lunes, enero 25, 2010

Prepararse para dejar el gobierno

¿Habrá que irse para la Antártica?

"No haré otro documental de pingüinos" fue la condición que puso Werner Herzog cuando la fundación Discovery lo invitó a grabar un documental ("Encounters at the end of the world", 2007) en la Antártica. A Herzog le interesan más las personas.
Los personajes, para ser más precisos. Y la conflictiva -y catártica también- relación que tienen con la naturaleza. Su visión del mundo natural dista de ser romántica y pasa a ser trágica. Rehuye (y denuncia magistralmente) la humanización del mundo animal y se preocupa de que no olvidemos la indiferencia y violencias que la cruzan más allá del bien y del mal.
Es también una visión pesimista. La que también puede condensarse en una película que mezcla realidad y ficción como es "The wild blue yonder" (2005), donde aparecían por primera vez las imágenes submarinas con un techo de hielo. Imágenes que le había enviado un amigo desde la Antártica y que lo hicieron hacer todo lo posible para ir hasta allá.
Para Herzog el tiempo de los seres humanos se está acabando. La naturaleza nos está golpeando como un gran animal que busca sacudirse las pulgas que lo molestan. Los hielos se derriten (es impresionante cuanto te lo dice y muestra un glaciólogo en la misma Antártica), el sol nos daña, los humos nos ahogan...y en medio de todo esto, las grandes potencias se rehusan a asumir compromisos ambientales para no sacrificar el "crecimiento".
Y tal vez por lo mismo es que se interesa en quienes se encontrará allá. ¿Qué tipo de persona llega a vivir a la Antártica? ¿Qué es lo que observan? ¿Qué los llevó hasta allá? ¿Que hacían antes? ¿Cuáles son sus proyectos? ¿Cuáles eran sus proyectos? ¿Qué dejaron atrás?
Todos tienen una historia. No cualquiera termina en el fin del mundo.
Gran documental. Como los que hace el maestro alemán. Hay que verlo.

"La Concertación se prepara para dejar el gobierno" es una expresión que varios medios de comunicación han utilizado.
También, en un tono mucho más hostil, distintos simpatizantes de Piñera lanzaban sus ataques en los comentarios de diarios electrónicos advirtiendo que ahora los concertacionistas tendrían que salir a buscar pega. O a los periodistas de La Nación que "Tatán" les cerrará de una vez por todas ese maldito diario.

En todo lo que fueron los meses previos a la elección, me llamaba mucho la atención el nivel de agresividad que había en estos tipos de comentarios. Porque creo que una cosa es pensar distinto (y respetarlo) y otra muy distinta es desearle la cesantía a alguien. La cesantía yo sólo se la desearía a un enemigo, y si todavía queda gente que considera enemigos a quienes piensan políticamente distinto, poco se ha avanzado. Por mucho que el presidente electo diga que "mira hacia el futuro".

Toda la semana anterior estuvo marcada por el fuerte remezón que implica que haya ganado la derecha. Fue una semana algo depresiva y marcada por la catarsis. Catarsis de la cual -por supuesto- esta columna también forma parte.
Y el tema es que el clima de incertidumbre+pesimismo es bastante pesado y alimenta una sensación de impotencia que no se sabe muy bien que hacer con ella.

Y eso que no soy concertacionista.

Les contaba hace poco menos de un mes cómo había sido mi llegada acá y el clima pre-elecciones. Que en general no tenía muchos temores por haber llegado sin nexos políticos y por concurso.
Pues eso ya no es tan así.
No quiere decir que le tema a la cesantía. No tengo hijos, soy relativamente joven y he trazado algunas redes. Todo esto me da una leve tranquilidad que seguramente no deben tener quienes rondan los 50, tienen una familia a cuestas y que están donde están principalmente por su trabajo político.
Sin embargo, los rumores dicen que la cosa va a estar difícil: para quienes estudiamos carreras humanistas o de las ciencias sociales, el Estado representaba una gran fuente de trabajo. De algún modo, era posible generar un conocimiento que es importante, pero que para "el mercado" no es relevante, interesante, rentable.

Y no sólo para quienes trabajamos dentro del Estado.
Lo cierto es que el Estado externaliza muchos de sus estudios (o casi todos). Hay muchas fundaciones, consultoras y ONGs que subsisten prestando estos servicios al Estado, vía concurso público. Hasta en PNUD hay incertidumbre.

La derecha carece -a veces pareciera que con orgullo- de artistas, humanistas y cientistas sociales. Hay, pero pocos. Lo que lleva a dudar si es que acaso tienen la imaginación o sensibilidad para comprender la importancia de ciertos proyectos, estudios e investigaciones, o si quedará todo en manos de la econometría.
Es probable que muchas ONGs y fundaciones entren en crisis, aumentando la incertidumbre laboral.
Es muy probable, también, que las postulaciones a Becas Chile este año colapsen. Al igual que los cupos docentes en universidades.
Pero, nuevamente, esto es parte del voraz clima de incertidumbre y pesimismo. Del peor de los casos.

Prepararse para dejar el gobierno es un ejercicio que comenzó el lunes 18 y que no sabemos muy bien cuando termine.
Nos hemos puesto en muchos escenarios. El peor es que el 11 de marzo, asumiendo los nuevos jefes de servicio, nos pidan la renuncia a todos. Sería un descalabro y habría un caos al no quedar nadie que sepa lo que hay que hacer, lo que se está haciendo, ni cómo funciona "la cosa". Pero es una opción. La opción de la "óptica del enemigo".
El mejor de los casos es que podamos terminar con las publicaciones y estudios que tenemos comprometidos para este año. Eso significaría irnos entre septiembre y diciembre, y que nos tocó alguien ligado al ala "liberal" de la alianza y no el fanatismo neoconservador UDI que quería cerrar este servicio (entre otras cosas, por promover el uso del condón).

Ahora, desde mi perspectiva, el tema de cuándo irse no es tanto laboral, como personal. La sensación que queda es que habías logrado conformar un buen equipo de trabajo, que funciona bien, se comunica bien y produce buenas cosas.
Queda la sensación de que aquellos proyectos e intereses que habías hecho confluir en este lugar, no se podrán llevar a cabo.
Queda la sensación de que todas las razones por las que rechazaste otros lugares, las razones que le daban un valor a trabajar aquí, se irán diluyendo inevitablemente.
Queda la sensación de que tu única aspiración pasa a ser solamente terminar lo que ya has empezado y que no tiene sentido proyectarte más allá, ni pensar en nuevas investigaciones, estudios y sondeos.

Y eso cuesta. Cuesta sepultar la imaginación y las proyecciones.
Y da lo mismo que eso sea "parte del juego democrático" o que "así son las cosas"... o cualquier otra frase/receta que nos decimos para intentar normalizar lo sucedido.

Prepararse para dejar el gobierno, cuando no eres militante, es prepararse para dejar proyectos, ganas y aspiraciones.
Es prepararse para ver, con impotencia, el destino que tomarán las políticas públicas miradas desde la derecha. Como esas propuestas que ya afloran rápidamente de bajar el sueldo mínimo a los jóvenes, eliminar la indeminzación por años de servicio, o no hacer la línea 6 del Metro porque no es "negocio".

Es prepararse, también, para dejar de pensar en todo esto, seguir trabajando y esperar a que pase lo que tenga que pasar.

Por Favor, reAcciones

P.S.: Esta columna está dedicada, con mucho cariño, al equipo del Departamento de Estudios.

6 comentarios:

Camilo dijo...

En el post anterior tuyo, en una muy buena conversación con alguien de centro derecha el "visitante" escribió entusiasta algo parecido a "por qué no trabajar duro para poder pagar a la gente 7 dólares la hora". Muchos jóvenes de centro derecha que se consideran liberales (tipo Bellolio) creen sincera y entusiastamente en esta clase de cosas, no quieren a Pinochet, escuchan rock, usan condón, están a favor de la píldora etc. Pero los que la llevan, los que van a gobernar, son estos empresarios y políticos que quieran flexibilizar y bajar el sueldo mínimo, privatizar codelco, etc...

Anónimo dijo...

Lamentablemente, esa gente desprecia las humanidades y no considera valioso ningún proyecto que no sea ni eficiente ni rentable económicamente. Van a llenar de ingenieros comerciales, industriales y economistas todas las oficinas estatales. Y eso dice mucho de cómo es la visión de sociedad que tienen y cómo es su proyecto. Y ojo, que la famosa "democracia de los acuerdos" que propugnan no será un espacio de debate para discutir el Chile que queremos, sino un modo de legitimar su visión y sus propias políticas neoliberales.

Anónimo dijo...

http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2010/01/26/el-jaque-mate-del-ministerio-de-vivienda-a-los-vecinos-de-la-central-campiche/

Juan Emar dijo...

Camilo: yo también conozco a varios de esos derechistas bienintencionados.
Pero creo que usted tiene razón, los que la van a llevar, los que tienen las ganas, los que tienen el poder y los que ya están hablando, son otros.
Saludos

Anónimo 1: me sumo a sus temores. La democracia de los acuerdos es un eufemismo que pretende darle la espalda a al ciudadanía y negociar todo entre quienes tienen el mayor rechazo de parte de la misma.
Impresentable.
Saludos

Anónimo 2: gracias. Estaba al tanto y de eso es la próxima columna, pero le agradezco el gesto de todas formas.
Saludos

jcarrizo dijo...

Concuerdo con la columna, pero que esta a pasando en los Municipios de Concertación?? Lo único que se a hecho es perseguir a aquellos funcionarios que veníamos de un gobierno con un Alcalde de derecha. Se los digo con conocimiento de causa yo trabaje durante 11 años en un Municipio con un Alcade de derecha, sin tener el mínimo de problema. Pero a partir del 2008 cuando asumió un Alcalde supuestamente socialista, el y su gente lo único que a hecho es perseguir y hostigar a los funcionarios que veníamos de la antigua administración (Gente de Salud, Educación y Municipal). Esto se debe a que deben de meter a toda su gente que esta por salir de Intendencias, Gobernaciones, etc. Se los dice un actual cesante y del hostigamiento puede dar fe la ACHS de la sexta región. así que antes de criticar el patio del vecino deberíamos de ver el nuestro primero!!
Saludos y espero encontrar pega pronto ya que me fui sin indemnización alguna, algo que tanto critica el actual gobierno a las Empresas Privadas.

Juan Emar dijo...

JCarrizo: le agradezco su preocupante testimonio. Evidentemente lo que usted describe es una pésima práctica y lo entiendo bajo una lógica de la mediocridad y hostilidad que no debieran venir al caso.
Mis saludos y deseos de que encuentre algo pronto.
Gracias nuevamente.