martes, noviembre 25, 2008

El Rock&Roll del Momento: "Gracias a tí, podemos cabecear"


Desde que me dió por escribir en esto, es tercera vez que debo "lidiar" con una Teletón.
Francamente, creo que no me queda nada muy nuevo por decir aparte de lo ya publicado aquí y aquí. Por respeto a las amables lectoras y los amables lectores no voy a repetir. Si de verdad les interesa, podemos seguir la discusión en las columnas antes linkeadas (no doy ninguna discusión por cerrada en mis columnas).

Tal vez sólo podría agregar que creo que el espiral de crueldad en que ha incurrido el marketing de la Teletón, sólo puede llevar a un grado de absurdo que evidencie el doble filo de esta estrategia. En otras palabras, mientras más compasión intenten despertar endureciendo sus "spots", más duros y macabros deberán ser el próximo año.
Y la resistencia a (o efecto de) ello hace años que se está haciendo ver.
¿Un ejemplo fácil?
Hágale un "censo" a los "Sabía ud. que..." con tema "niñitos de la Teletón" a los últimos "The Clinic".

En fin, sin ánimo de despotricar nuevamente contra la máscara de la solidaridad, esta sección se inspira ahora en su propio héroe de la autosuperación: el señor Tony Iommi.

Frank Anthony Iommi Urian nace un 19 de febrero de 1948 en Birmingham, ciudad industrial de Inglaterra. Durante el día trabajaba en una fábrica de planchas de metal (sí, METAL), y en sus ratos libres tocaba guitarra.
Cuenta la leyenda que era su último día de trabajo en la fábrica cuando la máquina que estaba operando le rebanó la punta de sus dedos medio y anular de la mano derecha.
Para más remate, Tony es zurdo, por lo que necesita esos dedos para digitar las cuerdas.

Pensó seriamente en dejar su prometedor pasatiempo musical, sin embargo -dice la leyenda también- su jefe, que lo había oído tocar en algunos pubs, le recomendó que siguiera. Dicen por ahí, que además fue él quien le habló de Django Reinhardt, guitarrista jazzero gitano que pese a quedar con sus dedos anular y meñique quemados, ideó una forma para poder seguir tocando.

En 1967, junto a sus amigos del colegio John "Ozzy" Osbourne, Terry "Geezer" Butler y Bill Ward, funda la banda Earth.
Al año siguiente es invitado a tocar en Jethro Tull. Pese a que no duró mucho tiempo, alcanzó a salir en el Rock&Roll Circus de los Rolling Stones, y aprendió una disciplina de trabajo que impuso a sus compañeros de banda. Banda que por existir otra con el mismo nombre en Inglaterra, deciden cambiarse el nombre a Black Sabbath.

De ahí en adelante, la historia del Rock cambió.
Las prótesis y cuerdas especiales que usaba para tocar, le dieron un sonido único a su guitarra, siendo quizás lo más relevante el hecho de que para reducir la presión de las cuerdas sobre sus "dedos", desafinó la guitarra 1 tono y medio más grave. Este sonido, especialmente bajo se puede apreciar a partir del discazo "Master of Reality" (escuchar "children of the grave", disponible en el miniwurlitzer del menú).

En el mundo Rockero-Metalero, es un consenso hegemónico el considerar a Black Sabbath como los padres del Metal.
Lo más justo es darle ese crédito a Iommi.
No sólo por ser el único miembro estable en la banda, sino porque fueron sus composiciones usando el famoso tritono (demoníaco para la música sacra), sus riffs y guitarras más graves, las influencias que le dieron forma a la vertiente más pesada del Rock.

Si lo piensan, ese accidente, que casi lo retira de la música, hizo posible la sana descarga de todos esos sentimientos que sólo encuentran su banda sonora en el Rock más pesado.

Esa sí que es una máquina para el Metal...

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jueves, noviembre 13, 2008

El gesto de la semana: "Creer en el cambio"

Ella sí que es negra...

A veces me invade un criterio editorial algo "wurlitzer", y aunque no recibo monedas de nadie, hoy respondo a peticiones directas e indirectas, de amigos y anónimos de referirme a "Obama".

Por ahí me preguntaron por qué no lo había hecho, a lo que yo contestaba que no soy muy optimista frente al asunto, de hecho, algo aguafiestas. Y además, siento que no manejo mucho el tema.
Habiéndome hecho cargo de eso, resulta absurdo que en un espacio que no tiene mayores restricciones que las autoimpuestas, no lo ponga encima para la discusión con los/as amables lectores/as.

¿Por qué el pesimismo?

Me llama la atención lo fácil que es saber de la vida de Obama (donde estudió, de dónde son sus padres, su vida en indonesia, la salud de su abuela -q.e.p.d.-, su familia en áfrica, etc.), y lo no tan fácil que es saber en qué consistirá el "cambio".

No estoy diciendo que Obama oculte su programa de gobierno, ni mucho menos. De hecho, no es Obama el tema.

El tema es la percepción "pública" de Obama.

Me he topado que a cada persona que se alegra con el triunfo de Obama, y le he preguntado si cambiará el sistema de salud o retirará inmediatamente las tropas de Irak y Afganistán, o si juzgará a los presos de Guantánamo, no tiene idea.

¿Qué es lo que entusiasma de Obama?
¿Qué es lo que hace portadas titulando "EE.UU. cambió", cuando todavía no ha asumido (y por lo tanto no ha hecho nada)?

Es un símbolo. Claro está.
¿Pero de qué?

¿De cambio? Bush iba a salir de todas maneras. Había terminado su período, y lo más probable es que fuera el que fuera el candidato demócrata, le habría ganado al supuestamente continuista de McCain.
¿De reencantamiento con la política? Se habla mucho de la votación histórica, que se motivó mucha gente a votar gracias a Obama. Pero no es como que Obama haya ganado con el 70% de los votos (populares). Se motivó mucha gente a votar por Obama, pero también muchos fueron a votar por otro (como McCain).

Y claro, está "el tema". La expectación que genera que alguien sea el primero en algo.
En este caso "el primer presidente negro de EE.UU.".

Este simbolismo me llama especialmente la atención: Obama no es negro. Es mulato.
Si bien es cada vez más obsoleto (y delicado) hablar de razas, lo cierto es que el padre de Obama era "negro" y su madre "blanca". En países como Haití o Brasil, los hijos de una mezcla así no son llamados "negros". Lo que me pone a pensar hasta que punto EE.UU. no supera sus trancas raciales, y hasta que punto este símbolo EXIGE que sea "negro", y no mulato.

Obviamente no deja de ser significativo que un tipo que no es blanco, y que más encima se llama "Barack Obama" llegue a la Casa Blanca, pero me temo que el signo-símbolo sobrepasa la realidad.

El Rob Halford de las Ciencias Sociales (y un invitado recurrente de este blog), Michel Foucault, señalaba en su conferencia "Marx, Nietzsche y Freud" que a partir de estos tres autores, la interpretación se transformaba en una tarea infinita: todo es interpretación. Pero más allá de esa refundación de la hermenéutica, la idea que me parece más relevante es aquella en la que Foucault sostiene que:
"Los signos son interpretaciones que tratan de
justificarse, y no a la inversa."
Para mi gusto, Obama es un signo (y símbolo, por supuesto) que trata de interpretarse y justificarse.

Espero, de verdad, que EE.UU. cambie. Aunque creo que la crisis le acotará mucho el margen de acción. Ojalá sea una transformación.

Pero, por el momento, para mí es otro abogado demócrata de Harvard más, que aún no asume la presidencia.

La última vez que vi mucho entusiasmo porque alguien era la "primera en ser presidenta", mujeres de mi país (incluidas algunas que conozco) se compraban bandas presidenciales y celebraban en las calles.
Todo era muy simbólico. Todo era muy significativo. Todo iba a cambiar...

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viernes, noviembre 07, 2008

"El mejor truco del diablo...


...es hacernos creer que no existe."

"El Complot" es como se tradujo para nosotros "Conspiracy Theory" (dirigida por Richard Donner, 1997). Esta película comienza con los distintos monólogos de Jerry Fletcher (Mel Gibson), un taxista que ve conspiraciones y complots hasta en jardines infantiles. Literalmente en todo. Y no para de transmitírselo a sus callados pasajeros.
No contento con eso, edita caseramente en las noches su propio pasquín: "Conspiracy Theory", el cual reparte por correo -con desconfianza, por supuesto- a sus pocos subscriptores.

Durante todo el inicio de la película estamos convencidos de que Jerry está loco. Una paranoia evidente que lo mantiene en una casa donde toda la despensa, refrigerador, y comidas están encadenados. Una compulsión por comprar "The Catcher in the Rye" (el clásico de Salinger que el asesino de Lennon y el que intentó matar a Reagan estaban leyendo), un excesivo mirar por sobre el hombro, un nerviosismo constante, y el acechamiento sistemático de la bella Alice Sutton (Julia Roberts), completan el cuadro "normalizador" para el espectador: el tipo definitivamente ha perdido la razón.

Sin embargo, y ahí está la gracia de la película, nos vamos dando cuenta que Jerry no es un tipo con una gran imaginación, sino un tipo que ha visto demasiado.
Y la aparente locura se transforma en una preocupante lucidez que da paso a proyectos iniciados en guerra fría, e intrincadas (y oscuras) relaciones de poder que se internan en el país más poderoso.

Dejo hasta aquí la reseña por si no la han visto. La recomiendo por entretenida y bien actuada.


Sucede que el concepto "Conspiracy Theory" no es neutral. Al menos no en su uso cotidiano.
De hecho es peyorativo.
En castellano se refiere como "Teoría conspirativa" o "Teoría del complot", y se lo entiende como la explicación última a un evento (o sucesión de eventos) por la acción y manipulación de intereses poderosos ocultos que actuarían "tras la escena".
Bajo este ingrato rótulo caen los que no creen en la llegada del hombre a la Luna, en la veracidad del holocausto, la verdad oficial del caso Roswell, o en los atentados del 11 de septiembre.


Para mi gusto, como en todo concepto, equiparándose casos que no son iguales.


¿Cuál es el denominador común?
Podríamos resumirlo en "la navaja de Occam", aquél postulado que se devoran los escépticos según el cuál la explicación más sencilla y razonable tiende a ser la correcta.
En otras palabras, las conspiraciones son demasiado rebuscadas para creer en ellas. Requerirían de gran logística y de un número significativo de "testigos leales" para mantener su principio: que sean ocultas.


El tema -y la potencia, por ende- tras la referencia peyorativa a las "teorías del complot" es que se opone una verosimilitud y no necesariamente una verdad.
Vale decir, el argumento contra las teorías conspirativas es que no parecen ciertas (vero-símil).
La prueba empírica es reemplazada por la fe en la razón, y resulta que las conspiraciones son "demasiado malignas" para ser verdad, sin siquiera tener que demostrar su falsedad.
Termina siendo un enfrentamiento de escepticismos. Termina siendo un enfrentamiento de creencias.
No deja de ser relevante que, frente a la avalancha de documentales y libros que prueban la imposibilidad de la verdad oficial del 11 de septiembre del 2001, una de las expresiones más usadas por Bush para defenderse fuera "teorías conspirativas", acompañada -por supuesto- de "terroristas".


Yo entiendo al poder con una dinámica inherente de aumentar(se), y que mientras mayor es, más intrincadas son sus relaciones, más profundas, y más ocultas. "El poder viene de abajo", decía muy asertivamente Michel Foucault.
Y es bajo esta forma de entender el poder que me es fácil creer que en el país más poderoso son demasiado fuertes los intereses como para que se muevan en los canales "oficiales".
Me acuerdo que hasta en las directivas de curso del colegio habían turbiedades, secretos y mecanismos de clausura de la "elite"...
La gran paradoja es que frente a pruebas que se presentan descartando la "verdad oficial", la respuesta tiende a ser la fe (en ella y en lo "in-creíble" de la conspiración), más que demostraciones empíricas que refuten el complot.


Además, hay que decirlo, las conspiraciones son entretenidas. Pero ese no es el tema.


Para mí, más vale pasarse de paranoico que de ingenuo.


Cierro con el caso que inspiró la realización de esta columna: frente a esta crisis financiera (que cada vez se hace más "real") la "verdad oficial" es que fue el "exceso de codicia", dar préstamos a quienes no podían pagar, y la "desrregulación del mercado financiero" lo que la desencadenó.
Sin embargo, hay economistas que fueron más allá (como el español Juan Torres o el compatriota Marcel Claude), planteando que los principales actores fueron los bancos centrales (y la Reserva Federal), ya sea por acción u omisión quienes la permitieron y desencadenaron.
De hecho, con el "salvataje" de la reserva federal, es esta misma la que se hace más poderosa, adquiriendo los bancos y aseguradoras en quiebra.


¿Reserva Federal generando crisis y aprovechándose de ésta?
Sírvase estos 10 minutos de "teoría conspirativa", y después pregúntele al ingenuo de Occam.



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P.S.: No, no creo que el holocausto sea mentira, creo que fue extraño que hubieran dos verdades oficiales contradictorias en el caso Roswell, creo que los gringos sí fueron a la Luna, y creo que el 11 de septiembre del 2001 fue una serie de autoatentados y mentiras impulsados por intereses económicos y geopolíticos.