Me atrevo a decir que "Episodio III: la venganza de los Sith" es la mejor de la saga de "La guerra de las galaxias". Es cierto. Llega a molestar el abuso de lo digital, pero sin duda es el mejor guíon de las 6 películas.
Se desenvuelve como un tragedia griega: el "héroe", intentando escapar a su destino, sólo cae en él de manera inevitable.
Esta película es el punto de inflexión: es el nacimiento del imperio de Palpatine, y la transformación del Jedi Anakin Skywalker en Darth Vader, uno de los villanos más consagrados en la historia del cine. Y posiblemente este punto era el que más curiosidad causaba sobre la película: ¿Por qué el joven talentoso Jedi, algo pedante, pero de buen corazón podía ser seducido por el lado oscuro de la fuerza?
George Lucas, últimamente más negociante que cineasta, cuando ideó estas películas mezcló una serie de mitologías y códigos orientales y occidentales para dar con el concepto fundamental: la Fuerza.
La Fuerza, a grandes rasgos, es como la energía. Está presente en todo. Emana de los seres vivos y existe una elite de seres en los cuales la Fuerza está presente de forma poderosa y que la pueden manipular. La fuerza -como el Ying y Yang- tiene un lado oscuro y uno "claro" (aunque nunca se le menciona así a este último), y quienes la pueden manipular son respectivamente Siths y Jedis.
Ahora bien, existen factores que llevan al lado oscuro de la fuerza: sed de poder, arrogancia, miedo, rabia, odio, envidia, impaciencia; en definitiva, todo lo que es antónimo de los ideales del budismo. Y en el caso del Anakin, futuro Vader, es principalmente el miedo a la pérdida lo que lo lleva a caer en el lado oscuro.
Por estos días he observado con mucha vergüenza todo lo que ha sucedido en torno al voto de Chile para el consejo de seguridad de ONU, habiendo, una vez más, un desfile de mentiras de políticos que hablan de lo bajo y rancio que está todo esto.
Venezuela se ha postulado, concitando en el apoyo de la mayoría de sudamérica -excepto Perú, claro- planteándose como una alternativa al "candidato" de EE.UU. : Guatemala.
Votar por Venezuela se ha transformado -en muchos discursos- en votar contra EE.UU., sobretodo por la clara antipatía que Chávez tiene frente al imperio, y su directa y sincera manera de demostrarlo.
Se hace necesario despejar dos cosas: por un lado Chávez no ES Venezuela. Por otro lado Chávez se atreve a -y petróleo en mano se puede dar el lujo de- decir lo que casi todo el mundo piensa con respecto a Bush y EE.UU.
El problema es que no es diplomático.
No dice las cosas en el "tono" correcto, tanto es así, que decir que Bush es el "diablo" es un argumento para algunos para no votar por Venezuela. La verdad es que creo que Chávez fue algo benevolente al tratarlo de diablo, se me ocurren hartos adjetivos más precisos...
El segundo punto surge con los dichos del embajador Delgado. Dijo que no le extrañaba la postura de la DC, que junto a Lagos justificaron el intento de golpe a Chávez el 2002. Una movida algo patética, incluso para la diplomacia. Que esa misma actitud la tuvieron para con Allende.
Aquí ardió Troya, hasta algunos PS hablaron de "intromisión en asuntos internos", y que eso justificaba no votar por Venezuela. Hasta la UDI se plegó a defender a la DC.
Patético. El miedo a la pérdida, la pérdida frente a EE.UU., frente a parecer "chavistas", y quedar mal, encuentra su perfecta excusa en los dichos del "diplomático".
Sin embargo TODO lo que dijo Delgado es cierto. La DC, excepto 14 tipos de los que quedan 9, fue golpista y muy responsable de la desestabilización del gobierno de la UP. Apoyó el intento de golpe a Chávez, y la ODCA (DC latinoamericana, dirigida por Gutemberg Martínez "de Alvear"), continúa tratando de desestabilizar el gobierno venezolano.
Entonces no me vengan con lo de meterse en asuntos internos, porque este país si se ha metido en los asuntos internos de Venezuela (Lagos 2002).
Por otro lado, esto es todo una gran farsa. Los miembros no permanentes del consejo de seguridad (como lo que aspira a ser Venezuela) pueden ser vetados en cualquiera de sus votaciones por los miembros permanentes (EE.UU., Rusia, Francia, Inglaterra, China), por lo que al final, prácticamente da lo mismo, no es un puesto "real" de poder. Lo único que puede pasar es que no haya legitimidad para las invasiones que EE.UU. decida (como en Irak), pero que terminará haciendo igual (como en Irak).
Al final para EE.UU. el votar por Guatemala es sólo para que Venezuela -Chávez, más bien- no tenga un "triunfo" en la región, y su influencia siga siendo hegemónica, tipo patio trasero.
¿Qué hará Chile? No es difícil que un país que en vez de celebrar su independencia, celebra su primera junta de gobierno (donde se seguía reconociendo la autoridad del rey de España), opte por la opción cobarde-noquedasmalconnadie de abstenerse.
La diplomacia y la política SON los espacios esenciales de la mentira en nuestros días. Ya no importa los fines del consejo de seguridad, importa más devolver la mano por la votación de Insulza, las operaciones gratis a los ojos, las donaciones, el petróleo, los F16, las sanciones económicas, caerle mal a Bush, caerle mal a nuestros vecinos...etc. Chantajes, más que razones, por todos lados.
Al lado oscuro parece que va la cosa...
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