para serle honesto, creo que mis inquietudes más profundas nunca las he volcado en estas páginas. Probablemente porque no he logrado articularlas en este formato...o simplemente porque a veces son muy personales.

En todo caso, haciendo dobles (o triples) lecturas de su comentario, le puedo decir que las exigencias académicas del Master que acabo de terminar monopolizaron mis inquietudes y mi tiempo dedicado a escribir. No obstante, este espacio sigue sirviendo a una necesidad "terapéutica" para mi, y tomando en cuenta que tendré (en el papel) más tiempo que antes, lo más probable es que vuelva a retomar con mayor periodicidad la publicación de columnas aquí.

Ahora, haciendo la tercera lectura de su comentario, no me queda más que pedirle disculpas por desilusionarle en la superficialidad de esta columna. Pero era simplemente lo que me dio ganas de escribir en ese momento.

Mis saludos

Maga dijo...

Todos quedan inconformes cuando la expectativa es alta y el tiempo de espera tan largo.

Ahora ¿habrá, Alvarez, hecho que retomes el blog de una vez y vomites como blogspot (rip) manda? ¿Será otra cosa que agradecer a su intachable carrera?

Juan Emar dijo...

Estimadísima Maga: por supuesto que es como ud. dice, aunque yo agregaría un elemento importante: que dicha expectativa no es satisfecha...

Ahora, contestando su pregunta, lo más probable es que sí. Pero sólo el tiempo confirmará...

Mis saludos