"Maitencillo para todos" titula su columna del 20 de febrero en La Tercera el cientista político Patricio Navia. (Si hacen click en el título de ésta podrán leerla entera).
El título -populista a más no poder- se sigue de un desarrollo pobremente informado, amparado en el liberalismo más ingenuo.
Seguramente las protestas de la semana anterior en las cuales se asomaron los rostros de Enríquez-Ominami, Trivelli, Monckeberg, Paya (entre otros), le hicieron pensar que estaba dentro de su competencia de analista político escribir sobre el tema. En fin...
Su primer gran error (fuera de escoger ese título) es abrir la columna citando a Allende. Como si se hiciera una defensa de los ideales de la "izquierda" al criticar quienes defienden Maitencillo.
En Maitencillo no caben TODOS. Es un hecho. Con una población fija de 1.300 habitantes, y una flotante que sobrepasa los 12.000 en verano queda en evidencia que no hay espacio físico para "todos".
Y probablemente esa aspiración es lo que hace insostenible la invasión de proyectos inmobiliarios en la zona.
Para Navia, la protesta opone a quienes quieren defender sus "granjerías y privilegios" y quienes "amparados en el capitalismo y el Estado de Derecho buscan oportunidades de negocio que masifiquen el acceso al balneario".
Yo no tengo casa en Maitencillo, sin embargo voy desde pequeño a casas que arriendan mis padres o de amigos. Además, hace algunos años colaboro como voluntario en la Ong Chinchimen, que funciona en el sector y era de las organizaciones que convocaba a la marcha. No vi a Pato Navia en ningún lugar ese día, por lo que NO me extraña que haya caído en el facilismo de pensar que las razones de oponerse a los nuevos edificios sean "la sobrepoblación, el daño a la visión panorámica y los cambios en la composición residencial que producirán los nuevos vecinos".
Claro, con esos argumentos es casi de manual construir un discurso políticamente correcto en el cual lo que esté en juego es la aristocracia tradicional contra la burguesía "emprendedora". Y en general las cartas a La Tercera que han seguido esta discusión apuntan en ese sentido, pensando que lo que está sucediendo es la exclusión a que otros puedan disfrutar de Maitencillo.
Para mi gusto -repito, sin ser dueño de ningún pedazo de Maitencillo- se deja pasar un aspecto fundamental:
¿Qué es Maitencillo?
Pensar que es solamente los 10 kilómetros al Sur de Laguna de Zapallar y al Norte de los acantilados de la Quirilluca (último sitio de nidificación del Piquero, amenazado por un proyecto inmobiliario aprobado), es una reducción ofensiva y pretenciosa.
Maitencillo es lo que es (aunque suene redundante) y no es Reñaca. Su atractivo está en la tranquilidad, en que sea un balneario de casas, negocios chicos y una sola calle de una pista (o media a veces) por sentido que lo atraviesa.
Nadie se opone a que nuevas personas vengan a Maitencillo, al contrario, queremos que más personas puedan disfrutar de MAITENCILLO y no de otra sucursal de Reñaca.
Pero no porque los edificios tapen la vista (cierto) o sean feos (también cierto), sino porque básicamente no hay ni agua potable, ni sistema de alcantarillado, ni calles, ni veredas peatonales para aguantar esa presión demográfica-inmobiliaria.
Tiene razón, los proyectos son aprobados dentro del plan regulador de Puchuncaví. Y ahí está justamente el principal foco: cambiarlo.
Es un descriterio que se pueda construir SIN estudios de impacto ambiental, y sin agua potable ni alcantarillado. Estamos hablando de 91.900 metros cuadrados de superficie a llenar con 904 departamentos (todo esto sólo en primera fase).
Es más, la presión YA es tanta que los pozos hace rato se están mezclando y el agua que se bebe está pasada en la cantidad de CACA.
Así que la "lógica" del mercado que Navia dice que funciona bien, llena de caca el agua y colapsa LA calle.
Ni hablar del edificio que se aprobó en Cerro Tacna en plena plaza comunitaria (bien de uso público).
¿La solución de Navia?
Fiel a la creencia dogmática en el mercado, propone que los vecinos se junten para comprar los terrenos en vez de protestar.
Al parecer nunca ha estado en Maitencillo, confunde la media del poder adquisitivo de los maitencillanos con los que se encaraman arriba, en Marbella.
Por mucho que se esfuerce en tornarlo en un conflicto clasista (en lo que algunos de sus parroquianos han caído en su blog y las cartas al diario), el tema es ante todo sanitario-ecológico y de infraestructura.
Cierra su columna (parafraseando nuevamente a Allende) diciendo que algunos políticos no quieren que "lleguen las grandes alamedas a Maitencillo".
Ojalá lleguen, de hecho, con la gente que va ahora la angosta calle se transforma sólo en un taco permanente donde los peatones no tienen por donde pasar.
¿Maitencillo para todos?
Con proyectos de departamentos DESDE las 4.200 UF, lo dudo.
Yo le digo, "No más caca".
Infórmese.
Por Favor, reAcciones
El título -populista a más no poder- se sigue de un desarrollo pobremente informado, amparado en el liberalismo más ingenuo.
Seguramente las protestas de la semana anterior en las cuales se asomaron los rostros de Enríquez-Ominami, Trivelli, Monckeberg, Paya (entre otros), le hicieron pensar que estaba dentro de su competencia de analista político escribir sobre el tema. En fin...
Su primer gran error (fuera de escoger ese título) es abrir la columna citando a Allende. Como si se hiciera una defensa de los ideales de la "izquierda" al criticar quienes defienden Maitencillo.
En Maitencillo no caben TODOS. Es un hecho. Con una población fija de 1.300 habitantes, y una flotante que sobrepasa los 12.000 en verano queda en evidencia que no hay espacio físico para "todos".
Y probablemente esa aspiración es lo que hace insostenible la invasión de proyectos inmobiliarios en la zona.
Para Navia, la protesta opone a quienes quieren defender sus "granjerías y privilegios" y quienes "amparados en el capitalismo y el Estado de Derecho buscan oportunidades de negocio que masifiquen el acceso al balneario".
Yo no tengo casa en Maitencillo, sin embargo voy desde pequeño a casas que arriendan mis padres o de amigos. Además, hace algunos años colaboro como voluntario en la Ong Chinchimen, que funciona en el sector y era de las organizaciones que convocaba a la marcha. No vi a Pato Navia en ningún lugar ese día, por lo que NO me extraña que haya caído en el facilismo de pensar que las razones de oponerse a los nuevos edificios sean "la sobrepoblación, el daño a la visión panorámica y los cambios en la composición residencial que producirán los nuevos vecinos".
Claro, con esos argumentos es casi de manual construir un discurso políticamente correcto en el cual lo que esté en juego es la aristocracia tradicional contra la burguesía "emprendedora". Y en general las cartas a La Tercera que han seguido esta discusión apuntan en ese sentido, pensando que lo que está sucediendo es la exclusión a que otros puedan disfrutar de Maitencillo.
Para mi gusto -repito, sin ser dueño de ningún pedazo de Maitencillo- se deja pasar un aspecto fundamental:
¿Qué es Maitencillo?
Pensar que es solamente los 10 kilómetros al Sur de Laguna de Zapallar y al Norte de los acantilados de la Quirilluca (último sitio de nidificación del Piquero, amenazado por un proyecto inmobiliario aprobado), es una reducción ofensiva y pretenciosa.
Maitencillo es lo que es (aunque suene redundante) y no es Reñaca. Su atractivo está en la tranquilidad, en que sea un balneario de casas, negocios chicos y una sola calle de una pista (o media a veces) por sentido que lo atraviesa.
Nadie se opone a que nuevas personas vengan a Maitencillo, al contrario, queremos que más personas puedan disfrutar de MAITENCILLO y no de otra sucursal de Reñaca.
Pero no porque los edificios tapen la vista (cierto) o sean feos (también cierto), sino porque básicamente no hay ni agua potable, ni sistema de alcantarillado, ni calles, ni veredas peatonales para aguantar esa presión demográfica-inmobiliaria.
Tiene razón, los proyectos son aprobados dentro del plan regulador de Puchuncaví. Y ahí está justamente el principal foco: cambiarlo.
Es un descriterio que se pueda construir SIN estudios de impacto ambiental, y sin agua potable ni alcantarillado. Estamos hablando de 91.900 metros cuadrados de superficie a llenar con 904 departamentos (todo esto sólo en primera fase).
Es más, la presión YA es tanta que los pozos hace rato se están mezclando y el agua que se bebe está pasada en la cantidad de CACA.
Así que la "lógica" del mercado que Navia dice que funciona bien, llena de caca el agua y colapsa LA calle.
Ni hablar del edificio que se aprobó en Cerro Tacna en plena plaza comunitaria (bien de uso público).
¿La solución de Navia?
Fiel a la creencia dogmática en el mercado, propone que los vecinos se junten para comprar los terrenos en vez de protestar.
Al parecer nunca ha estado en Maitencillo, confunde la media del poder adquisitivo de los maitencillanos con los que se encaraman arriba, en Marbella.
Por mucho que se esfuerce en tornarlo en un conflicto clasista (en lo que algunos de sus parroquianos han caído en su blog y las cartas al diario), el tema es ante todo sanitario-ecológico y de infraestructura.
Cierra su columna (parafraseando nuevamente a Allende) diciendo que algunos políticos no quieren que "lleguen las grandes alamedas a Maitencillo".
Ojalá lleguen, de hecho, con la gente que va ahora la angosta calle se transforma sólo en un taco permanente donde los peatones no tienen por donde pasar.
¿Maitencillo para todos?
Con proyectos de departamentos DESDE las 4.200 UF, lo dudo.
Yo le digo, "No más caca".
Infórmese.
Por Favor, reAcciones