domingo, diciembre 11, 2011

El gesto de la semana: Los mismos discursos

Vuestro servidor en la protesta...

El miércoles de la semana pasada (30/11/11) fue un día histórico en Inglaterra. Había una huelga general de empleados públicos, a partir de una serie de recortes y privatizaciones (áreas de pensiones, salud y educación) que el gobierno pretende llevar a cabo para enfrentar los efectos de la crisis. Al más puro estilo "Doctrina del Shock", de Naomi Klein.

La cabeza visible del iceberg es la "reforma" al sistema de pensiones de los empleados públicos.

En Chile lo hemos aprendido: cuando un gobierno de derecha (sobre todo en medio de una crisis) va a hacer una "reforma" a una parte del sector público, siempre significará quitar recursos, achicar, privatizar. Es lo mismo que sucede aquí. Y la pelea semántica no es menor: "reforma" suena positivo. A algo que debe hacerse frente a una estructura añeja, e invoca a un sentido común que apoye. "Recorte", en cambio, suena feo. Suena a abuso e invoca a un sentido común que resiste.

En todas las ciudades que se movilizaron hubo convocatorias récords. Aquí no fue la excepción. Pese a ser un pequeño pueblo en el que viven unas 60.000 personas (sin contar los pueblos vecinos), la convocatoria de más de 1.500 no ha tenido precedentes (yo sé que para las marchas en Chile HOY esto no es nada, pero si sacan la proporción, equivale a una de 150.000 personas en Santiago).
A las 10 nos juntamos en la plaza frente a la municipalidad. Habían algunos profesores míos y en general estudiantes de carreras humanistas y artísticas. Una que otra persona de las "ciencias duras" también deambulaban. Estaban los sindicatos de trabajadores públicos, profesores de escuelas y sindicatos de profesores y administrativos de la universidad.
La marcha, que también tenía mucho colorido y ambiente alegre-festivo, le dio una vuelta al pueblo (lo que no toma mucho tiempo) para volver al punto de reunión y empezar con los discursos.
Y la verdad es que si bien hay matices esperables, como referencias a las realidades nacionales y locales, o matices interesantes, como un discurso de clase social mucho más marcado (algo casi inexistente en E.E.U.U. y a lo que todavía se le teme en Chile); en términos generales los discursos son muy parecidos. En esencia, los mismos.
Es el discurso en contra del abuso. En contra de pagar una crisis que quienes trabajan no la generaron. En contra de renunciar a conquistas sociales que tanto costaron. En contra de un gobierno que intenta poner a los trabajadores contra sí mismos. En contra de los (partidos) políticos. En contra del 1%...

Ahora, es común escuchar la cantinela de "los mismos discursos de siempre". Usualmente se la acompaña (a veces explícitamente, a veces no) del concepto "añejo" o "trasnochado". Esto tiende a venir desde el discurso hegemónico. Principalmente de la derecha "liberal" (al menos así les gusta llamarse a ellos).
Y es entendible. Hay en nuestra cultura dominante una especie de adicción a ir hacia "adelante". A innovar, a crecer, y a ser diferente. Frente a eso, toda quietud es negativa. Toda repetición se aleja de la originalidad (como si existiera algo realmente original), y todo tiempo pasado fue peor.
Por supuesto que cuando estos discursos provienen del poder (y usualmente es así), uno tiene todo el derecho a desconfiar. Principalmente porque quienes dominan prefieren una masa predecible y uniforme. Es todo más fácil. Pero también porque es importante desacreditar cualquier discurso de resistencia (aunque sea con argumentos falaces) de esa masa. Justamente para que siga siendo masa.
Como consumidores y "ciudadanos": obedientes y predecibles.
Como sujetos políticos: desacreditados.

Perro indignado: "Fat Cat" (gato gordo) es una expresión para las personas de negocios que en su avaricia, abusan de su posición para enriquecerse a costa de la comunidad o del mismo negocio.


Yo prefiero darle una vuelta.

Me parece esperanzador que los discursos de resistencia sean los mismos. La posibilidad de articularse y hacer consciente que no se trata de luchas locales, sino que globales, es mucho más cierta. Los capitales, intereses económicos y líderes políticos hace mucho rato que ya están coordinados más allá de las naciones. Y quienes los resisten se han quedado bastante atrás en eso.
Y es fácil observar esto último.
Los discursos de los políticos también fueron los mismos: a esta huelga no fue tanta gente. ¿Qué culpa tienen los usuarios de los servicios públicos?. Estamos todos en crisis y todos debemos ser responsables y hacer sacrificios. Los empleados públicos son privilegiados si se los compara con los del sector privado.
Y este último argumento es repetido con irritante frecuencia por las élites en todo el mundo. Sobre todo las de derecha. La estrategia detrás no es sutil, pero efectiva: se introduce una división (basada en la envidia) dentro de los trabajadores, quedando privados y públicos en posiciones distintas. Pero quizás lo más relevante es que el concepto de derecho es reemplazado por el de privilegio. El trabajador privado ve su condición como normal y a la del trabajador público como extraordinaria, por lo que en vez de exigir estándares de derechos como los que existe en el aparato público, se pregunta qué razón tienen para paralizarse los empleados fiscales si debiera estar agradecidos por estar sobre lo normal.

Y es en este momento que ese discurso de clase social cobra relevancia. Son discursos donde el llamado es justamente a no dejarse dividir y entender que la lucha debe ser conjunta y que la lógica es opuesta: no es que los trabajadores públicos tengan una situación de privilegio, es que los trabajadores privados han perdido más derechos. Nivelar hacia arriba, no al revés.
Pero eso es costoso. Para la élite gobernante y la élite privada. Por eso es que ese discurso dominante también está unificado y atraviesa gobiernos y países.

En que los discursos sean los mismos lejos de ver un tedio, yo veo oportunidades. Una oportunidad donde la posibilidad de articular una crítica frente al mismo discurso hegemónico, se hace más cierta y la velocidad en la que fluye la comunicación hoy en día ayuda mucho.
Que los discursos de resistencia sean los mismos, hoy da la posibilidad de una acción global colectiva-transformadora que nunca había tenido condiciones más idóneas.

Pero no es fácil y el optimismo puede ser cegador: no sólo se trata de enfrentar los abusos del poder, se trata también de subvertir significados y discursos. De luchar contra el peso de lo "añejo", de lo "trasnochado", de lo "repetido", de las "reformas", de los trabajadores "privilegiados"... sobreponerse a eso y entender que si los discursos se repiten, no es porque seamos poco originales y nos guste decir u oír las mismas cosas, es porque las formas de abuso y de enmascaramiento siguen siendo las mismas.
Y por suerte no estamos solos al momento de enfrentarlas...

Por Favor, reAcciones

martes, noviembre 15, 2011

Cambio de Folio II

"The houses of parliament" siendo remodeladas

Hace por lo menos un mes que debí haber publicado esta columna. Pero ya está. Supongo que no quieren más excusas e iré al grano.
Heme ahora, tras un año en la capital del imperio y un paso fugaz por Chile en Septiembre, en el antiguo imperio: Inglaterra. Por alguna razón que no termino de explicarme muy bien (y tampoco quiero ahondar) al Estado -expresado en Conicyt- le pareció buena idea usar dinero de todos los chilenos en financiarme estudios de postgrado por acá. Pero son efectivos en instalarte el concepto de "deuda" que uno contrae y saber que hay que volver a tratar de hacer algo bueno para el país con lo que uno aprendió. Lo que no termino de entender es cómo los estudios (críticos) de discurso (en el sentido amplio de la palabra, no solamente la retórica), esencialmente orientados a analizar aquello que es dicho en un determinado contexto, con todo lo que se dice sin decirlo explícitamente y con toda la ideología que hay tras cualquier espacio de poder, puedan ser interesantes para el Estado. Siendo que es el discurso del poder político uno de los objetivos favoritos de este análisis (junto con la prensa y la publicidad). Pero supongo que habla bien de Conicyt en el sentido de preocuparse por el conocimiento y no de la estrategia política.

¿Que significará esto en la práctica? Pues nada mucho. No es como poner una bomba o ser el editor de un poderoso medio de comunicación. Todo seguirá más o menos igual. Pero ustedes, mis estimadas lectoras y estimados lectores, me temo que sufrirán que esta vorágine de conocimiento a presión que estoy recibiendo me transforme en un tipo (aún) más latero y que me vea tentado a aplicar en estas páginas algo de lo que vaya aprendiendo.
Por lo demás, no veo otra forma de no sentirme culpable por destinarle tiempo a estas columnas siendo que debiera estar estudiando y escribiendo mis ensayos para los ramos.

Al menos estaré un año por aquí. Quién sabe si se da la oportunidad para seguir estudiando. Ojalá. Les iré contando también algo de cómo es la cosa por acá y los contrastes evidentes que van apareciendo con nuestro Chile y con EEUU también.
Desde ya les puedo adelantar que los ingleses comen fome, que tienen una forma de ser muy "mesurada" y que uno va contando como gracia los días en los que es posible ver el sol (parece ser evidente los efectos que genera en la forma de ser y personalidad un exceso de días grises). Les puedo contar también que la invasión de China en el mundo es una realidad (son tal vez el 70% de los estudiantes extranjeros) y que tengo la suerte de compartir con compañeros de 4 continentes y de por lo menos 20 lenguas distintas, lo que es toda una oportunidad que hace desear tener más tiempo para aprovecharla lo más posible.

Para cerrar, me gustaría compartir un pequeño ejercicio (quiero aclarar que en lo que refiere a desnudar los medios, Luis Cuello con Otra Prensa lo hace con gran maestría hace un buen tiempo ya): tomemos el siguiente titular de La Tercera de hace 3 días:
"Hinchas muestran su apoyo irrestricto a Borghi en el arribo de Chile al país".

Contexto: La selección de fútbol regresa después de recibir una paliza 4-0, todos goles de Luis Suárez, por parte de la selección uruguaya en el estadio Centenario.

Contexto ideológico de la fuente:
La Tercera, pese a su eslogan "piensa sin límites", es un medio perteneciente a Copesa, uno de los dos grandes conglomerados de prensa en Chile, de una sensibilidad editorial de derecha. Se supone que es de derecha liberal, pero en la práctica hay nexos con el Opus Dei y sé por experiencia propia que no es posible escribir ni contra el Hogar de Cristo, la iglesia católica o la economía de mercado. Es decir, hay varios límites para pensar ahí.

Contexto político: Borghi es elegido seleccionador nacional (apostando a su arrastre popular) tras la impopular salida de Marcelo Bielsa, luego de una polémica elección de la ANFP que posicionó los intereses de los grandes clubes y que estuvo marcada por una lectura de "revancha política". Esto último por la abierta simpatía política de izquierda de Bielsa y de derecha de los dirigentes del fútbol. La mal llamada "opinión pública" leyó en esto una venganza de Piñera (ex-accionista de Colo-Colo, ahora sus acciones en manos de su cuñado) hacia quien Bielsa nunca sintió simpatía por su burdo intento de colgarse de los triunfos futbolísticos, cuyo clímax fue el cuasi intento del ex-seleccionador de no darle la mano en una recepción en el palacio de gobierno (saludo que fue forzado por el presidente). Desde la salida de Bielsa en adelante, Piñera ha mostrado una baja sostenida en la popularidad, y las encuestas indican que la mayoría de la gente piensa que él tuvo algo que ver.

Contexto ideológico del analista: tendencia política no-partidista ligada al pensamiento de izquierda, crítico de la dirección de Borghi, "huérfano" de Bielsa y opositor a la actual dirigencia del fútbol.

Dados los contextos, desmenucemos un poco: lo primero que salta a la vista es el recurso con el que se pretende universalizar. Si leemos la bajada de la noticia, sabemos que se trata de "cerca de 30 hinchas". Esto en periodismo tiende a significar realmente "menos de 30". Pero demos el beneficio de la duda y dejémoslo en 30.
Bien, la hipérbole consiste justamente en transformar 30 hinchas en simplemente "hinchas". Lo que uno lee en el titular entonces es que quienes son hinchas apoyan irrestrictamente. No son "algunos hinchas" o "un grupo de hinchas", es simplemente "hinchas" a secas. Usted, estimada lectora/estimado lector, perfectamente podría decirme: bueno, pero tampoco dice "todos los hinchas", en rigor no están mintiendo porque esos 30 son, efectivamente, hinchas.
Y si bien, desde un punto de vista literal eso es cierto, al examinar las prácticas periodísticas (y los titulares en particular entendidos con fines persuasivos/llamativos más que informativos), nos encontraremos que la mayoría de las veces cuando se quiere referir a un número semejante de personas haciendo algo en común, tienden a decir "grupo de..." (hinchas, en este caso).

Ahora, si seguimos, vemos que ese apoyo irrestricto continúa con la hipérbole. El uso de dicho adjetivo tiende a ser más duro que incondicional y es porque se opone a restricciones, mientras que éste último se opone a condiciones. Hay una evocación más cercana a una lucha, mientras que lo incondicional está revestido de mayor "romanticismo". Y uno puede interpretar aquí que la línea editorial "olfatea" ya un conflicto por venir. En este caso, justamente quienes quieren la salida del técnico y no les gusta como ha conducido a la selección hasta ahora.
Es por eso mismo que es tan importante que este apoyo se le muestre (de acuerdo al titular) a Borghi y no a la selección completa. Que quede claro aquí quién es el sujeto de dicho apoyo sin restricciones.

Por último, y confirmando el tono hiperbólico, se recurre a la sinécdoque de "el arribo de Chile al país". Si uno lo tomara literal, sonaría a un absurdo redundante. Sin embargo el tropo opera tomando una parte (la selección de fútbol) por el todo (Chile). El uso de este recurso no es azaroso ni inocente: se pretende reforzar el sentimiento de unidad en torno a la selección y, en este caso, a su técnico. En otras palabras, es todo el país el que llega después de recibir una goleada.
De esta forma, 30 hinchas se transforman simplemente en "(los) hinchas" y la selección de fútbol en "Chile".

Si a esto le sumamos los contextos antes descritos, quedan pocas dudas de que se trata de un intento de "blindaje" en un diario de derecha al director técnico, puesto por una dirigencia (de derecha) cuestionada. El mismo tipo de blindaje que ha intentado quitar todo tipo de responsabilidad de Borghi en la indisciplina del "Drink Team". Los mismos que con Bielsa no estuvieron en ningún escándalo.
En primer año nos enseñaron que la autoridad no es un atributo de quien domina, sino algo que es reconocido y legitimado por quienes son dominados...

El fútbol es justamente el ("nuevo") opio del pueblo, por cómo a propósito de él también se puede transmitir ideología.

Por Favor, reAcciones

domingo, noviembre 06, 2011

¿Qué fuimos a celebrar anoche?

Todas estas hogueras y fuegos artificiales lo dejan pensando a uno en fuego y explosiones...

Anoche se celebraba la "Bonfire Night" (noche de la hoguera), la que es toda una tradición británica. En muchos barrios pueden verse grandes piras (varios aprovechan de deshacerse de esos muebles cojos y objetos inútiles) que se arman durante el día, para ya en la noche prenderles fuego con la consecuente quema de un muñeco de Guy Fawkes que se va paseando por las calles durante el día ("a penny for the Guy, dicen los niños"), del mismo modo como en algunos pueblos de Chile se hace con el Judas para semana santa (así como en otros países de Latinoamérica y en España, donde se originó la tradición ). Aunque esta parte de la tradición pasa cada vez menos.
Sumado a eso, hay espectáculos de fuegos artificiales desperdigados por todo el pueblo. Si bien la municipalidad organiza un espectáculo de casi media hora, los fuegos artificiales incluso comienzan en la noche del 4 de noviembre y se pueden ver por distintos barrios antes y después del evento "oficial".

Es una festividad, claro está. ¿Pero qué es lo que se celebra realmente?
El contexto histórico dice que fue el 5 de noviembre de 1605 cuando Guy Fawkes fue sorprendido en su intento de volar el parlamento con 36 barriles de pólvora, siendo el rey Jaime I (VII de Escocia) el principal objetivo. La razón: el monarca haciendo eco a la intolerancia a los católicos heredada por su antecesora Isabel I, había continuado con las prohibiciones a los católicos de expresarse en la vida pública. El complot tenía por objetivo que se instalara un monarca católico que hiciera retroceder las medidas intolerantes de los anglicanos. Alguien mandó una carta anónima alertando de lo que iba a ocurrir, Fawkes fue descubierto, apresado, torturado hasta delatar a todos los conspiradores y ahorcado en enero del año siguiente. Les dejo la historia hasta acá. Si quieren profundizar más aquí hay una buena página en español y aquí una muy completa en inglés.
Lo interesante para mí -y no quiero decir que la historia no lo sea- es como el sentido tras la celebración ha ido mutando con el tiempo y expresando los cambios en la sociedad que la celebra. Y rara vez el sentido de una fiesta popular tiene que ver con apegarse a un rigor histórico...

En un comienzo, esta fiesta giraba en torno a la traición. Fawkes era la figura de la conspiración y su quema era un símbolo de lo caro que sale atreverse a irse contra el rey.
Pero obviamente no sólo eso. Era una celebración religiosa también, en la cual los anglicanos agradecían a dios que el "fanatismo de los católicos papistas" hubiera fracasado. El descubrimiento del complot se transformaba en una especie de confirmación de que dios estaba de su lado, que eran un "pueblo elegido" (¿les suena conocida la excusa para ejecutar y excluir?).
Con el tiempo, la celebración fue abstrayéndose en una mezcla de festividad patriota y anti católica-papista. Carlos I, casado con una católica, quiso eliminar la festividad pero el radicalismo protestante se lo impidió.
Ya a fines del siglo XVIII la festividad adquiría connotaciones de vandalismo e insurrección, en la medida que los sectores populares arrancaban madera de las casas y vallas para quemarlas.
A mediados del siglo XIX el día de Guy Fawkes -como también se le conoce- ya no tenía mucha connotación patriótica ni anticatólica, con lo que el parlamento la erradicó como festividad oficial y sólo quedó como fiesta popular.

La imagen de Guy Fawkes, por su parte, se abstrajo en su símbolo: ser un personaje odiado por el pueblo. Esto llevó a que se quemaran muñecos de nacionalistas irlandeses, el papa católico, el zar ruso, Margaret Thatcher y hasta Tony Blair ha ardido para un 5 de noviembre. Pero la transformación relativamente reciente que ha experimentado el personaje de Guy Fawkes es digna de notar.
De ser una figura donde se condensaba -a modo de catarsis- el odio popular, se ha transformado en un símbolo de la resistencia e insurrección frente al poder.
No es para menos: el tipo quiso atentar contra el rey y lo que lo movía era una lucha contra la intolerancia y discriminación a un grupo minoritario, lejos del poder político. Gran parte del crédito de esta nueva significación del personaje se le debe al genial Alan Moore y a su cómic (novela gráfica, más bien) V for Vendetta ("V de Venganza") lanzado entre los años 1982 y 1988. Sin embargo, la masificación definitiva se le debe a la adaptación al cine hecha el año 2006 por los hermanos Wachowski. Muy a pesar de Moore, hay que decirlo, quien no consideró fiel la adaptación que desproveía de todo el anarquismo que marcaba al personaje de V en el cómic (en todo caso la relación de Alan Moore y el cine ha sido de muchos malos ratos: ni las adaptaciones de Desde el infierno, La Liga de Hombres Extraordinarios, Watchmen o Constantine lo han dejado contento).

La película hizo que el ícono del personaje usando la máscara de Guy Fawkes, que se enfrentaba a bombazos y veneno contra un estado terrorista que oprimía y vigilaba a su pueblo, se transformara en un símbolo de lucha.
Las máscaras -hechas por una subsidiaria de la Warner Bros., que tiene los derechos de la película- se hacen presentes en todas las protestas desde hace por lo menos 3 años. En cada concentración de indignados en Europa, EEUU o incluso marchas por la educación en Chile, aparecen.
El grupo Anonymous las utiliza en todos sus mensajes. Rescatando esa inspiración anarquista y anti totalitaria que caracteriza al personaje original de V.


Lo que es interesante aquí, es que pareciera que ponerse la máscara de Guy Fawkes evoca más al personaje de V que al mismo Fawkes. Se ha actualizado ese significado desprendiéndose de cualquier patriotismo o religiosidad original, para abstraerse en el sentido de lucha contra la opresión que el mismo personaje de V quería rescatar al ponerse dicha máscara.

Algo de eso hay en las protestas de Ocupa Wall Street y Ocupa St. Paul, en Inglaterra. Ambas protestas que pretenden ir al corazón de la crisis actual que comenzó el 2008: los excesos del capitalismo financiero (en el caso de St. Paul, los ocupantes no pudieron tomarse las dependencias de la bolsa por ser terrenos privados y en vez de eso se apostaron afuera de la catedral). Una crisis que la hicieron los más ricos, apostando para hacerse más ricos todavía (¡y de un día para otro!), y que dejaron a todo el resto del mundo endeudado y pagando los platos rotos. A los estados obligados a ajustarse los cinturones, restringir el gasto público, las pensiones y seguridad social. Los que trabajan y los que tienen menos, pagan. Y eso que estos tipos que jugaron al casino les daban hasta millones de dólares en bonos como premio por hacer quebrar bancos y aseguradoras y perder dinero que no les pertenecía.
Con justa razón el capitalismo financiero aún desregulado (nada ha cambiado desde el 2008 pese a todas las promesas) es visto como una forma de totalitarismo: no hay como ponerle freno, y los estados pasan a ser sus cómplices socializando las pérdidas a partir de la pérdida de derechos conquistados por sus ciudadanos, lo que precariza aún más el trabajo, las condiciones de vida, la salud, la educación y las jubilaciones. Y reprimiendo a los que protestan, por supuesto.

La democracia representativa también está en entredicho. Los canales de "participación" (elecciones cada cierto tiempo) ya llevan mucho tiempo deslegitimados. Y la política no parece ser vista como expresión de la ciudadanía ni menos al servicio de ésta. No es raro, así, que la derecha sea la que se imponga electoralmente tras estas crisis (España, Grecia), pero pretender leer en esto un cambio en el pensamiento político de la ciudadanía es de una ingenuidad que justamente hace posible (y causa) los estallidos ciudadanos.

Hace una semana conversaba con socialistas ingleses que se manifestaban en contra de los recortes fiscales. Cuando les contesté de dónde venía, me dijeron. "ahh, Chile, hay una lucha bastante fuerte por allá con respecto a la educación ¿no? Estamos en la misma lucha. Se trata de que el poder económico está concentrado, el poder político está concentrado y ambos están demasiado juntos. No hay vías reales de participación para los ciudadanos, para los que realmente trabajan. Los ricos se enriquecen y el 99% les paga sus lujos y sus errores."

Y sí, a veces dan ganas de hacer volar algunos lugares...y en el fondo detrás de cada máscara está implícita esa idea. Aunque sea sólo una ciudadanía festiva, y no violenta.

Por Favor, reAcciones

P.S.: Sí, ahora estoy en Inglaterra. Ya les iré contando más detalles. Sé que estoy muy en deuda con ustedes estimadas lectoras y estimados lectores, así que haré los consiguientes apretones, ajustes y recortes para ir saldándolas. Gracias por su paciencia.

martes, agosto 16, 2011

Cacerolazos a lo lejos

Nuestra embajada en el imperio en decadencia intervenida por su servidor.
Haga click para ver en tamaño completo.

"Yo también soy chilena y ustedes me dan vergüenza"
dijo al pasar una mujer en la plaza tras la Casa Blanca, donde fuimos a parar luego de marchar con carteles y banderas desde la embajada de Chile en Washington DC. Cuando ya estábamos de vuelta, nos preguntábamos qué era lo que podía darle vergüenza de nuestro modesto grupo que protestaba en apoyo a las demandas por la educación en Chile. ¿Qué país le gustaría mostrar a esta chilena en EE.UU.?
Probablemente ese bien maquillado que entra en la OCDE, que le gusta aparentar que es ordenado y estable, ese que mira a las potencias antes que a sus vecinos. El mismo país que oculta sus problemas y precariedades, como bien lo hace nuestra embajada en la exposición temporal del rescate de los 33 mineros en el museo smithsonian de historia natural.

La vergüenza es mutua.

Cartelito en la exposición temporal del rescate de los 33 mineros en el museo de historia natural.
No hay alusión a los casi 50 mineros fallecidos en el año, a las condiciones precarias de trabajo, a la falta de fiscalización ni a la porfía de reabrir una mina que ya se había clausurado. Pareciera que todo fueran fuerzas externas.

Nos había llegado un mail durante la semana que avisaba que el movimiento calle 13 convocaba a todos los chilenos que estuvieran en el extranjero (los mismos que no pueden votar) a juntarnos fuera de las embajadas y consulados a protestar. El mail también indicaba un cambio de hora a las 12 porque las embajadas cierran a la 1. Lo que era irrelevante, ya que la convocatoria era en un día sábado, así que nadie iba a estar en la embajada.
Pero entendíamos que no se trataba de eso. Que se trataba de juntarnos y plegarnos a algo que iba a estar sucediendo en muchos lugares al mismo tiempo. Entendíamos que nuestro apoyo era más que nada simbólico, que difícilmente la patética prensa chilena (porque da aún más vergüenza leerla en el contexto del movimiento estudiantil) iba a decir algo. Entendíamos que, en el fondo, para lo que más servía era para calmar nuestras conciencias. Sentir que algo hacíamos y poder explicarle a los gringos curiosos que se acercaban, por qué nos estábamos manifestando.

Haciendo los carteles fuera de la embajada. Casi todos chilenos, una francesa y un español.

Y es que nos sucede a muchos que miramos los sucesos en Chile desde el extranjero una mezcla de sensaciones. Por un lado nos da una especie de envidia y ganas de estar allá (que a veces se transmutan en un "pucha, justo ahora que nos fuimos", como si se tratara de un concierto muy esperado), participando y respirando el ambiente, oyendo esos cacerolazos o las conversaciones en la calle, estando en las marchas.
Por otro lado, tal vez el más egoísta, es también una especie de consuelo estar alejado de un gobierno que hace aguas, cuyas comunicaciones son un desastre, sus decisiones, peores, y se agradece no tener que verlos todos los días en las noticias.
Pero hay algo interesante, que al menos he podido experimentar acá en Washington, siendo una ciudad donde las embajadas y los organismos políticos internacionales (tipo OEA, BID, Banco Mundial y FMI) permiten que haya un buen número de jóvenes sub-30 de distintos países -quienes son muchísimo más "progres" que lo que se podría esperar por la imagen que uno tiene de dichos organismos-; y es el hecho de que muchos nos preguntan acá sobre qué es lo que está sucediendo en Chile. Los españoles y otros latinoamericanos son los más interesados en saber qué es lo que se demanda, y quienes además demuestran una mayor empatía.
Y eso es un agrado.
Porque independiente de que las manifestaciones en Chile han recibido el apoyo de académicos europeos en el área de la educación, de rockstars gringos del activismo como Noam Chomsky y Naomi Klein, o el infatigable Eduardo Galeano; es muy reconfortante sentirlo en pares. Gente común y corriente (aunque informada y curiosa, lo que no es tan común...) que es capaz de sentir como propias estas manifestaciones. Hacerlas trascender a nuestro país, para plegarse a una petición que es global y estructural: ya no tiene legitimidad un sistema de exclusiones, donde las desigualdades se profundizan y donde el poder político y económico sólo se concentra. Y en manos que tienden a ser las mismas o demasiado amigas.

Sentir esa potencia, tan lejos de Chile, llena de un optimismo que se echaba de menos.
Y es por lo mismo que resultan tan absurdos los alegatos de gobierno de que los estudiantes han perdido el norte: cuando les dicen que no hay financiamiento, plantean recuperar el cobre para Chile y una reforma tributaria. Cuando les dicen que el plebiscito no está contemplado en nuestra constitución (la misma que se originó en un plebiscito trucho y dio a lugar al del '89), ellos dicen reformemos la constitución.
Y se les dice que está fuera de foco y que no son realistas, cuando en verdad lo que hacen es desnudar las carencias de nuestra institucionalidad y apuntar directamente a dónde hace aguas. Paradójicamente, para salvarla. Que es lo que los políticos todavía no son capaces de ver. Piensan que el parlamento es el lugar y no leen el bajísimo prestigio que tiene nuestro congreso, elegido con un sistema binominal y ahora con varios parlamentarios designados, que más encima habían perdido democráticamente en su intento por sentarse ahí...un chiste.
Si hay una consecuencia inesperada de este movimiento, ha sido su capacidad para desnudar en su crudeza el absurdo de todo el circo de nuestra institucionalidad. Desde el alcalde Zalaquett llamando a sacar a los militares hasta nuestra vergonzosa compatriota en Washington.

La educación no es el fin del problema ni tampoco es el problema de fondo, pero es uno de sus inicios. Hay demasiada gente ganando plata entre una institución educativa y quien se educa (directores, inmobiliarias, dueños, bancos, operadores de bolsa, instituciones financieras) como para que esa educación sea de mala calidad, más encima. Y el ciclo de la desigualdad sigue perpetuándose y las oportunidades privatizándose.
Y el tema es que en distintas partes del mundo las explosiones se sienten: democracia de verdad, fin del lucro inmoral de bancos, redistribución del poder, que la mayoría deje de pagar los platos rotos de una minoría que se arranca con el botín...
No hay mejor nombre que "indignados".

El movimiento de los estudiantes chilenos ya no sólo le pertenece a los chilenos. Y eso es una oportunidad gigantesca que da gusto tener la oportunidad de vivir.
Aunque sea de lejos.

Por Favor, después de tanto tiempo, reAcciones

Con la Casa Blanca de telón de fondo.
La lluvia mermó algo nuestra concurrencia, pero metimos harto ruido y muchos turistas se acercaron a ver y preguntar de qué se trataba.

P.S.: Fue un letargo demasiado prolongado. Agradezco a quienes me empujaron a volver a escribir. Como decía Felipito de Mafalda, "la voluntad debe ser la única cosa en el mundo que necesita que la pinchen cuando está desinflada". Esta columna está dedicada a quienes me hicieron explícito su deseo de que publique nuevamente. Gracias.
Por otro lado, como estoy en una situación de cuenta regresiva para abandonar EE.UU., se vendrán columnas con un balance de lo que ha sido este año aquí. Y esas vendrán pronto y bien seguidas. Prometido.

sábado, mayo 14, 2011

No hay caso



Hay una especie de incompatibilidad estructural entre la política (partidista) y la defensa del medio ambiente. Algo así como si estuvieran condenadas "por naturaleza" (valga la ironía) a no entenderse, a no compartir un "sentido común".
Me ha tocado palparlo directamente las veces que he podido colaborar en causas ecologistas, pero no es necesario "estar adentro" para verlo. La estimada lectora o el estimado lector seguramente recordará la sensación de chacota que dejaba el nombramiento del más poderoso lobbysta de Celco para la contaminación del Río Cruces -Ricardo Lagos- como comisionado de la ONU para el cambio climático. De hecho, le valió el sarcástico apodo de "Capitán Planeta".
Del mismo modo, es esperable levantar una ceja cuando se ve a parlamentarios concertacionistas haciéndose parte de las protestas y demandas, siendo que cuando fueron gobierno también hubo presiones a seremis e intervenciones directas de ministros que llegaron a cambiar decretos con tal de aprobar proyectos contaminantes. "Oportunista" es una de las palabras más comunes que se utilizan al calificar a estos políticos aparecidos en causas medioambientales. Y es que es muy obvio el cálculo de rechazar lo que la ciudadanía rechaza. Otra cosa es que ese cálculo les resulte...
Otro elocuente ejemplo de lo poco afines que son las lógicas del activismo medioambiental con la política es el escaso éxito que tienen los partidos ecologistas. En ninguna parte son una fuerza política mayoritaria.

Y el problema, para mi gusto, va más allá del nivel de la discusión política -como escribe aquí Bellolio- .
El problema es de fondo. Esas formas de referirse desde a la política a los ecologistas -que bien narra aquí Carlos Parker- siempre aparecen como destempladas, casi desesperadas.
Que los "eco-terroristas".
Que "reciben financiamiento extranjero" (¿Puede haber argumento más hipócrita?)
Que hacen "oposición irresponsable a los proyectos"
Que "están dispuestos a boicotear el desarrollo del país por salvar un par de animalitos"

Por supuesto, esto no quiere decir que haya políticos que legítimamente defiendan causas ecologistas desde siempre. Incluso en partidos de gobierno, como el Senador Horvath. Pero es la misma respuesta que la UDI le da, invitándolo a "no caer en el juego populista de la izquierda" lo que vuelve a confirmar esta incapacidad que tiene la política para entender al ecologismo.
La política entiende de estrategia, adversarios, negociación y triunfos pequeños. Le es inherente ese espíritu bélico, muy a lo Clausewitz (puesto de cabeza, para los foucaultianos), y en eso, el destruir y desacreditar al adversario es obligado. Todo se vale, dicen...

La política, en esta clave, es incapaz de entender que alguien se movilice sin esperar nada para sí mismo.
No puede entender que alguien piense a largo plazo, pero largo plazo de verdad. No los 10 ó 15 años, o la próxima elección...
No puede entender que alguien no quiera un puesto de poder o dinero a cambio de defender sus ideales.
No puede entender que lo que defienden los ambientalistas no sea negociable (¿Cómo negociar a medias un ecosistema?)
No puede entender, en definitiva, que haya quienes se hagan parte de un altruismo desinteresado.

Y eso, es tal vez una de las formas más elocuentes en las que la política actual se desnuda: ni siquiera es capaz de comprender la búsqueda desinteresada del verdadero bien común.

Y se supone que de eso se trataba la política ¿no?

Por Favor, reAcciones

P.D. al 18/05/2011: La convocatoria antes publicada aquí ha sido cancelada ya que la paranoia que mantendrá cerrada la moneda hacen que la intervención carezca de sentido. Le informaremos cualquier cambio o nueva intervención.

lunes, mayo 02, 2011

Lo que quieran

Celebrando la venganza...

"Me parece que debo comprarlo, es un día histórico" decía al cajero el tipo que me antecedía en la cola del supermercado, sosteniendo el diario de una manera que mezclaba la incredulidad con la carencia de total convicción en su decisión. No recuerdo que diario era, pero da lo mismo. Los titulares de hoy eran todos iguales: "Bin Laden Dead".

A las 12:30 de la noche nos enterábamos de la noticia y veíamos al primer presidente mulato de la historia de Estados Unidos asegurar que el hombre más buscado del mundo (lograr ostentar ese título por diez años no es nada menor, sobre todo si te persigue un monstruo del espionaje y la "inteligencia" como lo es el país más poderoso del mundo...) estaba muerto.
Tomando las precauciones del caso, dejaba en claro que esto no era una guerra contra el Islam, sino contra el terrorismo (misma retórica que Bush) y que Bin Laden también había asesinado miles de musulmanes, incluidos mujeres y niños (para que no quede duda de que era malo-malo).
Con todo, sabemos que más importante que este mensaje le llegue a los extremistas islámicos es que le llegue al pueblo estadounidense: hay motivos para temer un ataque más que nunca. Los terroristas no escuchan razones y probablemente quieran vengar esta muerte.

Sin embargo, para mi gusto el momento más interesante-preocupante de su discurso es cuando dice que "No hay nada que América no pueda hacer". Algún optimista podría interpretarlo como un mensaje de esperanza frente a un gobierno prácticamente en bancarrota y una crisis económica que está lejos de difuminarse.
Pero el mensaje tiene una lectura más siniestra que -a diferencia de fantasear con el futuro económico- se apoya en los hechos: es un mensaje imperialista. EEUU inició guerras ilegales contra Afganistán e Irak, y desplegó un operativo en Pakistán sin decirle nada al gobierno de turno, como si estuvieran en su patio.

Pueden hacer lo que quieran. Entregar conexiones inexistentes (e imposibles) entre Al Qaeda y Sadam Hussein, inventar que este último tiene armas de destrucción masiva, para finalmente invadir el país, asegurar los pozos de petróleo (mientras los museos con reliquias de la cultura más antigua -Mesopotamia- eran saqueados) y lograr la ejecución de Sadam Hussein en un gesto más propio de un complejo de Edipo (Bush jr) superando al padre, que de justicia.

Pueden hacer lo que quieran. Entregar una dudosísima verdad oficial sobre los atentados del 11 de septiembre del 2001, hacer que el 70% de la población se la crea y justificar 10 años (y contando...) de una costosísima guerra en términos de recursos y de bajas.

Pueden hacer lo que quieran. Armar en otros países a líderes guerrilleros (o terroristas) con quienes tienen enemigos comunes, entrenarlos, financiarlos y después transformarlos en enemigos propios (olvidando todo lo anterior, por supuesto) y combatirlos.

Pueden hacer lo que quieran. Tener detenidos de forma indefinida (en bases en el extranjero), sin someterlos a juicios. Torturarlos, violando abiertamente los derechos humanos, para obtener la información que buscan.

Y esta noticia les viene como un broche oscuro que clausura una historia que ha tenido baches y zonas sin aclarar desde un comienzo. Si Obama lo dice, hay que creerle. En una época en que todos los ataques militares son filmados, sólo contamos con la palabra de uno de los propagandistas más exitosos de nuestros tiempos y una "supuesta imagen" del ejecutado difundida en Twitter.
Para más remate, el cadáver fue lanzado al mar. No tendremos una exhibición al mundo como hicieron los bolivianos con el Che Guevara, mucho menos un juicio donde poder oír la versión de Bin Laden, como pasó con Saddam.

Y esto último es lo que más se lamenta. Frente a la creciente evidencia -que pocos quieren mirar- de que no existe conexión entre Bin Laden y los atentados, ya no habrá forma de saber su defensa, su verdad. La verdad histórica (esa de los triunfadores y que se impone por el peso del poder y no por la veracidad de los hechos) quedó sancionada.

En un operativo poco claro, sin imágenes y donde el presidente de la "esperanza" evoca las mismas retóricas imperialistas de antes, las torturas aparecen como justificadas, ya que es información obtenida de esa forma la que llevó a su captura.

Algunos fueron a ondear banderas de Estados Unidos y de sus fuerzas armadas fuera de la Casa Blanca consumando con júbilo el darle la espalda a todo lo que empaña este hecho.

Obama se anota un triunfo en una popularidad que iba a la baja, justo en un sector que le será sensible para su reelección.
La CIA borra 10 años de ineficiencia y acciones reñidas con el derecho y convenciones internacionales, adjudicándose el hacer posible el operativo.
El dólar sube.
Las guerras adquieren un nuevo voto de confianza: ante las posibles venganzas se legitiman como necesarias.

Y el Estado aprovecha de recordarle a sus ciudadanos que ahora están en más alerta que nunca por miedo a represalias. Se estrecha la vigilancia, la paranoia y el control.

Pueden hacer lo que quieran.

¿Y usted pensaba que Obama significaba cambio?

Por Favor, reAcciones

jueves, marzo 03, 2011

El Lugar de la Mentira

Dio lo mismo que lo fuera...

Hay veces en las que una frase o una simple idea se nos queda grabada. Puede ser en una conversación, en una charla, en una novela, una película, una clase, etc.
Paradójicamente, aquellas ideas o frases más caprichosas para nuestra memoria suelen ser aquellas que no necesariamente guardan relación con “el punto” de dichas conversaciones, historias, charlas o clases.

En particular recuerdo una clase de Eduardo Carrasco (aunque no puedo recordar en cuál de sus ramos fue) en la que dijo “La política es el lugar de la mentira”. Frase que no es ni especialmente novedosa ni creativa, pero que todavía tengo grabada. Tal vez debe ser el viraje en la perspectiva de pasar a decir “todos los políticos mienten” a “la política es el ambiente donde mejor se desenvuelve la mentira. Donde está más cómoda. Donde juega de local.”

Es algo deprimente, pero muy obvio, que ya hace un buen tiempo que la política es una palabra mala en sí misma. Y no sólo eso, es como si fuera una enfermedad contagiosa, de la que hay que distanciarse. Eso se ilustra cotidianamente en cómo campos en la apariencia (sólo en la apariencia) distintos se jactan de no tener nada que ver con la política o ser apolíticos, como en el deporte, fuerzas armadas, poder judicial, gremios, grupos de interés… por nombrar algunos.

Razones hay.

Las encuestas muestran desde hace bastante no sólo la desafección política, sino que cómo sus instituciones y representantes son rechazados y tienen casi nula credibilidad. La percepción de que el estar en política es una enfermedad que ataca a todos por igual lleva a un preocupante espiral donde, por un lado los políticos refuerzan mutuamente una mediocridad permanente que gira en torno al cuoteo, la negociación, el macuqueo y la doctrina del "si tu me echas al agua, yo te echo a ti: todos tenemos tejado de vidrio". Con esto los políticos operan con un sentido de clausura, frente a un entorno que les es hostil (la mayor parte de la cuidadanía) viven en "su mundo" asegurándose las pegas y tejiendo las redes para seguir profitando como "privados" cuando estén fuera de los cargos (lo que es la verdadera "puerta giratoria" entre el servicio público y el servicio propio). Por el otro lado, tenemos a la ciudadanía distanciada y que nada quiere tener que ver con este mal (¿necesario?), donde ya cuesta distinguir ideologías y los discursos idealistas y sus promesas sólo aparecen en actos electorales, para desvanecerse. Es siempre lo mismo. Son los mismos. Son lo mismo.

Pero es tal vez por la misma razón que la política es el lugar de la mentira, que esta condición nunca puede ser asumida, transparentada. Es un gesto de honestidad absolutamente fuera de lugar que un político admita que miente. Como mucho dirán que "se equivocaron" (tenemos anclado como una inevitabilidad humana el cometer errores) o que "los sacaron de contexto"(fórmula que por alguna extraña razón cumple casi el rol de desmentir), pero que mintieron, jamás. Es casi tan inimaginable como que asuman públicamente que están en política porque les gusta el poder.

Sin embargo, como dicen por ahí, no existen los secretos: sólo verdades que se ocultan bajo la superficie. Y cuando estas mentiras afloran, es interesante observar como reacciona la política. El caso Van Rysselberghe hace unas semanas fue bastante elocuente: la intendenta fue descubierta mintiéndole al gobierno central para obtener subsidios de damnificados por el terremoto a quienes no lo eran. Probablemente un gesto de clientelismo clásico de los caudillos regionales. Con todo, las presiones políticas pesaron más y no fue destituida. El argumento dado -por supuesto- no fue que el partido más grande de Chile no quería ver perjudicada a una de sus máquinas electorales, si no que no había "pruebas" de dicho engaño. La gran paradoja de dar este argumento es que al decir que la mentira no puede comprobarse, inevitablemente se dice que la Intendenta miente: o mintió en la grabación (y en realidad no se hizo nada irregular para esa población) o mintió para obtener los subsidios.

En cualquier caso, la mentira queda ahí, protegida por el resquicio de la prueba, impune.

Pero recientemente hay otro caso -cuyos hitos hemos seguido en estas columnas- que desnuda de forma macabra el modo en que opera la política: la termoeléctrica Campiche de AES Gener. Ha sido gracias a los cables de Wikileaks que esta semana tenemos la certeza de lo que hace mucho decíamos: el descarado lobby y colusión entre ministros, seremis, concejos municipales y empresarios para aprobar un proyecto contaminante, en una zona declarada saturada de contaminación desde el año '93 y para generar energía sucia para la gran minería.

Decíamos también -lo que era bastante evidente- que el traje a medida que sacó el ministerio de vivienda a finales del 2009 (31 de Diciembre, de hecho) era un descarado esfuerzo para adaptar la normativa al caso de Campiche. En su momento, la ministra Poblete dijo que "No hemos hecho nada especial para que Campiche se pueda resolver". Cosa que los cables filtrados demostraron como falsa. De hecho, fue justamente lo que hicieron...

Cabe decir -casi como anécdota- que Piñera sindicaba a la ministra Patricia Poblete como una de las figuras de la Concertación que le habría gustado tener en su gabinete. Extraña debilidad de nuestro presidente por quienes mienten para favorecer intereses sectoriales por sobre el bien común.

Hablando del bien común, en esta interesante reflexión a partir de este mismo tema, Santiago Escobar remarca el cómo el bien común prácticamente no existe en la política y todas sus estructuras de debate público son ilusorias frente al poder de los intereses económicos. No puedo estar más de acuerdo con él. Sin embargo el caso de Campiche desnuda que este es un problema que está lejos de ser local. Recordemos que lo que se filtraron fueron cables de la embajada de EEUU y con eso, el cómo el embajador no es tanto un representante de su país y sus ciudadanos, sino que un lobbysta más de las grandes empresas que lucran a costa de la salud de comunidades pobres a miles de kilómetros al sur de este imperio en decadencia.

Hay que decirlo: les hacen la pega de convencimiento muy fácil a los anarquistas. Cada vez parecen más acertados en su diagnóstico.

Ahora que la mentira salió a flote con prueba en mano, estaría bueno saber que dicen todos los involucrados. Sobre todo los que desmintieron lo que ahora es evidente.

Lo que es preocupante es el patrón común, el precedente que se sienta y que tiene un eco demasiado parecido en Castilla. Que ha usado los mismos abogados (la firma del actual ministro del Interior) y los mismos lobbystas (Cristina Bitar) que Campiche.

Probablemente WikiLeaks vaya a ser uno de los cambios más importantes que desde Internet impacten el mundo real. Para mi gusto, mucho más que las mal llamadas "redes sociales". Poco a poco los políticos se irán dando cuenta que ya ni siquiera tienen máscaras para ocultar sus verdaderas caras. Cada vez le será más difícil a la mentira estar a sus anchas en la política. Pero por mientras, no es de extrañarse que el activismo se desplace desde la política al medio ambiente: mal que mal, para la política el medio ambiente es un recurso transable y que no vota.

Ni paga campañas...


Por Favor, reAcciones

lunes, enero 31, 2011

País en deuda (tratando de entender a los gringos III)

Ponga su mejor cara de psicópata y diga "¡Whiskyyy!"

"Not guilty" se declaró Jared Loughner, el único sospechoso por el tiroteo en Arizona que dejó herida a la diputada demócrata Gabrielle Giffords en la cabeza y asesinó a 6 personas, entre ellas un juez de distrito y una niña de 9 años.
Todo esto ocurría el 8 de enero en un "meet and greet" de la congresista con sus adherentes afuera de un supermercado (algo así como una reunión en público para saludarse, tirarse buena onda de forma coloquial y contarles algunos de sus problemas de la comunidad).

"Not guilty" acostumbramos a traducirlo como "inocente". Sin embargo el inglés tiene la palabra "innocent" para decirlo literalmente. En estricto rigor, "Not guilty" significa "no culpable". Esta distinción -que parece sutil, no lo niego- devela que desde el punto de vista judicial se trata de probar la culpabilidad de un acusado, no su inocencia.
Desde el punto de vista judicial.
Poco queda en el sentido común -y mucho menos en la cobertura que los medios hacen de materias judiciales- del espíritu de pensar que todos son inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Lo cierto es que parecemos ser más acusadores y tendemos a dictar sentencias desde el momento en que alguien es detenido o acusado. Es lo que a los políticos les gusta llamar "asesinato de imagen": acusas a alguien de algo feo (corrupción, acoso sexual, abuso de menores) y no importa que la acusación sea falsa, la culpabilidad se instalará en el imaginario público.
Si no pregúntenle al coimero de Tombolini o al pedófilo de Jovino Novoa.

Estados Unidos no es muy distinto en lo que refiere a la independencia de su prensa o como sucumbe a la presión de los lobbystas. La primera narración que se encuentra disponible (cuyos ecos se multiplican dificultando una búsqueda más profunda y compleja) es la que se centra en el individuo.
El procedimiento, utilizado en todos los casos similares de atentados "domésticos" (es decir, perpetrados por ciudadanos blancos estadounidenses en contra de otros ciudadanos estadounidenses), busca alejar lo más posible cualquier atisbo de racionalidad -tanto en el hecho mismo como en su perpetrador. Esto implica que no puede haber ninguna lógica en sus acciones y que éstas sólo fueron fruto de la locura. Lo ideal -y muchas veces funciona así- es que esto haya sido la obra de una sola persona.
Ahora, como es difícil asumir en el imaginario gringo el peligro que implica estar conviviendo con psicópatas "sueltos", se deben incorporar otros dos elementos: una vida relativamente "normal" (la que efectivamente compartía con los demás) y un "gatillante" de esta locura. Para lo primero, son esenciales las declaraciones de los padres, compañeros y profesores del susodicho. Sin embargo los tres cumplen funciones distintas.

Los padres -que rara vez harán otra cosa que afirmar sorpresa frente a los hechos- cumplen la función de sacar al concepto de "familia" de la cuestión. Como el padre (y/o madre) está sorprendido, se refuerza la imagen de una locura que ha sido gatillada por elementos bajo el control del individuo, pero no de sus padres.
Listo, no es culpa de los padres.

Los compañeros -y es importante que sean compañeros y no amigos- cumplen la falaz función de los pares. Los pares marcan un contraste fundamental, pues hacen aparecer al acusado como una excepción y no como la regla. Para eso es clave marcar un perfil de aislamiento. Por eso es que siempre sus compañeros dirán que se trataba de jóvenes retraídos, de pocas palabras y que vestían de oscuro. Es importante instalar la idea de que ni la juventud ni sus valores están en crisis, sino que son casos aislados. La declaración siempre será desde la distancia, por lo que el perfil de par nunca (o rara vez) es delineado por un amigo. Los amigos (normalmente son pocos) no se prestan para esto.
Listo, no es culpa de "la juventud".

Los profesores aportan al perfil la perspectiva que actúa como "nexo" entre los aspectos personales del sujeto y la sociedad y sus instituciones. Es la voz de la institución.
Sean estos de la escuela o la universidad, tenderán a dejar en claro que había elementos oscuros y radicales en sus ideas y trabajos, pero ninguno lo suficientemente explícito como para despertar una preocupación real. De esta manera, se refuerza la fundamental tesis del "gatillo" y queda libre el profesor y la institución de una "negligencia". En algunos casos, cuando se está frente a "psicópatas", los profesores reforzarán una inteligencia muy superior a lo común. Mal que mal, todos sabemos que los psicópatas son muy inteligentes.
Listo, no es culpa de la educación, que por extensión actúa como representante de las instituciones de la sociedad.

A estas alturas, el "gatillo" se transforma en una consecuencia lógica y no en una tesis para someterse a prueba. Es por ello que no se requiere mayor refinería en la construcción del elemento que desencadenó la acción. Mal que mal, toda racionalidad ya ha sido desprendida.
Es así como emergen algunos gatillos fetiches como el Heavy Metal (alguna canción con alguna letra lo suficientemente acomodable a los hechos), la pornografía (aquí la hipocresía conservadora pretende vincular el gusto por la pornografía con el asesinato), los juegos de video violentos, el uso de drogas (incluido el alcohol) o algún acto donde la víctima rechaza a un perturbado e hipersensible victimario.

En el caso de Loughner, en un comienzo se dijo que su furia contra la senadora Giffords se debió a que ella no le había contestado unas cartas. Paralelamente -aunque de forma vaga- se intentó buscar una razón ideológica para los asesinatos. Arizona tiene de las legislaciones más duras contra los inmigrantes en Estados Unidos. Ser indocumentado es un delito penal y el estado declaró el Inglés como idioma oficial.
El juez de distrito John Roll, había acogido una demanda al estado por parte de inmigrantes ilegales afectados por la nueva normativa.
La diputada Giffords estaba por flexibilizar las leyes para inmigrantes.
Se supone que ambos habían recibido amenazas de muerte...

Cabe destacar que Arizona tiene otros récords paradójicos: tiene una de las normativas más amplias sobre salud mental (cualquiera puede denunciar a cualquiera y se le debe hacer una evaluación siquiátrica) y una de las legislaciones más permisivas (o menos reguladas, si usted prefiere) en el control de armas.

La chimuchina barata también está a la orden. Sarah Palin, el payaso número uno de la política gringa, fue metida en todo este embrollo porque tenía un mapa con los estados claves donde se les podía ganar a los demócratas. Arizona era uno de ellos. El tema es que estaban marcados con una mira y gente con sofisticados niveles de interpretación dijo que eso habría incitado a Loughner.

Obama intentó en su discurso hacer un llamado para calmar los ánimos del enfrentamiento entre los dos grandes partidos. Es lo más cercano dentro del discurso público a vincular los hechos con el resto de la sociedad. Pero como prácticamente todo lo de Obama, es un bonito discurso que llega hasta ahí nomás.

El tema de las armas no tiene fin. Más del 75% no quiere mayor control sobre las armas.
Pese al tiroteo. Hay que reconocer aquí que tanto el lobby como las comunicaciones de fabricantes de armas son efectivos.

Pero no se trata solamente de que alguien desequilibrado pueda acceder fácilmente a un arma y municiones.
Se trata de que alguien sienta que puede ir a una actividad pública y asesinar a unos cuantos.
Se trata de sentir que la violencia es legítima.
Que a través de la agresión puedo moldear lo que no me gusta.
Que la vida de otro es algo dispensable si se me interpone.
Se trata, en muchos casos, de que el sólo acto de asesinar sea liberador y significativo en sí mismo.

Y, para mi gusto, hay culpas que hay que buscar un poco más allá de las personalidades enfermas de los individuos y ver hasta que punto hay una sociedad que le da sentido a estos actos e ideas. Y con qué ejemplos predica...

Nietzsche escribía en el segundo tratado de "La Genealogía de la Moral" acerca de la culpa. Rastreaba el origen común que tiene la palabra "culpa" con "deuda". De hecho, en alemán se usa la misma palabra: Schuld.
Bien valdría la pena aprovechar el giro etimológico-filológico y preguntarse por las deudas más que por el culpable.
¿Cuáles son las deudas pendientes que tiene esta sociedad con sus miembros?
Las promesas incumplidas, las letras chicas, los dobles discursos y el ensalsamiento de la competencia descarnada hasta la agresión. Transformar las armas en objetos de deseo y las guerras en un orgullo nacional, donde hay que aplaudir de pie a los veteranos antes de cada espectáculo deportivo.

Por lo demás, prácticamente de lo único que se habla es de la deuda de los estados y de la deuda del país, y cómo tomar medidas para subsanarlas. Podrían aprovechar el vuelito.

Pero puede ser pedirles demasiado. Y el rudimentario procedimiento descrito (también de forma muy rudimentaria) más arriba funciona a la perfección: el 58% de los gringos cree que lo de Arizona fue otro acto aislado de un individuo alterado.
Si esto pasa con cierta frecuencia (sean políticos o alumnos y profesores en una escuela), me parece que están estirando mucho el concepto de aislado.

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domingo, enero 09, 2011

El Rock & Roll del momento: Balance musical de un 2010 intensivo

Rush: lejos lo más esperado del año. Y tal vez lo mejor...

Como padezco algunos rasgos obsesivo-compulsivos, hay ciertos rituales que tiendo a repetir. En el caso de este blog, uno de ellos es el acostumbrado balance anual de los espectáculos musicales que me tocó presenciar. Por lo demás, ha sido un año tan desastroso en política, desastres naturales, pueblos originarios, cárceles, anfp, prensa, que pocas ganas dan de reseñar esos elementos. Hace mucho rato que varios ya lo hicieron y mucho mejor que lo que yo podría ofrecerles, estimados lectores y lectoras.
Y bueno, también me da lata. Lo admito.
Por otro lado -que es tal vez lo más importante- el 2010 fue generosísimo para los amantes de la música en general y del rock en particular.

Pues bien, helo aquí:

Metallica, 26 de enero, club Hípico. Empezamos el año de forma bien potente. No soy fanático de Metallica, pero tenía ganas de verlos y le tengo un gran respeto al trabajo de sus primeros 4 discos (sobre todo a "Ride the Lightning") y una profunda admiración a Robert Trujillo, el actual bajista. El lugar estaba lleno, pero la famosa "cancha vip" hacía que los que fuimos a "cancha" -y eso que pagamos más de 30.000- más que ver a Metallica, veíamos a gente viendo a Metallica. Hubo pifias imperdonables en el sonido y para mí el club Hípico se consagró como uno de los peores lugares para ver un concierto en Chile.

Tony Levin StickMen, 5 de marzo, Nescafé de las Artes. Pese a que sólo había pasado una semana del terremoto, Levin y compañía encontraron que con mayor razón no se podía suspender el concierto. El concierto estuvo excelente y fue todo un deleite para quienes amamos a King Crimson. Como por respeto a ustedes no quiero repetir lo que ya escribí en su momento, si les interesa pueden leerlo aquí.

Megadeth (Rust in Peace), 30 de abril, Arena.
Juanafé (lanzamiento La Makinita), 1º de mayo, Teletón.
Al igual que el anterior, en su momento publicamos aquí palabras para hablar de estos conciertos y también del de Metallica. Así que aguante la economía del lenguaje y la anti-redundancia.

ZZ Top, 18 de mayo, Arena. Uno de mis grandes amigos y mecenas de concierto volvió a hacerme el acostumbrado favor de conseguirme entradas a un concierto que quiero ir -pero no me muero de ganas por hacerlo-, pero del que desisto pagar por el alto precio de las entradas. La productora fue una vergüenza: cobraron tan caro que tuvieron que "subir de nivel" a todos en sus entradas. Esto quiere decir que quienes tenían entradas a los lugares más altos de la galería los bajaron a los más bajos, a éstos últimos los pasaron a cancha y los de cancha a cancha vip. La ineficiente y mal calculada segmentación de precios de la entrada culminó con un Arena que tenía la mitad superior de sus galerías y tribunas vacías. Una estupidez.
Por otro lado, significó que pudimos verlos desde muy cerca. ZZ TOP tiene el récord no menor de llevar más de 40 años tocando con la formación original intacta. La música, rock duro tejano a la vena, es parte de esas bandas sonoras indispensables en todo rockero, y parte de esa escuela de letras sin mucho contenido que ensalzan la fiesta, las mujeres, los autos e historias irrelevantes. No hay que pedirle lo que no son: es una banda sin mucha densidad, pero con mucho sentimiento. Un show afiatado y de gran energía. Rock inyectado. Y se agradece.
Como nota al margen, hay que decir que nunca había visto tantos "coco legrand" en un concierto. Incluido al original...

Chick Corea Trio (Eddie Gomez, Antonio Sanchez), 31 de mayo, Caupolicán. Hacía mucho que quería ver al que es considerado (junto a Herbie Hancock y Keith Jarrett) como uno de los mejores pianistas de Jazz vivos. Hace 10 años había visto a Hancock con Wayne Shorter y me voló la cabeza...Y ahora Corea lo hizo nuevamente. Con una actitud (y vestimenta) que no podía denotar más relajo y comodidad (cualquiera diría que estaba en un domingo en el living de su casa) y acompañado del legendario Eddie Gomez en contrabajo y el eximio Antonio Sánchez en batería, el trio encantó con buena música, impecablemente bien ejecutada, excelente conexión con el público y más de tres horas (aunque con intermedio) sobre el escenario. Fue un lujo.

Adrian Belew Power Trio (Julie Slick, Marco Minnemann), 6 de agosto, Nescafé de las artes. Segundo miembro de King Crimson que visita en el año avivando aún más el ansia que la legendaria banda inglesa toque en Chile. Belew, uno de los guitarristas más innovadores que existen y con un currículum no menor a su haber (ha tocado con Frank Zappa, David Bowie, Talking Heads, Nine Inch Nails, entre otros), traía el disco "E" bajo el brazo, la última producción de su power trío. Si bien en los discos Side One y Side Three contó con la colaboración de Danny Carey (Tool) en batería y Les Claypool (Primus) en bajo en varios temas, solía ir de gira con los hermanos Slick. Esta vez vino con la potente y carismática Julie en bajo y con el gran Marco Minneman reemplazando a Eric Slick en batería. Otro lujo musical.
El trío tocó -como era de esperarse- canciones del disco nuevo, discos anteriores del trío, de los discos de solista de Belew y los correspondientes temazos de King Crimson. A eso hay que sumarle los correspondientes solos de cada uno de los músicos. Estuve a punto de quedarme fuera de este concierto porque a última hora me falló el mecenas, pero finalmente encontré entrada en un Teatro Providencia completamente lleno.

Suicidal Tendencies, The Mars Volta, Rage Against The Machine, 11 de octubre, La Florida. Ver a Rage Against The Machine en vivo claramente era una aspiración generacional que repletó el estadio de La Florida. Y pese a que los acompañantes tal vez no eran los grupos más afines (o el orden no fue el mejor: podría haber tocado Mars Volta antes de Suicidal Tendencies y no al revés), yo tenía muchas ganas de verlos a ellos también hace tiempo. Como era de esperarse, el público estaba mucho más politizado que en otros conciertos y las banderas alusivas a la causa mapuche (estaban en huelga de hambre) abundaban. De cuando en cuando los gritos y consignas también.
Suicidal Tendencies, la banda con más trayectoria de las tres, abrió el show con un concierto potente y lleno de energía. Para varios fue la primera vez que escuchaban a la banda de hardcore californiano que ya van a cumplir 29 años. La estética es la del skater de california por excelencia, solo que aquí todos son guatones. Como nota al margen el impresionante bajista Steve Brunner (que llena a cabalidad el espacio dejado por Robert Trujillo) regaló su bajo a alguien en el público. Yo nunca había visto algo semejante, sólo uñetas, baquetas o a lo más los parches de la batería. Y al parecer en el público tampoco porque el bajo volvió al escenario, sin embargo volvió a salir un roadie con la instrucción expresa de pasárselo en la mano a quien se lo habían regalado inicialmente.

Mars Volta recibió un público sobreexitado por Suicidal Tendencies y con ansiedad por ver a Rage Against The Machine. A eso hay que sumarle que tanto su música (para muchos una versión contemporánea de lo que fue Pink Floyd en su momento) como el espectáculo de luces que la acompaña invitan más a una contemplación que al estar saltando en todo momento. Si a eso le agregamos que nunca apagaron las luces del estadio, la sensación era extraña. Como si estuvieran fuera de lugar. De hecho mucha gente se distraía con los intentos de algunos de pasarse de cancha a tribuna y de ahí a cancha vip. Esto culminó con la presión de parte del público de cancha por pasarse a cancha vip, debiendo ser retiradas las barreras de esa absurda división. Ya le hemos dado como caja a la tontera de la cancha vip. Lo cierto es que para las productoras es un excelente negocio por lo que se ve difícil que la institución desaparezca, pero hay conciertos en los que simplemente no tiene sentido tener esta segmentación. Este era uno de ellos y las productoras debieran tener un poco más de sentido común en estos casos...pero parece que el deseo de hacerse millonarios en cada concierto los ciega demasiado. Chilean way, como dijo el payaso.

Rage Against The Machine simplemente voló la cabeza. El show fue un misil y creo que nunca había estado con tanta gente saltando tanto rato y al mismo tiempo. Era el estadio completo. Impresionante. Y bien cansador, hay que decirlo.
Lamentablemente en todo ese menjunje humano perdí mi celular y otro que no era mío. O tal vez los "compañeros" espectadores me lo robaron...
La banda no tiene un especial carisma y no buscan mucha conexión con el público. En ese sentido son muy "profesionales" (no en el buen sentido de la palabra). Para colmo, pese a recitar "El Minero" de Víctor Jara, Zach de la Rocha dijo mal el nombre de la mina donde estaban atrapados los 33 y no hizo NINGUNA mención a la huelga de hambre mapuche, algo que imagino todos los que estábamos ahí dábamos por sentado que se iba a hacer. Por lo demás, voceros de los mapuches habían pedido comunicarse con la banda, por lo que no es como que no supieran.
Fue bastante extraño y hasta el momento no me queda claro si fue un tema de quien les manejó la prensa, de la productora o qué, pero no se condecía para nada con esa gran estrella roja detrás del escenario ni con poner fragmentos de "la internacional", aunque sí con hacer un show casi 10 años después de separarse y con un olor a ganemos-plata-como-faith-no-more-ahora-que-la-mayoría-de-nuestro-público-tiene-poder-adquisitivo bastante evidente.
Lo otro, es que el concierto fue demasiado corto. Si no me traiciona la memoria, no alcanzó a durar 1 hora y media. Poquísimo para un grupo que viene por primera vez y que está en gira después de un buen tiempo separado. En todo caso, igual se agradece la regresión directa a la adolescencia que nos brindaron en un show que estuvo impecable.

Rush, 17 de octubre, Estadio Nacional. Probablemente todos los 40.000 que estuvimos en el Nacional éramos quienes esperábamos a la banda hacía muchos años, nos desilusionábamos con los rumores de venidas que resultaban ser falsos y nos costaba creer lo que veíamos cuando empezó el concierto. Lo digo porque el altísimo precio de las entradas impidió que a quienes les gusta la banda -pero sin ser fanáticos acérrimos- acudieran y el estadio estuviera lleno.
La música estuvo ejecutada a la altura de lo que pueden ofrecer 3 de los mejores músicos del rock actual. Si bien Geddy Lee se demoró algunos temas en "calentar" las cuerdas vocales, de ahí en adelante todo fue mejor que como si uno escuchara los discos. El show acompañado por videos y esa honesta capacidad que tienen para reírse de sí mismos fue bastante entretenido y -aunque con intermedio incluido- pasó las dos horas tres cuartos, teniendo como centro la ejecución completa del que es tal vez su mejor disco de estudio -al menos para mi gusto- el "Moving Pictures", lanzado a comienzos de 1981.
La euforia que se sentía en cancha era bastante y abundaban los gritos del tipo "¡no puedo creer que esto esté pasando!" o "¡la cagó esta hueaaá!". Fue definitivamente -parafraseando el título de la última parte del documental "Beyond the Lighted Stage"- la venganza de los nerds.

Roger Waters The Wall, 11 de noviembre, Wells Fargo Center, Philadelphia. Pese a que en la columna anterior se hizo referencias a este concierto y el de Ozzy, vale la pena dejar consignado brevemente algunas impresiones que no fueron explicitadas ahí.
Roger Waters es una figura que puede generar tensiones o "desencuentros", si se prefiere. Por un lado, tiene una indiscutible creatividad musical y es un gran bajista. Sumado a eso está un sólido discurso político-crítico que es muy bien apreciado por quienes creemos que la música puede ser más que sonidos y sentimientos. Su álbum "The Wall" (ya que el resto de Pink Floyd prácticamente sólo le siguió la corriente en éste) condensa bastante bien lo anterior.
Pero, por otro lado, tiende a dar la impresión de tener una personalidad complicada y una mezcla de ego y maña que pueden transformarlo en un insoportable. Evidentemente de esto último uno sólo lo sabe por trascendidos, pero lo cierto es que en este show tiene un protagonismo casi absoluto, relegando la banda muchas veces a la oscuridad (o a estar tras del muro mientras Waters está al frente), como si sólo fuera él. Es cierto, uno va a un concierto de Roger Waters, pero hay que decir que el soporte que le entrega la banda es fundamental.
La producción musical y del show en términos visuales fue impecable. Es más, puede que se le pasara la mano cuando hay ratos en que uno no sabe si es la voz de Waters o es que se está ayudando por grabaciones (cosa que hace). El discurso crítico se mantiene intacto en su espíritu a la vez que se actualiza en sus contenidos, invitando -para los que quieran leer u oir- a darle una segunda vuelta a las cosas que uno cree, compra, defiende y da por sentadas.
El The Wall en su integridad. Ni una canción más, ni una canción menos.
Ojalá lleve el show a Chile, mi consejo sería que junten la plata, porque vale la pena.

Ozzy, 29 de noviembre, 1st Mariner Arena, Baltimore. El maestro anda presentando su último disco "Scream" y fue teloneado por el vocalista de Judas Priest, Rob Halford. El show que hizo Halford fue breve (creo que a penas rozó la hora), potente, bien ejecutado, pero faltaron algunos indispensables de Judas Priest que acostumbraba a tocar en otras giras de solista.
Ozzy, como ya les dije, sigue siendo el mismo de siempre. Aunque se le salen algunos gallitos, pero uno se lo perdona.
En este disco y gira estrena guitarrista nuevo -Gus G- luego de despedir al legendario Zakk Wylde y también baterista -Tommy Clufetos-. Ambos, como es de esperarse, entregan un sonido impecable y potente, sumados a Blasko en el bajo y a Adam Wakeman (hijo del gran Rick Wakeman de Yes) en teclados. Como nota al margen, el maestro Rob Zombie no está muy contento con esto de perder músicos (Blasko y Clufetos) cada vez que un miembro de la banda de Ozzy abandona (Trujillo al irse a Metallica y Mike Bordin para reunirse con Faith no More).
El show estuvo buenísimo, incluidos 4 canciones de Black Sabbath, solos de los músicos y los videos al inicio en donde Ozzy se incluye en escenas de series y películas actuales riéndose de él mismo, aportándole una cuota de humor que "aliviana" al personaje. Tengo entendido que esta gira lo llevará a Chile, dense por recomendados.

Bonus track 1.
El rey fotografiado por quien les escribe

El año no podría haber comenzado mejor, luego de que nos dejara con las entradas en mano durante el 2010, pude ir a ver a BB King el mismo 1º de Enero de este año que comienza en el Birchmere de Alexandria, Virginia. Con 85 años, BB King estuvo nada menos que 2 horas sentado con Lucille en el escenario, acompañado por su banda cuyos años de circo hacen que todo lo que suceda en el escenario, por más improvisado que sea, suene impecable.
Él, es de perogrullo decirlo, es un bluesman por excelencia. Habla bastante entre cada canción, incluso en medio de las canciones. Intercala anécdotas y se ríe de su edad y de su propensión a beber y al viagra. Hay que decir que el local ayuda mucho a eso. El Birchmere -que se jacta de haber visto pasar prácticamente toda la historia musical de EEUU- es un restorán mediano en el cuál uno está sentado en mesas viendo al artista. No hay rejas ni nada. De hecho, al final pudimos ir a fotografiarlo y a pedirle un autógrafo mientras la banda seguía tocando.
Este carácter "íntimo" del show, sumado a la calidad y el tiempo en el escenario lo transformaron automáticamente en una de esas experiencias musicales inolvidables.

Bonus track 2: Hace casi exactamente un año hacía aquí un ejercicio de recuento similar, culminando con deseos musicales para el año que se venía. De esos deseos, agradezco que se haya concretado Rush, Megadeth y Roger Waters. Reedito los restantes para este año:
  • Alice in Chains
  • Soundgarden
  • King Crimson (en pedir no hay engaño)
  • Slayer
  • Tool
  • Motörhead (supe que van a Chile, estoy tratando de ver dónde es lo más cerca que tocan de DC para poder ir)
Y ya estamos con entradas en mano para U2, Rush (sí, me voy a repetir el plato) y Buckcherry con Hellyeah.

¿Aportes? ¿Deseos? ¿Su mejor concierto del 2010?

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