miércoles, junio 30, 2010

El Gesto de la Semana: Por Fin

Chile- España en Constitución
La constante para los partidos fueron: comida, chaquetas rojas e Ivvete Vergara "de Solabarrieta" en primera fila

Lograron que muchos fanáticos del fútbol llegáramos a hastiarnos del mundial. Incluso, a ratos, de la selección.
En diarios y televisión se insistía en entrevistar a mujeres y progenitores de los seleccionados y durante los días que la selección jugó el noticiario destinó una hora y media (que es lo que duran ahora) a hablar exclusivamente de eso. Llegando muchas veces al absurdo de repetir las mismas imágenes y declaraciones ya no en un mismo día, sino que en el mismo noticiario.

El gobierno entendió que le sería muy costoso al presidente ir al mundial. Los reproches a intendentes y ministros que sí se dieron el lujo refrendaron esta decisión. Además que la invitada de honor estaba allá con ellos y no hay espacio para dos presidentes. En vez de eso se optó por el comodín político que tendremos durante este año (o al menos hasta el bicentenario): los damnificados y víctimas del terremoto y maremoto. Piñera no tuvo sutilezas para materializar el adagio "Para el pueblo pan y circo". Cada evento estaba acompañado por una completada o tallarinata (todas con el auspicio de alguna marca de cecinas o pastas según correspondiera) que el mismo presidente servía (al menos frente a las cámaras) junto a su mujer.

Puede ser innecesario decirlo, pero qué duda cabe que el circo era todo el evento: El payaso de Chef, durmiendo en mediaguas (aunque sin hablar con nadie del campamento), junto al zafrada o escoltado por Ivette Vergara...
Tanto es así, que el partido contra Suiza lo vio en constitución dentro de una carpa de circo.
Daba un poco de vergüenza ajena verlo celebrar los goles. Esos saltitos, ese cuidadoso guardarse los lentes en el bolsillo antes de festejar, esos fríos besos a su esposa...
Pero como me decía un colega ligado al mundo de la comunicación política y estratégica: "Si están haciendo todo esto, por algo será. Tienen absolutamente todo estudiado."
Es obvio que no están intentando captar la adhesión de quienes consideramos estúpidos sus gestos o nos avergonzamos de ellos. Ellos ya dan por perdidos nuestros votos.

Y no es algo que se agote en Piñera. En las portadas web de varios ministerios es posible encontrar como si fuera una "noticia" las imágenes de las nuevas autoridades viendo los partidos en Plaza de la Constitución o Plaza de Armas.
Parece increíble, pero hoy en la UDI tienen el descaro de pedir no mezclar la política con el fútbol.

En cualquier caso, me alegra no volver a ver esas escenas. Me alegra que poco a poco la realidad pase a tomar su lugar y sea más fácil visibilizar ciertos temas, como por ejemplo, la votación del CORE para la ampliación urbana de Santiago (sí, aunque no lo crea, pretenden ampliar aún más Santiago con todos los costos que eso conlleva y con los beneficios para los mismos de siempre).

Es verdad, la incertidumbre por el futuro de Bielsa le dará de comer a los especuladores profesionales que tenemos por periodistas deportivos, del mismo modo que la lesión de Chupete Suazo acaparó el noticiario durante 10 días antes de que empezara el mundial: "informando" en torno a la ignorancia de los verdaderos hechos. Para más remate, de nada nos sirvió recuperar a Suazo.

Antes de que comenzara el mundial jugamos una polla mundialera en la pega. En ella aposté porque Chile saldría segundo de su grupo y Brasil primero del suyo. En el enfrentamiento entre ambos jamás habría apostado porque Chile ganaría. Sin embargo el fútbol burla nuestra racionalidad y tuerce nuestras expectativas. Producto de eso, más que triste por el resultado del Lunes, estaba molesto por haberme achacado siendo que nunca pensé realmente que iba a suceder otra cosa.
Y eso que fue con harta anticipación (desde el sorteo de los grupos probablemente).

Por eso es que me alivia que esto haya terminado. Significa que hay mayores probabilidades de recuperar nuestra racionalidad y dejar de soñar con lo imposible para hacernos cargo de lo que está pasando realmente.
Lástima por los vendedores de cotillón, poleras y televisores que quedaron acachados con el sobrestock.

Por Favor, reAcciones

P.D. al 01/07/2010: Afortunadamete el CORE metropolitano rechazó (por dos votos) la ampliación urbana de Santiago. Pueden leer la noticia aquí.

jueves, junio 17, 2010

Goles en el mundial

El gol fue feo, hay que asumirlo

Fue para la euforia del mundial de Francia '98 en que nuestro parlamento aprobaba uno de los proyectos emblemas en el robo descarado de una transnacional al país, el daño irreversible al ecosistema y el nulo beneficio para los habitantes: Pascua-Lama.

Este extraño proyecto que genera una tierra "de nadie" donde se explotará el oro y se almacenará el relave tuvo la oposición de algunos Senadores de la Concertación e incluso algunos de los todavía "designados". Sucede que para la "bancada militar" era inconcebible que se regalara a Barrick un pedazo de Chile. Hoy, pese al lobby que han desplegado y el dinero que han invertido en comunicación estratégica, relaciones públicas y compra de alcaldes y concejales en la zona, el proyecto genera un rechazo casi total. Y no es de extrañarse: además de una que otra calle que han arreglado, plata que han tirado a escuelas públicas y mejoras en las sedes sociales, el proyecto no significa ningún beneficio real ni para los habitantes del valle del Huasco ni para el país. Y los daños que genera(rá) son ya evidentes.

Pero eran más importantes los goles de Salas en Wembley o los partidos con Italia (donde nos robaron un penal), Camerún (donde robamos nosotros) y Austria. 3 empates que nos llevaron a enfrentarnos a Brasil. La dupla Za-Sa, Pelao Acosta, Coto Sierra y toda la parafernalia.

Me encanta el fútbol. Y por supuesto que sufro con no poder ver todos los partidos del mundial por estar en la pega. Obviamente vi el partido de Chile y estuve nervioso pensando que nos iban a empatar por no poder concretar las opciones de gol que teníamos. Y sí, lo digo en primera persona plural.

Pero cuando en las noticias sólo se habla de fútbol, me entra la desconfianza....

Chile todavía no juega su segundo partido y ya:
Por mientras, el presidente se disfraza de damnificado y lanza comentarios futbolísticos tan vacíos como falso es su fanatismo por el Colo-Colo. Cuesta encontrar en la televisión y diarios noticias de otra cosa.
Aquí lo único que ha sucedido es que Chile ganó a Honduras y que mucha gente celebró. Sobre todo la gente que ha sufrido tanto con el terremoto.

Total, de eso se trata ser patriota y querer al país: celebrar los triunfos de la selección de fútbol con la bandera y no andar amargándose por los goles que nos meten mientras vemos los goles de nuestros futbolistas.

Por Favor, reAcciones

martes, junio 08, 2010

Notas para la reconstrucción: Menos Hobbes y más Rousseau

Jean Jacques Rouseau
(Ginebra, Suiza 1717 - Eremonville, Francia 1778)


Fue recién en la universidad cuando me enteré que Rousseau era Suizo.
No sé si alguna vez me lo enseñaron en el colegio (cuando uno ve la Ilustración y los antecedentes de la Revolución Francesa) y lo olvidé, o si nunca nos dijeron su nacionalidad y di por hecho que era Francés: Su influencia fue gravitante en los procesos que Francia vivió poco después de su muerte (país que prohibió y confiscó sus libros), su nombre suena demasiado a francés y murió en dicho país.
En fin, es de esos datos extraños que nos sirven para nada más que darnos cuenta de cuántas cosas da uno por sentado, sin tener realmente un asidero empírico.
Y esto no es nada nuevo.
Necesitamos tener cosas por ciertas para poder vivir con relativa tranquilidad. Y en ese sentido, la crítica y sospecha a todo (y todo el tiempo) es inviable e invivible. Necesitamos esos pequeños prejuicios, esos estereotipos, esas "tipificaciones y recetas", como decía Schutz, que tenemos para nuestra economía mental. Son los "pilotos automáticos" e ideas previas que cotidianamente utilizamos y que sostenemos hasta nuevo aviso. Es decir, hasta que fallan o hasta que la experiencia los desarma. Y se supone que ahí está la gracia: en abrirnos a que la experiencia desmienta (o confirme) nuestros prejuicios.

Por su parte, los medios de comunicación contribuyen -casi la totalidad de las veces- a reforzar estos elementos, más que a intentar romper con ellos. Y es por lo mismo que es tan delicado el "efecto de verdad" que tienen los medios al momento de narrar (construir) la realidad.

Aterricemos esto.

Desde el 27 de febrero, pero sobre todo después de la cobertura de los saqueos, se ha instalado -de forma irreflexiva en la prensa y de forma explícita en las columnas de distintos personajes- una visión bastante "hobbesiana" de nuestra realidad y los sucesos ocurridos.

Thomas Hobbes (1588-1679) se espantó bastante de las guerras civiles de su Inglaterra natal, en especial para la revolución de Cromwell, por lo que su principal texto (Leviathan, 1651) -donde defiende la existencia de un Estado con un monarca absoluto, que atemoriza a sus ciudadanos para que no vuelvan a la guerra de todos contra todos- lo escribe en un autoexilio en Francia.

La visión de la naturaleza humana en Hobbes sólo puede ser catalogada de pesimista. Seres guiados por sus pasiones (la razón sólo calcula el mejor modo de satisfacerlas), que frente a una relativa igualdad natural se ven empujados a competir, desconfiar y buscar la gloria; tarde o temprano terminarían luchando unos a otros por la alta probabilidad de desear lo mismo y que esto no esté disponible para todos.

Muchos -abogados, especialmente- vieron en Hobbes el intérprete ideal para los saqueos y vandalismo de Concepción, Talcahuano y otras ciudades. Los saqueos serían esta vuelta al "Estado de Naturaleza" donde la ausencia de un poder central (Leviatán) -léase: corte en las comunicaciones, accesos, servicios básicos, y fuerzas públicas sobrepasadas- explicaría una inevitable tendencia al caos social autodestructivo. Para ponerle la guinda a la analogía, todo esto se acabó cuando llegaron los milicos.

Lamentablemente, esto no quedó solamente en las letras de columnistas poco creativos. La interpretación hobbesiana se extendió junto con sus toques de queda y miradas verticales poco receptivas para con las mismas comunidades que se vieron afectadas.

La prioridad del Estado ha sido garantizar la propiedad y la seguridad, pero el problema es que no han ido mucho más allá de eso. Salta a la vista que no hay una planificación sobre cómo enfrentar el proceso de reconstrucción y parecen más apurados en dar vuelta la hoja para cumplir con el programa de gobierno. Y claro, utilizar políticamente la emergencia para defender un financiamiento que hace alzas impositivas transitorias, pero que garantiza exenciones permanentes a las grandes empresas (es decir, un desangramiento del Estado que comenzaría justo el año que Piñera deje la presidencia) y el fin de otros impuestos (como el de timbres y estampillas).
Una reconstrucción que el mismo ministro de Hacienda ha admitido que se hará mayoritariamente con recursos de privados.
Cuento aparte es cómo diablos se calcularon esos 20.000 a 30.000 millones que se supone que se necesitan y cómo diablos van a utilizarse los que se recauden.

Rousseau, en cambio, tiene una visión bastante distinta de la naturaleza humana. Por alguna razón, él cree en una bondad natural del ser humano. Es en sociedad donde se desarrolla su reflexividad y dónde tiene sentido pensar un Estado de Guerra o un Estado de Paz. Sólo en sociedad se dan relaciones lo suficientemente estables como para que exista la posibilidad de conflictos.
Pero además -y en esto es fundamental en "El Contrato Social" (1761)-, deja muy en claro que es la misma sociedad la que corrompe la bondad natural y puede llevar al ser humano a enfrentarse con sus semejantes y destruir el orden imperante. ¿Cómo? Pues por el "mal gobierno", el gobierno que aleja a los seres humanos de su naturaleza, impone la desigualdad, la injusticia y las divisiones en las bases de la sociedad.
Y ahí el análisis se nos hace más incómodo...
Ya no se trata solamente de mantener la seguridad y castigar a las hordas. Es necesario echarle una mirada a la responsabilidad que la sociedad y quienes la gobiernan tienen en los saqueos.
Preguntarse, por ejemplo, por el tipo de comunidad (si es que la hay) que se ha estado construyendo en Concepción
¿Qué tan integrados están sus miembros?
¿Cómo operan las segregaciones?
¿Cuánta vida comunitaria se hace?
¿Existe la vida de barrio?
O preguntarse también por todos los pueblos y ciudades donde no hubo saqueos, sino que organización y solidaridad espontánea: ¿Por qué Curicó no ardió en llamas y en vez de eso los vecinos se coordinaron para ir a ayudar a Iloca?

La reconstrucción "a la Hobbes" es repetir cíclicamente el mismo error: desde un poder que está arriba (sea el Estado, sean las grandes empresas) imponer qué es lo que se hace y dónde sin preguntar ni hacer participar a los protagonistas principales: las comunidades. Desintegrar una identidad y una autodeterminación, para mantener a una horda tranquila hasta la próxima oportunidad para que se salga de control.
Rousseau abogaría por un nuevo pacto, por un consenso que permita a los ciudadanos unirse libremente y decidir en conjunto el rumbo que quieren tomar. Sin que nadie imponga. Como mucho, que haya algunos que representen. Pero es la unión del colectivo la que genera la fuerza y la estabilidad, y no la fuerza de un poder central que somete, obliga e impone a individuos que tenderían a exterminarse.
Y ojo que no se trata de una utopía, es una elección de cómo nos queremos pensar.

Se da por sentado, incorporamos el estereotipo -sin ahondar en la complejidad de la experiencia- , de que lo que faltó fue fuerza pública para evitar los desmanes.
Como si no existiera otra forma de interpretar la naturaleza humana y pensar la sociedad conforme a eso.
Y justamente de eso se trata Emilio. De cómo educar en medio de una sociedad corrupta, sin imponer valoraciones y prejuicios, sino que permitiendo el libre descubrimiento e interpretación en la experiencia.

Parece que nos falta leerlo.

Sobre todo a nuestras autoridades.

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