Uno de los grandes recuerdos que tengo de Hollywood es "Los sospechosos de siempre". Durante un buen tiempo fue mi película favorita.
El hilo fundamental, la pregunta por quién es Keyser Soze, balanceaba la película hasta su magistral final. Un desenlace que encarna el concepto de "final inesperado" de manera paradigmática.
Keyser Soze era el "ultra" villano, el más buscado, el que era capaz de matar a su familia para hacerse temer, el que no tenía rostro. Un fantasma endemoniado en vida.
No quiero presionar y abusar más sobre los pobres secundarios -que a estas alturas están más manoseados que los fierros de las micros cuyo pasaje no quieren pagar-, pero siendo esta semana una semana de "inflexión" en el conflicto, vale la pena rescatar unas últimas reflexiones (trataré de que sea la última vez de que aburra con el tema).
A lo largo de este "conflicto" me he visto rabiando contra distintos entes, creo que es bueno hacerse la pregunta ¿Quién es Keyser Soze en este coflicto?
El primero y más fácil es el tata-comodín. Entender la LOCE como una herencia de la dictadura, como el golazo de ultimo minuto, como la causante de la "mercantilización de la educación", y por ende responsable de la situación actual. Situación que la constitución garantiza con un recurso de amparo para quien sienta vulnerada la "libertad de enseñanza" (libertad que permite que cualquiera con enseñanza media abra un colegio, y que cualquier pelagato con dos pizarrones abra una universidad con nombre y apellido), sin embargo no existe ningún recurso al cuál recurrir para alegar si uno siente que su derecho a la educación está siendo vulnerado, o si la calidad de la misma es deficiente. La prioridades son claras, y no debe extrañar a nadie que el gobierno de los chicago boys (1980 - ?) haya tomado este tipo de iniciativas. Por supuesto en nombre de la "Libertad" y el "Desarrollo", como reza el nombre de su "Think Tank" (odio ese anglicismo).
El segundo Keyser Soze que se me atravesó por la mente es la política, o lo político para quienes gusten de la distinción de Garretón. En esta liga caben los ya comentados anteriormente oposición y concertación, y otros de menor cuoteo de poder. Es grosero ver políticos diciendo cómo una de las mayores virtudes del movimiento es que no se ha politizado. Parece broma. A los políticos y políticas les hace falta salir a la calle más allá de sus campañas para hablar con "la gente" y darse cuenta de que no es tan idiota como piensan. Un político que abra la boca en cualquier medio de difusión automáticamente está haciendo política, por lo que referirse al movimiento estudiantil es politizarlo y finalmente instrumentalizarlo. Y ¿qué?, si eso es lo que hacen los políticos y las políticas. No debe extrañarles. Tarde o temprano esto se iba a politizar e instrumentalizar. La concertación saca dividendos diciendo que estos son "hijos de la democracia" que ellos conquistaron, que son productos de los cambios que se han hecho en educación, y la derecha dice que este movimiento da cuenta de una crisis que el gobierno no ha sabido manejar, una educación que no han sabido mejorar ni administrar, ni menos cambiar (Creo que vale la pena detenerse aqui para decir que la gran parte de la Alianza por Chile votó en contra o se abstuvo el año pasado de un proyecto de ley que garantizaba recursos de protección para la calidad y el derecho a la educación, por supuesto ahora se hacen los locos), además aprovechan de hacer una apología a los pacos e intentar conquistar a la clase media posicionando el discurso del miedo -(in)seguridad ciudadana- apropósito de las manifestaciones de los más exaltados y furiosos.
La han sacado barata, porque si esto fuera pragmático e ingenieril (menos mal que no lo es), las protestas no serían en el ministerio de educación, sino en la casa de cada uno de los parlamentarios que han votado en contra de cambiar la LOCE y que hoy le sacan jugo al conflicto. En verdad, esto tampoco debiera extrañarnos, no le pidamos más a la política que ser un instrumento de la sed (voluntad) de poder.
Un Keyser Soze más reciente es el "rompehuelgas". Toma la forma de Neonazis que hostigan a los liceos movilizados, pero también la forma de los "disidentes" dentro del movimiento, llamados también "conservadores", "moderados", "dialogantes", "blandos", "realistas", etc.
Dan cuenta de una fisura en el movimiento. Dan cuenta de ese momento crucial en que algunas demandas se han satisfecho y las que quedan pueden ser de "largo plazo", "imposibles", "utópicas". Dan cuenta de la división intrínseca a la política entre la ideología y la utopía. Entre quienes administran lo posible y quienes sueñan con algo mejor, entre los técnicos y los idealistas, entre los Velasco y los Hirsch (disculpen lo burda de la analogía).
Esto tampoco debe extrañar. Da cuenta de la diversidad de opiniones y sensibilidades, en rigor no hay una "maldad" aquí. Fuera de los Neonazis, me cuesta creer que estos sean Keyser Soze.
¿Quién diablos es Keyser Soze?
Todos tienen algo, es claro. Pero hay uno que realmente es Keyser Soze porque hace el mejor truco que tiene el demonio: "convencernos de que no existe". Convencernos de que nos muestra la realidad, no que la recorta o la interpreta.
Es el que está detrás de cada uno de los secuaces antes mencionados. Es el que da la posibilidad para que los políticos instrumentalizen, es el que quiere que el movimiento se divida, es el que pone imágenes de las manifestaciones violentas con Marylin Manson como música de fondo (podrían usar Bach y sería un sensacionalismo mucho más efectivo, con todo el respeto que le tengo a Manson) , es el que no denuncia, o denuncia poco a los verdaderos culpables de que la educación esté como esté.
Ya adivinaron: los malditos periodistas.
No todos, obvio. Aprovecho de saludar a grandes amigos y amigas que han optado por esta "profesión", y hacen un camino noble.
La gran mayoria de prensa escrita y de televisión. Esos son Keyser Soze. Y no porque sean malos, sino porque son muchos y tienen que comer, e "inventarse" el pan de cada día. Buscar el conflicto que narrar, lo inmediato, lo digerido.
Soy un convencido que las grandes lacras humanas (democracia representativa, libre mercado, hambre, peste, desastres ecológicos, guerras, escasez), son todas causadas por un mismo mal: la sobrepoblación. Nosotros mismos multiplicándonos. Y es eso a pequeña escala lo que pasa con los periodistas.
Y así mismo... fuh!, Desaparece.