Hace por lo menos un mes que debí haber publicado esta columna. Pero ya está. Supongo que no quieren más excusas e iré al grano.
Heme ahora, tras un año en la capital del imperio y un paso fugaz por Chile en Septiembre, en el antiguo imperio: Inglaterra. Por alguna razón que no termino de explicarme muy bien (y tampoco quiero ahondar) al Estado -expresado en Conicyt- le pareció buena idea usar dinero de todos los chilenos en financiarme estudios de postgrado por acá. Pero son efectivos en instalarte el concepto de "deuda" que uno contrae y saber que hay que volver a tratar de hacer algo bueno para el país con lo que uno aprendió. Lo que no termino de entender es cómo los estudios (críticos) de discurso (en el sentido amplio de la palabra, no solamente la retórica), esencialmente orientados a analizar aquello que es dicho en un determinado contexto, con todo lo que se dice sin decirlo explícitamente y con toda la ideología que hay tras cualquier espacio de poder, puedan ser interesantes para el Estado. Siendo que es el discurso del poder político uno de los objetivos favoritos de este análisis (junto con la prensa y la publicidad). Pero supongo que habla bien de Conicyt en el sentido de preocuparse por el conocimiento y no de la estrategia política.
¿Que significará esto en la práctica? Pues nada mucho. No es como poner una bomba o ser el editor de un poderoso medio de comunicación. Todo seguirá más o menos igual. Pero ustedes, mis estimadas lectoras y estimados lectores, me temo que sufrirán que esta vorágine de conocimiento a presión que estoy recibiendo me transforme en un tipo (aún) más latero y que me vea tentado a aplicar en estas páginas algo de lo que vaya aprendiendo.
Por lo demás, no veo otra forma de no sentirme culpable por destinarle tiempo a estas columnas siendo que debiera estar estudiando y escribiendo mis ensayos para los ramos.
Al menos estaré un año por aquí. Quién sabe si se da la oportunidad para seguir estudiando. Ojalá. Les iré contando también algo de cómo es la cosa por acá y los contrastes evidentes que van apareciendo con nuestro Chile y con EEUU también.
Desde ya les puedo adelantar que los ingleses comen fome, que tienen una forma de ser muy "mesurada" y que uno va contando como gracia los días en los que es posible ver el sol (parece ser evidente los efectos que genera en la forma de ser y personalidad un exceso de días grises). Les puedo contar también que la invasión de China en el mundo es una realidad (son tal vez el 70% de los estudiantes extranjeros) y que tengo la suerte de compartir con compañeros de 4 continentes y de por lo menos 20 lenguas distintas, lo que es toda una oportunidad que hace desear tener más tiempo para aprovecharla lo más posible.
Para cerrar, me gustaría compartir un pequeño ejercicio (quiero aclarar que en lo que refiere a desnudar los medios, Luis Cuello con Otra Prensa lo hace con gran maestría hace un buen tiempo ya): tomemos el siguiente titular de La Tercera de hace 3 días:
"Hinchas muestran su apoyo irrestricto a Borghi en el arribo de Chile al país".
Contexto: La selección de fútbol regresa después de recibir una paliza 4-0, todos goles de Luis Suárez, por parte de la selección uruguaya en el estadio Centenario.
Contexto ideológico de la fuente: La Tercera, pese a su eslogan "piensa sin límites", es un medio perteneciente a Copesa, uno de los dos grandes conglomerados de prensa en Chile, de una sensibilidad editorial de derecha. Se supone que es de derecha liberal, pero en la práctica hay nexos con el Opus Dei y sé por experiencia propia que no es posible escribir ni contra el Hogar de Cristo, la iglesia católica o la economía de mercado. Es decir, hay varios límites para pensar ahí.
Contexto político: Borghi es elegido seleccionador nacional (apostando a su arrastre popular) tras la impopular salida de Marcelo Bielsa, luego de una polémica elección de la ANFP que posicionó los intereses de los grandes clubes y que estuvo marcada por una lectura de "revancha política". Esto último por la abierta simpatía política de izquierda de Bielsa y de derecha de los dirigentes del fútbol. La mal llamada "opinión pública" leyó en esto una venganza de Piñera (ex-accionista de Colo-Colo, ahora sus acciones en manos de su cuñado) hacia quien Bielsa nunca sintió simpatía por su burdo intento de colgarse de los triunfos futbolísticos, cuyo clímax fue el cuasi intento del ex-seleccionador de no darle la mano en una recepción en el palacio de gobierno (saludo que fue forzado por el presidente). Desde la salida de Bielsa en adelante, Piñera ha mostrado una baja sostenida en la popularidad, y las encuestas indican que la mayoría de la gente piensa que él tuvo algo que ver.
Contexto ideológico del analista: tendencia política no-partidista ligada al pensamiento de izquierda, crítico de la dirección de Borghi, "huérfano" de Bielsa y opositor a la actual dirigencia del fútbol.
Dados los contextos, desmenucemos un poco: lo primero que salta a la vista es el recurso con el que se pretende universalizar. Si leemos la bajada de la noticia, sabemos que se trata de "cerca de 30 hinchas". Esto en periodismo tiende a significar realmente "menos de 30". Pero demos el beneficio de la duda y dejémoslo en 30.
Bien, la hipérbole consiste justamente en transformar 30 hinchas en simplemente "hinchas". Lo que uno lee en el titular entonces es que quienes son hinchas apoyan irrestrictamente. No son "algunos hinchas" o "un grupo de hinchas", es simplemente "hinchas" a secas. Usted, estimada lectora/estimado lector, perfectamente podría decirme: bueno, pero tampoco dice "todos los hinchas", en rigor no están mintiendo porque esos 30 son, efectivamente, hinchas.
Y si bien, desde un punto de vista literal eso es cierto, al examinar las prácticas periodísticas (y los titulares en particular entendidos con fines persuasivos/llamativos más que informativos), nos encontraremos que la mayoría de las veces cuando se quiere referir a un número semejante de personas haciendo algo en común, tienden a decir "grupo de..." (hinchas, en este caso).
Ahora, si seguimos, vemos que ese apoyo irrestricto continúa con la hipérbole. El uso de dicho adjetivo tiende a ser más duro que incondicional y es porque se opone a restricciones, mientras que éste último se opone a condiciones. Hay una evocación más cercana a una lucha, mientras que lo incondicional está revestido de mayor "romanticismo". Y uno puede interpretar aquí que la línea editorial "olfatea" ya un conflicto por venir. En este caso, justamente quienes quieren la salida del técnico y no les gusta como ha conducido a la selección hasta ahora.
Es por eso mismo que es tan importante que este apoyo se le muestre (de acuerdo al titular) a Borghi y no a la selección completa. Que quede claro aquí quién es el sujeto de dicho apoyo sin restricciones.
Por último, y confirmando el tono hiperbólico, se recurre a la sinécdoque de "el arribo de Chile al país". Si uno lo tomara literal, sonaría a un absurdo redundante. Sin embargo el tropo opera tomando una parte (la selección de fútbol) por el todo (Chile). El uso de este recurso no es azaroso ni inocente: se pretende reforzar el sentimiento de unidad en torno a la selección y, en este caso, a su técnico. En otras palabras, es todo el país el que llega después de recibir una goleada.
De esta forma, 30 hinchas se transforman simplemente en "(los) hinchas" y la selección de fútbol en "Chile".
Si a esto le sumamos los contextos antes descritos, quedan pocas dudas de que se trata de un intento de "blindaje" en un diario de derecha al director técnico, puesto por una dirigencia (de derecha) cuestionada. El mismo tipo de blindaje que ha intentado quitar todo tipo de responsabilidad de Borghi en la indisciplina del "Drink Team". Los mismos que con Bielsa no estuvieron en ningún escándalo.
En primer año nos enseñaron que la autoridad no es un atributo de quien domina, sino algo que es reconocido y legitimado por quienes son dominados...
El fútbol es justamente el ("nuevo") opio del pueblo, por cómo a propósito de él también se puede transmitir ideología.
Por Favor, reAcciones